✨VEINTICINCO✨

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No entendía como es que en cada fiesta que celebrábamos terminaba en alguna parte menos en la fiesta, ya que en el cumpleaños de Jimin, por la mañana ahora no estaba en una maceta en la carretera rumbo a Ilsan, sino que en un edificio gigantesco.

Me quité varias serpentinas que colgaban de mi cabeza y cuello, además de que acomodé el vestido color rosa que llevaba puesto.

Además de que solo recordaba cuando partimos el pastel al rededor de las nueve u ocho de la noche.

Realmente ni idea de a qué puta hora fue.

No tenía conmigo mi teléfono, ni mi bolsa, sólo traía en la cabeza un gorro de fiesta de cumpleaños.

Más cabe decir que estaba en un elevador.

Desconocía la hora, pero calculaba que quizá eran más de las diez de la mañana.

Piqué el 1 de todos los botones, mientas esperaba hice el vago intento de acordarme que demonios pero nada llegaba a mi.

En cuanto las puertas se abrieron, pude ver varia gente moverse de aquí allá, y si mi mente no alucinaba, a unos metros se encontraba Jackson.

No quise hacer mucho escándalo, pero lamentable golpee una mesa y todas las miradas se posaron en mi.

—¿Qué es lo que mis ojos ven? ¡Rina-ah que te trae por aquí! —Gritó el chino para después acercarse a mi y estrechándome en sus brazotes —. Creí que estarías con los chicos en el apartamento después de aquella loca fiesta. —Sentí como me quitaba otra serpentina del pelo.

—Bueno, desperté en su elevador.

Su estruendosa risa se hizo presente. —¡Ah, me agradas tanto!

—¡Jackson, suéltala! —Oí a lo lejos una chillona voz. —Hola Rina.

—Oh, hola unnie. —Saludé a Jihyo y sonrió amablemente.

—¿Tienes quién te lleve al edificio? —Preguntó.

—Realmente quería preguntar si me podrían prestar un teléfono. —Me encogí de hombros, estábamos en confianza.

—Toma el mío, no te preocupes. —Volvió hablar Jackson. Me extendió el aparato y lo tomé amablemente.

—¿Segura que quieres sólo llamar? Nuestro mánager no se molestará si te lleva al edificio. —Insistió.

—No unnie, esta bien.

—Bien, ¡hasta pronto! —Exclamó felizmente antes de desparecer por los millones de pasillos.

—¿A quién llamarás, Rina-ah? —Cuestionó Jackson.

—Creo que a Tae, siempre contesta las llamadas y ni siquiera ve quién es.

—Eso es cierto, la vez pasada le jugué una broma pesada diciéndole que lo iba secuestrar y que sabía donde vivía. Me bloqueó una semana hasta que le explique que era yo.

Me reí, pero después me dediqué a llamarlo, nada pasó. —Pinche hijo de la chingada madre. —Cambié de idioma antes de que me mirara raro. —No responde, ¿crees que pueda llamarle a mi mánager?

—¡Por supuesto! —Sonrió, después alguien llegó y pude ver la cabellera celeste —.¡Kunpimook!

¡Hola! —Habló en "español". —Jihyo me dijo que Rina estaba aquí, qué hay.

—Despertó en nuestro elevador.

—Ah, casual. —Dijo el peliazul.

—Mi mánager vendrá por mi en cinco minutos. —Informé y le extendí el teléfono a Jackson. —¡Ah, me encantó su comeback! ya tengo el álbum. —moví mis cejas.

笑 ; UNA CHICA EN BTSWhere stories live. Discover now