C.10

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Su rostro siquiera le miraba. Mantenía sus brazos cruzados con un gesto de suma indignación mientras escuchaba las disculpas de su esposo quien le miraba con un mohín remarcado de rodillas a él.

- Me parece inaudito que te hayas prestado para eso.

- Pero bebé, Kendall es nuestra amiga...

- ¡Si, pero eso no significa que tengas que andar haciéndole los favores de tapadera!- Gruñó de nuevo empujándole para así empezar a caminar por toda la habitación. Harry suspiró resignado mirando de nuevo la revista en el piso.

Una foto suya y de Kendall Jenner, una de sus mejores amigas, en portada.

La chica estaba enamorada de un tipo con el que trabajaba en las pasarelas, así que le pidió a Harry ayuda para darle celos.

Este accedió enseguida puesto que se trataba de su amiga, y no pensó que causaría un problema con su esposo.

- Dormirás en el sillón. ¡No!, ¡en el auto!, pensándolo bien, ¡la cada de los perros es mucho mejor!

- ¡Pero Lou...!

- ¡Ahora tenemos que aclarar que no estás engañado a un preñado hombre hormonal!, ¿por qué no lo estas, o si?

- No amor, no. Te lo juro. Yo soy feliz contigo y mis hijos.

- Más te vale, cabrón. ¡Ya me hiciste ocho!

- Pero salieron muy bonitos.- Murmura en un puchero. Louis quiere arrancarse los pelos y de paso arrancárselos a Harry también, pero el cabrón tiene rizos muy bonitos aún, a pesar de que se haya cortado reciente el pelo.

Suspira al borde del colapse sintiendo un leve dolor en la parte baja de vientre, acariciándose esta.

- Hay que hacer una rueda de prensa donde se explique la situación.- Comenta ya más tranquilo. Harry asiente acercándose a él y empezando a masajear sus hombros.

- ¿Mejor?

- Eso no hace que se me quite el enojo. Seguirás durmiendo en la tina.

- ¡Pero amor!... Te extraño.- Besa su cuello tratando de convencerle, gruñendo ante lo bien que se sentía aquella sensación.

- Maldito desgraciado.- Se queja.- Tal vez... Esta noche pueda hacer una excepción.- Comienza diciendo bajito. Harry sigue besando su cuello por varias partes, con sus manos ahora bajando por su cintura y sus caderas, yendo por su vientre bajo. Louis suspira cerrando los ojos al borde de llegar al cielo.

- ¡Papá!, creo que Faris se comió un lego.- La puerta es tocada entonces por lo que él reconoce es Rooney, abriendo los ojos como platos, soltándose del agarre de Harry y yendo hasta esta para así mirar cómo esta sostiene a Faris que se ahoga.

- ¡Mi bebé!- Expresa enseguida al verlo a penas respirar- ¡Harry!- Llama al rizado. Este corre mirando la situación dando brinquitos desesperados.

- ¡El auto!, vamos al hospital, yo conduzco.- Dice enseguida. Louis asiente empezando a bajar las escaleras, aún con el niño en brazos, tratando de tranquilizarle por no poder respirar bien.

- Shh... Ya mi bebé.- Mira a su hija que le sigue parándola.- Ve a por tus hermanos, ahora.- Rooney se detiene asintiendo, tomando aire y soltando un estridente grito.

- ¡Todos al hospital!- Louis cierra un ojo mirando como entonces una avalancha de niños se aproxima desde la cocina y la sala hacia ellos, haciéndole suspirar.

- ¿Ya darás a luz?- Pregunta Jay.

- No, tonta. No ves que la panza siquiera le ha crecido. Aún le falta ponerse gordo.- Le responde Jules. Hace un puchero algo ofendido; gruñendo mientras niega y les responde:

- No es momento de eso niñas, su hermanito se comió un lego. Ahora debemos ir todos al hospital, así como estén, vamos.- Indica empezando a caminar. Harry ya se haya en la puerta estacionado para ellos apurándoles. Todos corren entonces hasta este acomodándose.- ¡Arranca!- Le grita. El rizado acelera y todos se sostienen.

- ¡Wohoo!- Grita Jules.- ¡Rápidos y furiosos!- Louis rueda los ojos viendo a todos hacer ruido de choche acelerando, incluido a los más grandes de sus retoños.

¿Enserio esa es su familia?

Suspira resignado.

Un momento tan crítico, uno de sus hijos con un lego en la garganta, los otros siete haciendo sonidos de coche, su esposo conduciendo como Toreto y el ahí, embarazado y hormonal.

Casa llena. "Larry"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora