Día 14

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Cambio de género.

No recordaba como llegó a su cama, pero lo hizo, y no le molestaba, pero fue hasta que se levantó que sintió algo extraño.

- mi cabeza... - pensó tras un leve mareo, pero otras cosas lo inquietaron. - ¿por qué mi voz suena tan suave? - se preguntó confuso, se sentó en la cama, para verse bien, y menuda sorpresa se llevó.

Sus pectorales habían sido sustituidos por pechos, unos bastante grandes, una cintura fina, y buenas curvaturas, su cabello negro había crecido, lo tenia al ras de la cintura. Era mujer, en pocas palabras.

- ¿Jocelyne? - otra suave voz la llamó.

Del baño salia una tierna joven, su cuerpo no estaba tan curveado, pero si se notaban sus atributos, era una mujer de tierna cara, unos preciosos ojos violeta y largos cabellos rojos, solo vestía unos pantaloncillos, y un brasier, la de cabello negro la admiró confundida, luego volteó a verse a sí misma.

- ¿ocurre algo? - preguntó la pelirroja, acercándose a ella.

- definitivamente es un sueño... - pensó inquietada.

- ¿no dormiste bien? - le colocó su mano en su frente, para ver si tenía fiebre.

- s-sí, supongo... - susurró, confundida.

- pues bien, vistete, recuerda que debemos salir. - le dio un leve beso en los labios, y volvió al baño.

"Jocelyne" caminó a su maleta, y por obviedad, solo había ropa de mujer, suspiró confundida a más no poder.

- dame un respiro. - y buscó entre toda esa ropa.

- oye, despierta. - escuchó una voz que si le era familiar.

Jotaro abrió los ojos, algo pesado, topando con la imagen de su esposo, quien lo veía entre irritado y confundido.

- ¿Kakyoin? - preguntó frotándose la cara.

- ¿quién más, tontito? - sonrió, acercándose a él. - ¿que pasa tuviste una pesadilla? - se sentó junto a su esposo, quien se incorporó a su tiempo.

- algo así... fue un sueño raro... digo, eramos mujeres. - escuchó una risilla escapar de la boca del pelirrojo, ganándose su mirada.

- bueno, yo no me puedo imaginar como mujer. - eso le hacía gracia, por alguna razón.

- pues yo pude verte, y eras plana. - hizo una ligera broma, la cual molestó un poco a su esposo.

- muy gracioso. - hizo un puchero adorable, Jotaro se tiró en la cama, mientras Kakyoin se recostaba a su lado.

- no te preocupes, me gustas más así. - ese comentario hizo sonreír a su esposo. - además... - y finalmente lo hizo.

Una de las manos de Jotaro apretó sus glúteos, sacándole un alarido de vergüenza, pues no se esperaba eso.

- siendo mujer, no tendrías estas. - le besó los labios, esperando que no replicará.

- ¡J-Jotaro, no hagas eso! - exclamó rojo al igual que su cabello.

30 Días Contigo | Drabbles JotakakWhere stories live. Discover now