54. Siempre

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Hamdan abrió grandes los ojos ante el impresionante despliegue de anillos de diamantes frente a él, cada uno más grande que el anterior. Estaban metidos entre almohadillas aterciopeladas en el maletín que el asistente del joyero abrió para él. Los rayos del sol de la mañana entraban por la ventana de majli en casa de Hamdan, hacían que las piedras preciosas brillaran como estrellas en el más oscuro cielo nocturno.

"¿Ve algo que le agrade?" Preguntó el joyero.

Karim era un hombre de edad mediana con un estilo bastante peculiar. Su cabello era esponjoso y demasiado oscuro como para ser su color natural, vestía lentes de sol todo el tiempo y siempre llevaba un traje negro con la camisa desabotonada en el cuello. El anillo de oro en su dedo meñique era otra característica de su nunca cambiante moda. Al paso de los años, se convirtió en el joyero de confianza de Hamdan para cada ocasión en que buscaba algo especial para su madre o hermanas. Recientemente, todas sus adquisiciones habían sido para Sarah; los aretes de rubíes, el brazalete personalizado y ahora un anillo de compromiso.

"Son hermosos pero no estoy seguro..." Dudó Hamdan.

"Puedo sentir que su alteza no está complacido." Karim se acomodó en su asiento junto a la mesa de centro frente a Hamdan. "¿Quizás estaba buscando algo de mayor tamaño?"

Hamdan quedó boquiabierto. "¿Hay diamantes más grandes que estos?"

Karim sacó un teléfono del interior de su chaqueta. "Tendría que hacer un par de llamadas--"

"¡No, no! No quiero algo más grande."

El joyero lentamente devolvió el teléfono a su lugar e inclinó la cabeza.

"Quiero algo..." Continuó Hamdan, buscando las palabras correctas, quería que el anillo fuera como Sarah. "Diferente."

"¡Único!"

"¡Si!"

Con un simple gesto de la mano de Karim, uno de los asistentes cerró el maletín en la mesa y otro de los hombres que lo acompañaban lo reemplazó con uno más pequeño.

"Esta colección de anillos es precisamente eso; única." Explicó Karim. "Cada uno es poco común a su manera, ya sea por el corte, el color o la calidad en general."

Karim continuó dando su charla en tecnicismos de diamantes y su voz comenzó a desvanecerse mientras Hamdan se concentraba en las piezas frente a él, sintiendo que se acercaba al anillo perfecto para Sarah. Y entonces, lo vio. Todo a su alrededor salió de foco y lo único que podía ver era aquél maravilloso diamante con la misma sensación que tuvo la primera vez que vio a Sarah. Lo había encontrado. Simplemente lo supo.

"Este." Dijo Hamdan, tomando el anillo para verlo más de cerca.

"Ese en particular es un diamante antiguo de corte Marquise, extraordinario."

"¿Antiguo?"

"Si, de la época eduardiana, circa 1915. La pieza cental tien grado D en color y una claridad impecable. En palabras simples; es perfecto. Está montado en platino y adornado con diamantes redondos."

Hamdan no pudo evitar sonreír imaginando la reacción de Sarah ante un anillo con más de cien años. "Realmente es perfecto." Acordó. "¿Hay forma de saber la historia de este anillo? ¿Dónde ha estado todos estos años? ¿A quién pertenecía?"

"Puedo rastrearlo." Asintió Karim.

"Lo que sea necesario, tengo que saber. Es importante."

Después de cerrar el trato por el anillo, Hamdan y Saeed se dirigieron al hospital. Mientras el guardaespaldas manejaba, Hamdan le envió un mensaje a Tom para saber quién estaba con Sarah. Tom y las chicas estaban planeando una visita para la tarde, lo que quería decir que sólo sus padres estaban con ella. Hamdan prefería que las cosas fueran así, para poder conocerlos y hacer su mayor esfuerzo por parecer el jefe preocupado de Sarah y nada más. La presencia de los amigos de ella habrían hecho que todo fuera mucho más difícil.

Promise This (Versión Español)Where stories live. Discover now