C.3

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Estaba a punto de fallecer.

- Ósea, ¿nunca se te ocurrió que era imposible follar después de una cirugía?

- Cállate, Niall.- Gruñó exasperado. Quería matar a Harry, iba a arrancarle todo el pelo y las pelotas también, e iba a quemar sus cosas, e iba a dejar que Ray y Faris entraran a su estudio a colorear sus paredes. Si, si.

Lo iba a destrozar y...

- Bueno, ya está hecho, ¿no es así?, ¿qué más puedes hacer ahora?

- ¡Tu no lo entiendes!... Tengo demasiados hijos, Niall... ¡Casi parezco esa película de más barato por docena!, literal, ¡siempre compro por docena en los súper mercados!- La risa del rubio resuena por la bocina haciéndole formar un puchero.

- En teoría, casi es así, contándoles a Harry y a ti, y si tu nuevo embarazo no es un gemelar o mellizo...

- Oh, Dios. No, no lo voy a permitir.

- ¿Eh?

- Nos vemos Niall, ando en el kínder de Ray y Faris. Hablamos después.

- Hey, espera, ¿qué vas a hacer?, ¿Louis?, sé que sigues a...- Y cortó la llamada.

Ya se sentía muy nervioso de solo pensar la idea que estaba rondando por su cabeza, pero sin Harry que se enterase pues este estaba de gira, la idea iba creciendo cada vez más en su cabeza.

Abrió la puerta del auto saliendo entonces y respirando todo el aire que sus pulmones pudieran abarcar.

Caminó apresurado hacia esa puerta de colores y varios juguetes de adorno, entrando hacia su recepción donde ya en una pequeña silla se hallaba su pequeño.

Ray alzó sus ojitos verdes escurriendo sus mocos y saltando de esta para así correr a abrazarle.

Se derritió ahí mismo cargándole entonces y besando su hermosa cabellera rizada.

- Perdón por llamarle tan temprano, señor Styles.- Dice la maestra en turno quien tomaba a Faris de la otra mano. Louis negó sonriéndole a su otro hijo acariciando a Ray.

- Está bien, ¿qué ocurre?

- M-me dule pacita.- Murmura entonces el pequeño en su oído. El castaño suspira apretando los labios.

- No eres al único.- Responde en un murmullo.- ¿Está bien si me los llevo a casa ahora?

- ¡Si!- Grita Faris haciendo a la maestra mirarle en una sonrisa como muestra de rendición.

Reprimió a su hijo con la mirada y se agachó a cargarle pues este también demandaba un abrazo.

- Nos vemos mañana, niños.- Sonrío amable ella, Louis asintió dando la media vuelta. Faris le sacó la lengua y Ray solo la ignoro. Suspiró.

Los Styles eran muy problemáticos.


Les colocó a sus hijos el cinturón de seguridad y emprendió así el camino a casa.

- Papi, ¿Cres que podamos hace chocoate caiente?- Le pregunta Faris desde su asiento. Enseguida Ray eleva la mirada asintiendo a la idea de su hermano.

- No que te dolía la pancita, ¿Ray?- Vio con una ceja alzada a su hijo y este negó.

- Ya o más, papi.- Aseguró. Louis suspiró concentrándose de nuevo en el camino.

- Entonces supongo que hoy será noche de chocolate caliente.- Accedió. Ambos niños festejaron y rieron provocándole un punzón en el pecho.

Empezaba de nuevo a ponerse nervioso, además de que acababa de desayunar hacía dos horas atrás y ya quería comer un gran plato de hot cakes con mucha nutella.

Estacionó enseguida en casa quitándose el cinturón de seguridad y bajando entonces a sus hijos.

- Papi, ¿po que tío Neal está con bata no ma?- Sus ojos se abrieron de par en par, sosteniendo a sus hijos de cada lado mientras veía a su mejor amigo con el pelo revuelto, una bata de baño y unas pantuflas solamente, merodeando en la puerta de su casa.

- ¿Niall?- El rubio volteó enseguida fulminándole con la mirada.

- ¡Ni se te ocurra!- Le señaló. Y de pronto, ya se sentía culpable.

Casa llena. "Larry"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora