Capítulo 20: Zed.

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En multimedia: MAX - Lights Down Low (ft. gnash)

Capítulo dedicado a yazuyaz 💖

           

Salgo del apartamento de Leila confundido. Sus palabras bien podrían ser sólo el reflejo de una mujer herida y no sé si esté empezando a ser un paranoico de mierda que sospecha de todos y todo. Sacudo mi cabeza y me repito un par de veces que son palabras sin sentido. ¿Qué podría hacerle a Clari? Mi copito con lo delicada que se ve le ha dado una paliza. Aún trae los aruñazos en el rostro. Creo que la que debería cuidarse es ella, porque dudo mucho que Clarisa tolere siquiera volverla a ver.

Regreso al apartamento y cuando mi celular funciona nuevamente llamo a mi padre para confirmar nuestra cita. Odio pedirle favores y tomando en cuenta que no estoy del todo bien para conducir le pido que pase por mí.

<<Claro macho, para conducir no tienes fuerzas, pero para follarte a Clarisa te sientes en perfectas condiciones>> Joder, sí, es verdad. La cuestión es que quién podría quedarse en cama cuando se te desnudan en las narices y te bailan de esa manera. Recordar su caída hace que me ría muy fuerte hasta que me duele la puta costilla lesionada.

Espero con el conserje. Me pregunta por mis evidentes heridas y no le doy mucha información. El auto de papá se estaciona justo enfrente. Salgo un poco nervioso, es mi padre con quien voy a conversar como personas civilizadas después de años de distancia. Además, todo el asunto de Margaret me tiene tenso. No sé por qué en mi interior conservo la esperanza de que sea una confusión, que esa mujer y la madre de Clari no sean la misma persona, a pesar de haber visto la foto mi lado positivo quiere pensar que solamente es una coincidencia que se llamen igual y que se parezcan tanto. Llevo conmigo la foto, no sé cuál es la historia detrás de la aventura que papá tuvo con esa mujer por años. Lo que sí sé es que es un hecho que la conoció muchos años antes que yo y quizás tenga un recuerdo totalmente joven de Margaret, tal y como sale en la fotografía.

Al entrar al auto, me siento como un niño. Ansioso. Es papá quien me sonríe con cariño, es papá quien me da un apretón en el hombro y luego se espanta al percatarse de mi estado. Las palabras de Iván retumban en mi cabeza. ¿Debo pedirle ayuda? ¿Tengo que comportarme como un adolescente que necesita que papi lo salve? Quizás sí lo necesito, después de todo iré a la policía. No sé cuándo o cómo, lo haré. Hice un trato con Clarisa y voy a cumplirlo. Tranquilizo un poco a mi viejo diciéndole que he tenido una pelea y tengo que soportar diez minutos eternos de consejos estúpidos de un padre al que le he importado una mierda por años.

Bien, bien, bien. Si voy a hacer esto, tengo que hacerlo con buena voluntad. Asiento aceptando sus putas y ridículas palabras. Su chofer nos lleva hasta un restaurante bastante costoso. Por un momento creo que se arrepentirá y me dirá que vayamos a alguna cafetería común, pues aún recuerdo sus palabras, que más bien eran una repetición constante de las de Margaret: Eres un vago, esos tatuajes te hacen ver como un delincuente, ¿cómo podría decir que eres mi hijo si pareces el integrante de una pandilla? Ya sé que toda esa mierda es absurda, sin embargo, si se la dices a un jovencito de dieciocho años consigues afectarlo. Ahora tengo veintitrés y recordar mi edad me hace pensar que ignoro por completo si Clari aún tiene diecinueve o ya ha cumplido los veinte. 

Me llevo gran sorpresa al no escuchar ninguno de esos comentarios, agregando que parece que me agarré a golpes con otro tipo como se lo he hecho creer es sumamente grato verlo entrar al lugar como si nada. Incluso nos sentamos en un área bastante aglomerada.

—Podemos sentarnos afuera si te incomoda —digo entre dientes. No he podido evitarlo.

—¿Por qué me sentiría incómodo? Voy a comer con mi hijo después de muchos años.

RETANDO AL OLVIDO (+18) Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin