Día 3

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Viendo programas

Los leves rayos del sol pegaban en sus párpados, al igual que sus cornisas cuándo las abrió, unos pestañeos y pudo ver con claridad, estaba acostado en el sofá, no tenía muy claro el porqué, simplemente se estiró mientras un largo bostezo salia de su boca.

-buenos días, bello durmiente. - comentó una divertida voz en la cocina.

Vio algo sorprendente, Jotaro estaba preparando el desayudo, su suéter negro arremangado, y un delantal verde cubriendo su cuerpo, Kakyoin comenzó a reír ante esa tierna y sensual imagen.

- ¿a que se debe la grata sorpresa? - comentó el Noriaki mientras caminaba a la cocina.

- tú hiciste la cena y el café, me toca el desayuno. - respondió de forma simple mientras volvía a sus trastes.

- creí que solo hacías eso cuando Jouta y Jolyne estaban presentes. - volvió a reír.

Jotaro solo lanzó un bufido, mientras trataba de concentrarse en la comida que preparaba. Minutos después, la pareja ya estaba sirviéndose el desayuno cortecia de Kujo, pero el televisor encendido llamo la atención del pelirrojo.

- ¡oh, me gusta ese programa! - exclamó cual niño pequeño, para correr al sofá.

- Kakyoin, íbamos a comer en la mesa. - comentó el de cabellos negros mientras sostenía ambos platos cerca del comedor.

Solo pudo escuchar cómo su esposo cantaba la intro de su programa, con algo de fastidio llevó los platos hasta la sala, donde ambos se sentaron en el sofá a disfrutar del show, mientras que los alimentos seguían calientes, claro está.

Jotaro no dejaba de fascinarse con su esposo, bueno, tampoco lo conocía a la perfección, llego un día de repente a su vida, y queriendo asesinarlo, así que tiempo para hablar no había. Cuándo ambos pudieron conversar, el Joestar no tardó en sentirse conmovido, su forma de hablar, sus facciones, sus gestos, todo en el le gustaba, era como ver a un Nuño ilusionado todo el tiempo, así que tenía miedo de que ese brillo en su mirada se fuera, y más de una ocasión ese miedo recorrió todo su cuerpo, jamás pensó sentirse así por alguien fuera de su propia madre. Pese a todo, ahí lo tenía, emocionado con caricaturas, sus ojos brillaban más debido a la televisión y el Sol, pero igual lo hacían, y eso mataba a Jotaro, era su punto débil.

Con delicadeza, tomó al menor de su mentón, llamando la atención del hombre, unos centímetros de trayectos y pudo besarlo, sus labios apenas hicieron contacto, esa su forma de mostrar cariño, ya que Kujo era terrible expresándose con palabras. Pero ese tipo de acciones significaban una cosa, una sola palabra que Kakyoin entendía perfectamente, por lo que sonrió a lo grande mientras abrazaba a su esposo, aferrándose a él cómo si fuera la vida misma.

- de nada. - le besó la mejilla conteniendo una leve risa.

Para Jotaro, ese tipo de acciones eran sinónimo de "Gracias", aunque para él, significaba uno más largo, más tierno, no uno simplón como el que se dice siempre por meros modales, sí, estamos hablando del mismo Jotaro Kujo, está con su esposo a solas, ese tipo de cosas son normales, aunque no lo crean.

30 Días Contigo | Drabbles JotakakWhere stories live. Discover now