11. Chispa

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Dos días después Hamdan aún estaba bajo el efecto de Sarah. Verla lo hacía feliz y lo ponía de buen humor. Ya no le importaba que ella tuviera novio, no se iba a dar por vencido, no sin una pelea. Después de la última vez que hablaron, era evidente que él también ejercía algún efecto en ella. La atracción que estaba sintiendo no era unidireccional, estaba seguro de ello.

Para favorecer aún más su buen humor, resultó que tenía el día libre y había planeado ir en bicicleta hasta playa Jumeirah con sus amigos para jugar un partido de voleibol. A Hamdan le resultaba casi imposible permanecer quieto, quedarse acostado en casa todo el día nunca le pareció una idea atractiva.

Después de su ducha de la mañana, se puso una camiseta color salmón y shorts negros y bajó por uno de las lados de las escaleras dobles que daban al gran vestíbulo de su residencia, tarareando una canción que daba vueltas en su cabeza. Era una de las recomendaciones de Sarah.

Saludó alegremente a Saeed que estaba esperando por él. El guardaespaldas vestía shorts grises y una camiseta.

"Todavía es temprano, señor." Saeed señaló cuando Hamdan abrió la puerta principal.

"Si. Iremos a los establos primero."

Su auto estaba listo y Hamdan tomó el asiento del pasajero mientras que Saeed condujo el G Class por la larga entrada, flanqueada por altísimas palmeras, que daba hacia el portón de la entrada. En menos de diez minutos, se encontraban en su destino.

Hamdan sabía que era más o menos la hora a la que terminaban los entrenamientos. Pasaron por el estacionamiento y no vio el auto de Sarah. No estaba seguro si había llegado demasiado tarde o si era el día de descanso de Princesa, así que le indicó a Saeed que continuara hacia las caballerizas.

Cuando el auto se detuvo, estrechó los ojos y vio a Princesa a lo lejos con Uma luchando por hacerla caminar. Uma jalaba las riendas y la yegua no se movía.

¿Qué está haciendo Uma con Princesa?

"Por favor, Saeed, dile a Salem que estoy aquí. Ya regreso."

Se bajó del auto, trotó hacia ellas y oyó a Uma suplicando.

"¡Princesa, por favor!"

"¡Buenos días, Uma! ¿Se está haciendo la difícil?"

"¡Ay, hola! ¡Si!" Dijo Uma, volteando los ojos y dejando caer las riendas. "¡No sé por qué se comporta así! Solo intento llevarla de vuelta a su lugar."

Hamdan rascó la frente de la yegua. "Vamos Princesa. ¿Qué pasa?"

Gentilmente tomó las riendas y jaló. Princesa bufó y dio un paso atrás.

"Okey, okey..." Él susurró.

Se paró junto a ella y comenzó a acariciar el lomo de arriba abajo. Sintió como la yegua empezó a relajarse y trató de jalar nuevamente. Princesa dudó pero dio un paso. Hamdan se puso frente a ella y colocó su palma en la gran nariz grisácea de la yegua.

"Vamos..." Murmuró. Empezó a caminar de espaldas y Princesa lo siguió.

"Muchas gracias." Dijo Uma aliviada, mientras caminaba al lado de Hamdan. "No sé cómo lo hace Sarah."

Hamdan se dio la vuelta. "De nada. ¿Qué fue lo que sucedió?"

"No tengo idea." Uma se encogió de hombros. "Estaba todo bien y de pronto estaba malhumorada y necia."

"¿Por qué está contigo? ¿Dónde está Sarah?"

"Está fuera de la ciudad y me pidió que le echara un ojo."

Promise This (Versión Español)Where stories live. Discover now