Capítulo 34: Clarisa.

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En multimedia: Ryan Star - Losing Your Memory

Capítulo dedicado a Maryluna_98 💗

Despierto mareada y miro directamente al techo todo el tiempo que ha tardado mi vista en regularse, suspiro y me duele el pecho. Llega un momento en la vida en el que todo duele, incluso abrir los ojos cada mañana y descubrir que sigues respirando. Miro la habitación en la que me encuentro y nada me parece conocido. Lo último que recuerdo es la forma en la que mis emociones se hicieron cargo de mí, se apoderaron hasta el punto de que no podía controlar ni mis propios gritos, ni mis intenciones de golpearme a mí misma. Después no hay nada en mi memoria.

Me acurruco a un lado de la cama, la habitación no tiene muchos muebles y es toda blanca. Debería salir corriendo a investigar en dónde demonios estoy, pero no tengo ánimos siquiera para respirar. Eso lo explica todo. Por dentro estoy destrozada, destruida, rota, incompleta. Cuando me fui de casa de Zed caminé todas las cuadras que separan su edificio de la residencia, los pies me dolían y aun así caminé y caminé hasta llegar al campus. No dejé de pensar un solo minuto en lo mucho que me dolía todo lo que estaba ocurriendo.

Por mi cabeza no pasaban las palabras hirientes que Zed había pronunciado, tampoco la frialdad con la que se ha comportado los últimos días, y mucho menos el empujón que había recibido de su parte. No, nada de eso era lo que me atormentaba de camino a la residencia, al contrario de lo que muchos podrían pensar, o quizás esperar, lo que me estaba quemando viva era el amor, sí, el amor que habita en mí. A pesar de todo me negué a creer en lo que dijo, en lo que hizo. Bloqueé mi mente y me concentré en todas esas veces que decía amarme, en la forma en la que sus ojos siempre me miraban, la manera en la que su cuerpo se relajaba completamente al juntarse con el mío, su sonrisa, el hoyuelo que tiene solo a un lado de sus labios y las promesas que nos hicimos en Las Vegas; promesas que, aunque partirían de risa a cualquier ser humano fueron más sinceras, honestas y reales que cualquier palabra que la gente repite como robots en un templo.

¿Entonces qué había pasado? ¿En qué fallamos? ¿Por qué de un momento a otro todo cambió? Las preguntas revoloteaban por mi cabeza sin parar y la poca esperanza que conservaba se fue de mi lado al mirar a Amber y darme cuenta de que no había sido un sueño, era real. Todo dentro de mí luchaba por contenerse, por soportar, por conservar una pequeña luz que me gritaba sin parar que nada de lo dijo o hizo era cierto, que todo tenía una razón de ser y fue cuando me dejé llevar por la rabia, la ira, el dolor, la impotencia. Me sentí perdida, en el limbo, yo sin él; él sin mí. No hay ganadores.

Me hago completamente un ovillo y aunque intento llorar no hay lágrimas que salgan. Es probable que me haya secado. Cierro mis ojos tan fuerte con la intención de volver a quedarme dormida. Pero, cada vez que lo hago el rostro de Zed aparece. La idea de él y Leila me atormenta sin piedad y recuerdo el momento en el que caí al suelo. Ese no era él, ese no era mi Zed y por estúpido que suene deseo que aparezca, que me diga que hay una razón, que hay un motivo. Los hechos están frente a mí y yo sigo negándome, una y otra vez.

Abro los ojos y miro las marcas en mis brazos que ya casi desaparecen, paso mis manos por esa zona y niego con mi cabeza, aún es tan irreal. Trago saliva con dificultad, tengo los labios completamente secos y a nada de quebrarme por completo me siento sobre la cama y vuelvo a inspeccionar la habitación. No parece un hospital, es un cuarto como cualquier otro, solo que demasiado blanco. Masajeo mis sienes y de pronto el temor aparece. ¿Cómo llegué aquí? ¿Dónde estoy? ¿Con quién?

<<Vamos, Clarisa, levántate>> Me ordeno mentalmente y con esfuerzo lo termino haciendo. Mi mano tiembla un poco al tocar el picaporte. ¿Qué tal si estoy encerrada? Apresurada abro y el pequeño clic que se escucha me llena de paz momentánea. Fuera de la habitación hace mucho frío. Miro hacia todos lados tratando de reconocer la estancia, no es más que un pasillo con otras habitaciones y varios cuadros.

RETANDO AL OLVIDO (+18) Where stories live. Discover now