46. Nada

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El aire abrasador la golpeó en cuanto se abrieron las puertas automáticas y salió del aeropuerto. El calor de Dubái le ganaba por mucho al de Texas. Sarah inmediatamente deseó poder cambiarse los jeans que traía puestos por algo más fresco y ligero. Miró a ambos lados hacia la larga línea de autos entre la gente y el equipaje que iba y venía. Se apuró en cuanto vio el auto de Erin.

Erin la saludó con la mano y Sarah abrió la puerta del asiento trasero para poner sus maletas. 

"¡Hola!" Se dijeron mutuamente.

"¿Cómo estuvo tu viaje?" Preguntó Erin en cuanto Sarah tomó asiento junto a ella en el lugar del copiloto.

Sarah se acercó para abrazar a su amiga.

"Largo, aburrido, cansado." Se quejó Sarah, abrochándose el cinturón de seguridad. "Estoy feliz de que al menos me dejaran entrar al país otra vez."

"¿Y por qué no te dejarían?"

A Sarah se le había olvidado que únicamente Tom sabía acerca del encuentro que había tenido con el Jeque Mohammed. Durante todo el viaje de vuelta, se preguntó si el padre de Hamdan la había vetado de los Emiratos.

Sarah no le hizo caso a la pregunta negando con la cabeza. "Olvídalo."

"¿A dónde vamos?" Preguntó Erin al comenzar a manejar.

"Nad Al Sheba." El estómago de Sarah dio un vuelco. Nunca antes había estado tan nerviosa de ver a Hamdan. Desde que decidió volver, había tratado de imaginar lo que pasaría, pensó en las cosas que le diría pero era difícil cuando en realidad no tenía idea alguna de cómo estaba él o lo que pensaba.

Erin se detuvo en un semáforo en rojo, el tráfico era pesado. "¿Él está allí?" Preguntó.

"No tengo idea." Admitió Sarah, bajando la visera para verse en el espejo. "¡Ay, no! ¡Me veo terrible!" Abrió su bolso y sacó toallitas húmedas para refrescar su agotado rostro.

"¡Tú teléfono!" Recordó Erin conforme los autos comenzaron a avanzar lentamente. "Está ahí abajo en mi bolso."

Sarah miró hacia abajo y además del bolso de Erin, había revistas, papeles, empaques de comida vacíos y todo tipo de basura.

"Nunca entenderé cómo es que tu apartamento está impecable y tu auto tan sucio." Dijo Sarah, sacando el bolso de su amiga del cesto para basura a sus pies. 

"Algún defecto tenía que tener, ¿sabes?" Erin encogió los hombros sosteniendo el volante con ambas manos. "¡Ay! ¡Pero se me olvidó cargarlo!"

"Genial." Contestó Sarah sarcástica, sosteniendo su teléfono muerto.

"Tengo cargadores allí." Erin apuntó a la guantera.

Sarah la abrió y una masa de cables enredados salió de adentro, junto con más basura, maquillaje y un cepillo para pelo. "¡Cielos! ¡Erin!" Protestó ella.

"¡Oye! Para ser alguien que me ha estado pidiendo tantos favores últimamente, están sonando demasiado crítica conmigo." Apuntó la amiga de Sarah.

Sarah comenzó a desenredar los cables. "¡Ay! ¿Cómo está mi bebé?" Repentinamente recordó a Rooster.

"Aquella tristeza de los primeros días se desvaneció, pero estoy segura de que aún te extraña." Aseguró Erin.

A Sarah se le arrugó el corazón. El pobre de Rooster había sufrido mucho últimamente. "Lo recogeré tan pronto como pueda."

Finalmente, logró sacar el cargador que necesitaba para su teléfono y regresó la masa de cables de vuelta a la guantera. Empezaron a ir más rápido conforme tomaron la autopista y Sarah le dio algo de tiempo a su teléfono para que se cargara después de haberlo conectado. Movía el pie impaciente mientras se preguntaba si tendría algún mensaje de Hamdan esperando por ella. Eso podría ayudarla a darse una idea de lo que ocurría con él.

Promise This (Versión Español)Where stories live. Discover now