6. Celos. II

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Me acomodé en el sofá y me cubrí con la manta hasta el cuello. Solté un suspiro y luego cerré los ojos fuertemente. Al abrirlos, luego de varios segundos, continué observando como Ethan dormía cómodamente en su cama.

Hace una semana había sido el intento de robo. Adrián, el hermano de Ethan no se ha movido de la calle, mis hombres lo sacaron del patio, pero este insiste en querer hablar conmigo. Y yo no quiero. Sé que si hablo con él dejaré a Ethan libre, y no quiero eso. Me pertenece. Lo digo por el dineral que pagué por él. Aunque no fue tanto...

En estos días, el chico que se encuentra frente a mí se ha negado a dirigirme la palabra, debe pensar que soy monstruo. Solté una risita ante este pensamiento. Ethan se removió inquieto en la cama. Tiene pesadillas con frecuencia.

Me acerqué a él, dejando la comodidad del sofá. Al llegar a su lado tomé su mano, esto siempre lo tranquiliza. Ethan me jaló hasta él para que me acostara a su lado, y eso hice. Sus ojos se mantenían cerrados y su respiración ahora era tranquila. Había esperado esto desde que entré en la habitación.

¿En qué momento llegué a esto? Compré a un hombre. Ahora lo mantengo en mi casa, con todas las comodidades del mundo, pero encerrado y lo observo todas las noches a la espera de sus pesadillas para poder recostarme junto a él tan sólo por unos momentos. Sin duda, este chico en tan solo nueve días se ha convertido en mi perdición.

Miro el reloj que se encuentra encima del velador, son las 02:28 de la madrugada y mañana debo ir a una reunión muy importante a primera hora. Mierda.

Bostecé. El chico junto a mí me abrazó con fuerzas, su ceño se encontraba ligeramente fruncido. Solté otro bostezo e intenté apartar los brazos de Ethan de mí. Ya era hora de irme a mi habitación.

-Duerme -murmuró Ethan. La fuerza de su agarré aumentó.

Lo miré directamente al rostro, sus ojos continuaban cerrados. Por un momento pensé que estaba despierto. Luego de mirarlo por unos cuantos minutos me convencí de que sólo habló en sueños. Cerré los ojos y no tardé en quedarme dormida.

●●●

Luego de la reunión me fui a mi oficina, y cuando ya estuve allí, Angelina me informó que Sean vino a visitarme. Rápidamente di el permiso para que entrara.

-¿Ya te has olvidado de mí, nena? -preguntó con una sonrisa coqueta en su rostro. En sus manos traía una carta muy bonita.

-Nunca -le sonreí de vuelta, sé que Sean me hará volver a poner los pies en la tierra, estos últimos días he estado muy distraída. Apunté la carta entre sus manos-. ¿Qué es eso?

-Una invitación-me la entregó, luego rodeó el escritorio para llegar a mi lado, tomó de los bordes mi silla y la giró para que lo quedara mirando directamente. Acercó su rostro al mío-. Mi padre dará una fiesta en donde me presentará como el nuevo dueño de la empresa, y te quiero ahí, conmigo.

-Ahí me tendrás -dije, me levanté de mi silla, acercándome mucho más a Sean.

Éste sonrió cerca de mis labios y luego me besó, se lo seguí hasta que un delgado chico pasó por mis pensamientos.

-¿Vamos a tu casa? Llevamos tiempo sin pasar un rato juntos, ya te extraño -murmuró Sean abrazandome por la cintura.

Lo primero que se me ocurrió fue que quería un polvo, pero luego al ver como me sonreía supe que no quería nada de eso. Nunca debí involucrarme tanto con Sean, no me di cuenta cuando sus sentimientos comenzaron a aparecer y ahora ya era demasiado tarde para detenerlos. El delgado chico volvió a pasar por mi mente. Mi cabeza está hecha un lío.

Asentí, la reunión era lo único importante para hoy, el resto del día sólo me iba a dedicar a holgazanear en la oficina, pero irme con Sean no era tan mala idea.

Bajamos en el ascensor, y ocupé ese momento para decirle a mi chofer que dejara el auto en mi casa y que luego se tome el día libre. Yo me iría con Sean.

Definitivamente necesito distraerme y descargar y sé que mi querido amigo no se negará a ayudarme.

Narra Ethan.

Abrí los ojos y me mantuve así durante varios minutos, el techo blanco tenía algo que me mantenía hipnotizado. Cuando mi estómago comenzó a exigir comida me acosté de lado para mirar la hora, 11:56. Abracé la almohada pensando en que debería comenzar a despertar más temprano. Aspiré fuertemente el, ya casi imperceptible, aroma que desprendía la almohada. Ella estuvo de nuevo aquí, pensé que lo había soñando.

A duras penas me levanté de la cama. Fui hasta el baño para darme una ducha y al terminar me detuve a mirar mi cuerpo en el espejo. Ya no estaba tan delgado, al menos mis huesos no se notaban. Salí del baño y busqué ropa en el gran closet que ocupaba casi por completo la pared. Los primeros días usé una ropa demasiado incómoda, parecía cara y era un tanto formal, pero de un día a otro, en el closet apareció otro tipo de ropa, seguía siendo cara, pero está vez era más casual y juvenil. Me vestí con lo primero que encontré para salir cuanto antes de la habitación.

Ya no me dejaban encerrado, Ether me dijo que podría ir a cualquier lugar mientras fuera dentro de su terreno.

Aquí me dan todo lo que nunca tuve. Lástima que lo único que quiero hacer es irme.

Recorrí los pasillos que había memorizado para llegar hasta la gran biblioteca. Luego de veinte minutos leyendo, una joven llegó con lo que parecía ser un desayuno.

-Para usted, señor. Provecho.

No importaba en donde estuviera, siempre me encontraban. En esta gran mansión trabaja mucha gente, y ella es siempre la encargada de traerme comida. Siento que siempre me está siguiendo para ver si como o no.

Ether debe tener mucho dinero. Dinero que sólo se podría conseguir haciendo negocios sucios.

Dejé de lado el tema de Ether. Desayuné y continué mi lectura.

Cuando sentí que era la hora de el almuerzo bajé hasta la cocina, allí me dieron comida.

-Soy un prisionero con provilegios -murmuré con ironía.

Un señor entró en la cocina y anunció que Ether y un invitado habían llegado. Esto causó un gran revuelo en la cocina, comenzaron a preparar algo mucho más elaborado de lo que me habían preparado a mí.

Dos chicas que hacen el aseo se pusieron a cuchichear junto a mí.

-El invitado es Sean -susurró una.

-¿Su novio? -preguntó la otra-. Pensé que lo habían dejado.

-No lo dejarán nunca, están muy enamorados. Todos sabemos que sólo lo mantienen en secreto para darle emoción a su relación.

-Sether me encanta, ¿leíste la última noticia que salió de ellos en la revista?

-¡Obvio! Pero encuentro que es me...

Alejé el plato de mí. Estaba a la mitad, pero por alguna razón se me había quitado el apetito.

Salí corriendo de la mansión, hasta llegar al patio. Debo reanudar mi búsqueda de una salida. Necesito irme con urgencia de este lugar.

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3/3 con Dianaa. Lo logré, Dementes.

Tuvieron cuatro capítulos y un especial esta semana, sean felices.

Escribí esto tipo 4 de la madrugada, así que todas las incoherencias que escribí son debido al sueño.

Javi se vaa✌💁‍♀️

Vendido. (En pausa)Where stories live. Discover now