Cocinando/haciendo repostería.
- ¡auch! - escuchó un grito desde la cocina.
Jotaro se levantó de su cómoda cama, para ir al sitio de donde provenía ese ruido, llegando a la cocina, Kakyoin trataba de cocinar, pero se cortó un poco al picar vegetales, solo lo observó un momento, mientras se limpiaba la herida, maldiciendo en voz baja.
- rayos... y yo que deseaba acabar antes de que despertara... esto tardara horas. - estaba algo molesto, y lo siguió mientras terminaba de cubrirse la herida con un paño limpio.
- no podrás cocinar así. - dijo Jotaro, erizandole el lomo al menor, quien hasta gritó por el temor de tan repentina sorpresa.
- ¡J-Jotaro! - se giró frenético, muerto de vergüenza. - n-no tienes que ayudarme, estoy bien. - sonrió, omitiendo el tema.
- no es problema, ¿que planeabas hacer? - se acercó al recetario, admirando lo que estaba separado.
- yo quería sorprenderte, no tienes de que preocuparte, ve a dormir otro momento. - pidió apresurado, pero sabía que era inútil.
- ¿qué planeabas cocinar? - preguntó observando el libro, no dejaría que su esposo cocinara solo, no estando herido.
Kakyoin suspiró, derrotado, mientras desviaba la mirada.
- la tercera receta. - dijo, mientras Jotaro hojeaba a dicha página.
La cocina obtuvo un ambiente bastante tranquilo, después de que trataran la herida de Kakyoin y ambos se pusieran a cocinar. Estaban bastante coordinados, ninguno se detenía y hasta parecía que no necesitaban hablar durante la preparación de esa comida.
- prueba. - ordenó Jotaro, extendiendo el cucharón a Kakyoin, quien abrió la boca a la expectativa.
- está muy bueno. - sonrió con gentileza, ambos volvieron a cocinar tranquilamente.
La cocina no era el fuerte de Kakyoin, pero vaya que lo disfrutaban en ese momento, bueno, cualquier excusa para estar juntos y conviviendo, era suficiente.
- solo faltan los niños para volverlo una mañana perfecta. - sonrió Kakyoin, sirviendo los platos de los dos.
- Jouta me tiraría la comida a la cara y Jolyne no se quedaría sentada en la mesa. - suspiró su esposo, vaya que tenia razón. - yo creo que es mejor así, comeremos tranquilamente. - y llevó lo que hacia falta a la mesa.
- oh, vamos, no seas tan pesimista. - sonrió gentilmente, observando a su esposo.
El desayuno pasó con tranquilidad, disfrutando de lo que habían cocinado juntos.
- está muy bueno. - comentó Kakyoin con la boca llena. - primera vez que no quemo algo. - sonrió, volviendo a comer.
- no te menosprecies. - se llevó un bocado a la boca. - además, ambos cocinamos, debe estar delicioso. - y siguió.
- gracias. - sonrió con simpleza, y siguieron con su almuerzo.
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30 Días Contigo | Drabbles Jotakak
Short StoryEl vuelo de Jotaro y Kakyoin de regreso a Japón sufre un percance por la temporada de tormenta helada que hay en New York, así que tienen que quedarse 30 días en América a esperar el siguiente vuelo... pero... ¿que harán esos 30 días que podrán pasa...