30. Corazón

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Habían pasado 15 días desde la última vez que vio a Hamdan. 15 horribles y amargos días de no saber nada de él. Hamdan mantuvo su promesa de no pasar por los establos mientras ella estuviera ahí y Sarah borró el Instagram de su teléfono y se mantuvo alejada de los periódicos, la televisión y el Internet en general.

Siguiendo la misma táctica siempre que quería dejar de pensar en algo, Sarah se mantuvo extra ocupada. Pidió más trabajo en la agencia de diseño, hizo más voluntariado, ejercicio dos veces al días cuando tenía tiempo y su apartamento nunca se había visto más limpio y ordenado. Había reacomodado los muebles en dos ocasiones e hizo algo de redecoración. Aunque nada podía sacarle a Hamdan del pensamiento, era mejor eso a estar en cama el día entero.

Y entonces, algo que nunca imaginó ocurrió con sus entrenamientos de enduro; no los estaba disfrutando. Estar allí era un recordatorio constante de lo que estaba por dejar. No quería irse pero no hallaba ninguna otra salida. Había estado hablando con gente de otros establos, pero encontrar un nuevo puesto no iba a ser fácil. No era como si se publicaran anuncios que buscaran jinetes de enduro. Cada vez que llegaba a los establos, era como ponerle sal a una herida abierta, pero no podía darse el lujo de simplemente renunciar. Necesitaba del dinero para pagar las cuentas.

La Copa del Príncipe Heredero tendría lugar en dos semanas más, que broma tan cruel era aquella, tener que competir para trata de ganar la copa de Hamdan. Él estaría allí, eso era seguro, y eso la ponía más nerviosa que la carrera misma.

Solo Tom y las chicas sabían acerca de sus planes. Tan pronto como Abby regresó de su luna de miel, Sarah la invitó a ir por un café y le contó todo. No tenía sentido seguirle ocultando las cosas cuando ya Tom y Erin sabían lo que ocurría. Además de que en ese momento, Sarah necesita todo el apoyo que pudiera tener, la situación era muy diferente a cuando empezó a sentir algo por Hamdan y lo mantuvo en secreto.

Sus padres eran quienes realmente le preocupaban, todavía tenía que inventarse alguna excusa que explicara su salida de los establos, aún más si obtenía un trabajo en otro país. Parecía que decir la verdad era la mejor opción, pero solo cuando hubiera dejado F3, ese sería el punto final en su historia con Hamdan. Sintió que sería más fácil ser honesta una vez que todo hubiera terminado. No quería decepcionarlos pero seguir mintiendo se sentía aún peor.

Mirando fijamente el techo de la sala de estar de Erin, Sarah no podía dejar de pensar en él y en lo mucho que extrañaba su voz, sus manos, sus hermosos ojos mirándola, su risa, aquella fuerte quijada y la barba raspando su piel. Hamdan la había arruinado, nunca nadie le llegaría ni a los talones. Nadie sería lo suficientemente bueno después de haber probado la perfección.

"Esta es una locura. No puede irse." La voz de Abby proveniente de la cocina, despertó a Sarah de soñar despierta.

Era jueves por la noche, lo cual significaba noche de chicas, excepto que Sarah solo accedió a salir a casa de Erin. No estaba de humor para ir a restaurante, mucho menos a un bar o algo por el estilo. Después de una serie de mensajes de texto suplicantes de parte de sus amigas, Sarah finalmente cedió, tomó una ducha y se puso un vestido blanco ligero. Abby se ofreció a llevarla y después de una rápida visita al supermercado, donde llenaron el carrito con más comida chatarra de la que podían comer entre las tres, llegaron al apartamento de Erin.

"No sé que es peor; verla irse o verla así." Contestó Erin.

¿Así de mal me veo?

Sarah había estado evitando los espejos para no deprimirse aún más.

"Creo que ha perdido algo de peso." Agregó Abby.

Las manos de Sarah se movieron hacia su torso.

Promise This (Versión Español)Onde histórias criam vida. Descubra agora