Día 19

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Usando ropa formal

"Estimado Dr. Jotaro Kujo, se le invita formalmente a la fiesta que se organizara este sábado, en celebración de Samantha Smith, mi hija mayor. Espero que asista acompañado de su familia, no hay restricciones.

Atte: Jonh Smith.

P.D: Será fiesta formal."

Esa carta la había recibido hace unos días, pero debido a la situación, no podía ir por sus hijos, y no sería seguro llamarlos para una simple fiesta.

Como siempre, Jotaro acomodaba loa botones de sus muñequeras, y al ganarles, la corbata parecía ser la vencedora de ese round, pues no podía amarrarla.

- estúpido pesado de tela... - gruñó furioso.

Tenía puesto un traje sencillo color negro, y la camisa de botones larga, para complementar, una corbata color negro, lo único de color diferente eran los botones del traje, que eran rojos.

- mejor te ayudo, podrías matarte. - su esposo hizo burla, para acercarse a él.

Kakyoin tomó la corbata, para hacer los nudos que las toscas manos de su hombre no podían hacer, al acabar, acarició levemente el pecho del más alto, gozando de eso, Jotaro en traje formal, Dios, más raro que un dinosaurio o ver a Joseph obedeciendo desde un principio alguna petición de Caesar.

- Jotaro... - fue interrumpido por los labios de Kujo, quien lo tomó del rostro.

Fue un beso bastante apasionado, por ambas partes, llegaron a suspirar ansiosos, pero no llegó a más, solo se vieron a los ojos un momento. Jotaro apreció a su esposo, tenía puesto un traje blanco, una corbata negra, y la camisa era blanca de botones.

- ¿estamos listos? - preguntó Jotaro, tomándolo de las caderas.

- por supuesto. - sonrió, acunando su rostro entre sus manos, algo abría al final de esa fiesta, seguro.

Jotaro conocía a John por la universidad, fueron compañeros, e inclusive estuvieron apunto de ser socios, pero el retorno de Kujo a Japón lo impidió, pese a eso, mantuvieron una sana amistad.

Llegaron al enorme salón, y justo al registrarse por haber asistido, Kakyoin palideció al ver con atención la lista, el lugar estaba lleno de gente importante, ingenieros, doctores, licenciados, eso incomodaba y demasiado, no es porqué Kakyoin no hubiera estudiado, pero pensó que su vocación no era tan imponente como la de las amistades de su marido.

- ¿pasa algo? - preguntó Jotaro, no ocultando su mirada en su gorra, pues no la tenía puesta.

- n-no, nada, tranquilo. - sonrió, nervioso, claramente algo lo incomodaban.

- dime. - ordenó, intimidando al menor, quien realmente no estaba en su sitio.

- todos.. digo, todos tienen... mejores carreras... - agachó la mirada, no queriendo lidear con el reproche de su esposo.

- no tienen porqué decirte nada, y si lo hacen, yo lo arreglo. - eso sorprendió a Kakyoin, quien miró a su esposo con gran emoción. - eran mis colegas, pero no tienen porque despreciarte por no tener un título tan elaborado. - eso conmovió a Kakyoin, quien tomó del brazo al mayor, feliz.

Ya ni entendía que fue lo que lo intimido de esa lista. Esos sujetos podían ser lo que quisieran, pero él tenía a Jotaro, a sus hijos, no podía ser más afortunado.

30 Días Contigo | Drabbles JotakakWhere stories live. Discover now