笑 ; UNA CHICA EN BTS

☀CINCUENTA☀

Finalmente mis amigos, el hixtape fue liberado y yo, ah, no puedo superar tanta belleza en un vídeo de casi cuatro minutos.

¿Qué hago para dejar de llorar?

Literalmente, estaba sollozando por tanta hermosura que se filtraba en mis ojos.

-¡HOSEOK! -grité limpiando mis lágrimas. -¡DAME TU AUTÓGRAFO! FIRMA AQUÍ, JUSTO EN MI FRENTE. -golpeo la puerta sin importar la transmisión que hace de la V App.

Su risa suena y lloro más fuerte, mi bebé esta creciendo y me llena de orgullo hasta la cola.

-¡DAY DAYDREAM! -levanto mis brazos empezando a bailar toda mongola una vez que entro en su estudio.

-¿Estas llorando? -me pregunta cuando me tiro al piso para seguir rodando mientras lloro.

-¡Claro que sí, estoy orgullosa! -me levanto, sacando un marcador del pantalón de pijama que llevaba puesto. -Ten.

-¿Para qué? -vuelve su vista a la cámara.

Me observo, mis ojazos pizpiretos rojizos y con las mejillas encendidas de tanto llorar.

Desde hoy me declaro la señora Rina de Jung.

HOSEOK ES MI ESPOSO, ME VALE PITO QUE LE GUSTE LA VERGA.

-Te dije que me dieras tu autógrafo. -me agaché para que el marcador diera justo en mi frente, amarré mi cabello rosa unicornio dejando la frente descubierta. -Quiero que perdure para la prosperidad.

Algunos comentarios dicen que estoy loca y de unos "jajaja".

-No te voy a firmar la frente. -me dice. -Si quieres un brazo.

-Jalo, dale. -tomó mi pálido brazo color Yoongi -ni tanto- y puso su firma.

Me tapé la boca con una mano y empecé a dar saltitos de la emoción.

Él siguió riendo hasta que prácticamente me corrió porque estaba haciendo mucho alboroto y quería una transmisión tranquila.

Ni pedo, se perdió de una transmisión con la mera verga, Chae Rina.

¿Si o no, rasita?

Con mi bebé llamada flojera en brazos, caminé hasta llegar a Yoongi, que veía un programa de variedades en la televisión.

-¿Qué haces? -le pregunto en mi idiotez.

-Nada, esperando la qué hora me dan ganas de hacer productivo. -responde, sin quitar la vista de tonto programa.

-Ah mira, estamos iguales. -le sonrió y le señaló con flechas hechas por mis dedos mientras mis hombros subían graciosamente.

Pero me ignoró.

-Vete a dormir, es tarde. -me dice como papá.

-Es temprano. -sonrío inocentemente como la blanca paloma que soy. No se reían pendejas. -Son las doce con cuarenta.

-Le diré a Seokjin que no quieres dormir.

-A Seok me lo paso por la cola.

-¡¿QUÉ DIJISTE NIÑA CON PROBLEMAS EMOCIONALES?!

-Que te amo un montón. -me mira con enfado. -¿Seokjin oppa...?

-Ya no tienes poder sobre mi, sé todas tus tácticas, pequeño ser lleno de popó. -tiene razón. -Vete a dormir ya, luego andas toda borracha en las mañanas por desvelarte.

Sin argumentos, me voy a mi cuarto como perro con la cola entre las patas, qué pinche sad.

Lo primero que hago cuando entro es quitar a Yeontan de mi cama porque el perrito este vergas, siempre se acurruca en mi cama y deja muchos pelos que su padre no limpia.