✨CINCUENTA Y CUATRO✨

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Mi mirada estaba fija en el suelo, estaba esperando a que me dieran ganas de hacer algo productivo.

Entonces me acosté en el suelo de la sala de prácticas, ahora mirando el techo mientras mis ojos pizpiretos se cerraban lentamente conciliando el bendito sueño.

Pero no, no no no.

Nada puede estar tranquilo en la vida de Chae Rina, pues el putito de Juan Kevin abrió la puerta de golpe casi sacándome un pedo del susto.

—¡¡Noona, sálvame!! —corrió por toda la sala en círculos, hasta que escuchó mis gruñidos de tortuga enojada.

—¿Por qué vienes ahora corriendo como la no pasiva que eres?

—¡Ese niño, me quiere matar! —señaló la puerta, dejando ver a mi bebé Panchito.

—¡Cariño~! —corrí hasta abrazarlo. —¿No te duele tu carita de estar todo precioso?

—Hola noona. —musitó suavemente, devolviéndome el abrazo.

—¡No lo toques noona! —Kukis me jaloneó del brazo hasta separarme de mi bebé. —Es el diablo.

—¿Acaso te hizo algo este Ratucán en desarrollo, cielo? —vuelvo a dirigirme a Panchis.

—Jungkook hyung no ha hecho nada malo y que yo recuerde yo tampoco a él. —traté de ocultar una carcajada cuando miré la reacción de JK cuando Pancho le decía "hyung".

Sus ojos se agrandaron, tratando de ocultar su cara de disgusto.

—¿Lo ves, noona? Es un demonio. —negó. —Me lo llevaré para que siga practicando, Namjoon hyung dijo que te quería en la casa antes de las dos de la tarde.

Asentí restándole importancia, eran las doce del día apenas y tenía mucho tiempo para dormir en la sala de ensayos.

Cuando al fin estoy cerrando mis ojos de nuevo, escucho varios murmuros.

—¡Un cadáver! —escucho el grito de Jota Esperanza.

—No, solo es Rina en modo bulto, literalmente. —veo a Yoongi rodar sus ojos de gata. —Vámonos ya, debemos hacer las compras del mes.

Hago un puchero. —Oppa yo-

—Ya no funcionan tus asquerosos trucos en mi, Brujilda. —sonríe satisfactoriamente. —Levanta tu feo trasero.

—Al menos yo tengo, no como tu, tabla del uno.

—Pordiosera.

—¿Y tu tanque de oxígeno, abuelito?

—¡Ya cállense y andando, infantiles! —Jin aparece, halando de nuestros brazos para salir de la compañía.

Hasta prono, BigHitler.

Subimos a la mini van solo seis, pues Namjoon estaba en casa y Jimin se había desde hace rato también.

El trayecto se basa en Hoseok roncando como el caballo que es, Yoongi mirando el suelo como drogado, el KookV cantando canciones de bolbbalgan4, Jin mirándose al espejo y yo toda estúpida como siempre.

Lo normal amixes.

Y es que hoy tengo unas inmensas ganas de cagar palo hoy en día, más bien, siempre las tengo.

Bajamos del auto para después subir rápidamente al departamento y asear nuestros cuerpos bañados en sudor que ustedes desearían tener en un frasco.

—¿Piensas tardar tanto? —escucho el grito de Yoongi golpear la puerta.

—¡Que ya voy!

Salgo lista y preparada para una nueva aventura, todos estaban listos ya.  Menos yo porque soy de esas mujeres que se entretienen hasta leyendo de qué está hecho su jabón.

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