✨CUARENTA Y SEIS✨

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a la mierda las dos semanas.

(ㅇㅅㅇ❀)

Si me hubieran dicho que cada vez que Jimin se cayera al piso me daría dinero, me hubiera hecho millonaria hace un año.

Creo que Yuju y Rosé se pueden ir despidiendo del suelo oppar pues Jimin andaba con todo.

El muy baboso estaba interpretando "baile contemporáneo" mientras el cover de Kukis de If You sonaba en las bocinas.

Todo empezó bien, yo estaba bien pinches sad cantando y moviendo mi army bomb edición especial color rosado mientras gritaba "a labio a labao a la bimbombá, Kukis, Kukis, rá rá rá" y de repente se escuchó como una maceta se quebraba y cuando abrí los ojos, Jimenita estaba desparramada en el suelo como perra pariendo.

Me reí.

—¿Tu pretendes coquetearle al piso o qué? —lo ayude a pararse como la buena persona que soy. —Yuju se va enojar.

—Qué chistosita me saliste. —se sobó las nalgas.

—¿Quieres que te ayude a sobarte? —jejetl.

—Graci- ¡Detente, maldita pervertida! —y corrió el hijo de su mami.

Chanfle, a la próxima.

—Hey tú, orilla de olla. —Namjoon me miró, estaba recostado mientras que veía weekly idol. —¿Por qué no me haz comprado lo que te pedí? Me debes dos favores, poste con patas.

Rodó los ojos. —No puedo comprarte su amor.

—Eso no, lo otro.

—Ahh. —una mano se dirigió a su mentón. —Pues... debo hablar a muchos lados para conseguirlo.

—Es tú problema. Yo quiero mi set de té en forma de popó. —dije y lo apunté. —O no querrás que le diga a Jin la verdad.

—Hey, hey, shhh. —hizo una seña de "cállate el hocico". —Baja la voz. Esta bien, yo lo conseguiré.

—Pobre de ti que cuando llegue se rompa porque se voy a meter los vidrios por la cola. —advertí, asintió y siguió viendo el programa sin importancia.

Caminé hasta la habitación de Jungkook, Hoseok y Yoongi, abrí la puerta bien tranqui.

—Hola crayola. —agité mi mano. —¿Adivinen quién ya va cumplir años?

Hoseok me miró sonriente y se sentó en su cama. —¿Quién, quién?

—La chica de la recepción.

Já.

—¿Por qué eres así?

—Porque cuando era chiquita me-

—Caíste tratando de alcanzar un taco, lo sabemos. —Yoongi completó la frase y me tumbé a su lado para después arroparme con sus cobijas que tenían la cara de Jungkook el mugroso de Hawaii impresas. —¿Te di permiso de acostarte en mi santuario?

—Tu cola. —me aferré a la cobija. —¿Qué horas son?

—Son las doce de la noche. —dijo Yoongi sin despegar su vista del teléfono. —En la mañana nos debemos de despertar a las ocho.

—¿Para qué? —preguntó cada vez más adormilada.

—Debemos ir al estudio para ensayar, revisar las nuevas canciones del álbum y otras cosas. —respondió Hoseokie.

—¿No se cansan de estar mamando cola? Uno necesita descansar y dormir.

—Sabes perfectamente que estos son los días que menos descansamos. —Yoongi deja su teléfono en la encimera. —Aprovecha tus horas de sueño muy bien.

笑 ; UNA CHICA EN BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora