Capítulo 23: Zed.

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En multimedia : DJ Snake - Let Me Love You ft. Justin Bieber

Capítulo dedicado a Mey9618 😘

Despierto completamente desnudo, Clarisa también lo está. Después de cenar y conversar de cosas irrelevantes como si no estuviera ocurriendo nada a nuestro alrededor, nos hemos metido a la habitación y desnudado en un par de segundos. Amo todo esto de vivir con ella. Si no la tuviera a mi lado en medio de lo que está pasándonos creo que me estuviera volviendo loco.

Había sido honesto la noche anterior. Ya no quiero ocultarle nada, sé que algunas cosas pueden asustarla, aunque estoy comenzando a sospechar que el único asustadizo de mierda soy yo. Ella parece bastante tranquila, muy valiente y segura de que al final podremos con todo. No sé si es porque no es ella quien recibe amenazas todo el jodido tiempo, pero en lo que a mí respecta no puedo ser tan optimista como lo es ella.

Hoy no me ha esperado para ducharnos juntos. Se ha despertado a la cinco de la mañana, según ella porque tenía cosas femeninas que hacer. ¿Qué clase de cosas? ¿Depilarse? Creo que no me pone atención cuando le digo que no me importa ese detalle en especial. Además, odio no saber por qué tanto misterio, yo quiero saber todo de ella, hasta el mínimo de sus pensamientos. Puede que esté iniciando a exagerar. Tampoco ha querido que le de los buenos días como se debe y ha salido rápidamente de la habitación a hacer el desayuno con el centenar de cosas que hemos comprado ayer.

—¿Estás bien? —le pregunto saliendo al fin de la habitación.

—Sí —responde tranquila.

—¿Por qué siento que estás huyendo de mí?

—No estoy huyendo de ti, estoy a centímetros de ti. ¿No me ves? —se burla.

—De acuerdo, reformularé la pregunta. ¿Por qué siento que estás huyendo específicamente de mi polla?

—Código rojo.

—¿Estás en tus días?

—Ajá... no lo vuelvas tema de conversación.

—Pero cómo no voy a volverlo tema de conversación si no podré follarte por tres o cuatro días. ¿Cuánto tarda? —me quejo y con razón.

—Zed...

—¡Qué! Mi polla no entiende de razones. Lo bueno es que existen otros métodos. Ni creas que vas a descansar de mí. —Se ríe exageradamente y se pone completamente roja—. ¿Qué clase de perversidad estarás pensando copito?

—¿Yo? Yo soy un ángel —me dice y vuelve a reírse.

—¿Te duele el vientre? —le pregunto—. ¿Quieres un masaje? —me acerco hasta ella y beso su cuello con esmero.

—Ya hemos pasado por esto y jamás habías hecho preguntas.

—Bueno, eso es porque no teníamos la suficiente confianza. Pero como ahora eres mi mujer las cosas cambian.

—¿Algún día dejarás de decir eso? No soy tu mujer, soy tu novia —explica y camina de un lado a otro en la cocina apartándose de mí.

—Yo no creo que seas solo mi novia, Clari. Compartimos una casa, compartimos los gastos. Bueno, yo te hago creer que lo hacemos, pero la verdad es que no comparto los gastos contigo. Dormimos en la misma cama, vemos televisión por horas como dos ancianos y sé en donde está tu ropa interior excitante y tu ropa interior de abuelita. Ayer tiré a la basura esa braga gigante, esa que te llega hasta la cintura. ¿Para qué usas eso? ¿No te gustan tus curvas? Porque a mí me vuelven loco. Solamente falta que pongamos en la puerta unas pequeñas letras que digan: "Bienvenidos a la casa de los Allen". En conclusión, eres mi mujer.

RETANDO AL OLVIDO (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora