C.11

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Se sentaron todos al mismo tiempo en los sillones de la sala, desparramándose agotados. Habían estado al menos cinco horas en el hospital todo por un estúpido lego que al final no les devolvieron. Afortunadamente, Faris estaba bien.

- Creo que nunca más volveré a enfermarme.- Dice Darcy.

- Mi maestra dice que hay bacterias por todos lados. Podríamos incluso estar respirando estas en este momento, ¡y tal vez ya estamos infectados de alguna enfermedad mortal que nos convierta en zombies!.- Dice Jay. Todos la miran extrañados sin responderle. Louis cierra los ojos por un momento sintiendo su vientre doler y acariciarse mientras escucha de nuevo a sus hijos hablar ahora acerca del clima.

No. No sabe cómo llegaron a ello.

- ¿Alguien tiene hambre?

- ¡Yo!- Grita entonces sin pensarlo. Harry se había puesto de pie preguntándoles a sus hijos sobre comida, siendo él quien respondiera su evidente falta de azúcar.- Sí pudiera me tragaría un caballo entero...- Suspira.

- ¡No!, los cabaos son boitos pa- Le dice Faris con el ceño fruncido. Su nariz se frunce mientras cruza los brazos haciéndole verse realmente adorable.

- Es solo una expresión, cariño. No me comería un caballo.

- No, más bien un elefante.- Dice Rooney en burla siguiéndole todos a coro con la risa. Louis les fulmina con la mirada viendo de nuevo a su hijo y negando.

- No les hagas caso. No como animalitos.

- Díselo a sus hamburguesas.- Le responde Lewis. Las risas estallan de nuevo en cadena haciendo entonces al castaño gruñir amenazante.

- Bueno, prepararé una ensalada.- Dice Harry carraspeando. Se había reído de igual modo, aguantándose para así mirarle sonriente. Louis le fulmina con los ojos bufando.

- Quiero un pedazo de pastel de chocolate de postre.

- Pero amor, eso no es comer saludable.

- No me repliques, Styles, o duermes en la tina.- Le amenaza. Harry contrae el rostro haciendo un puchero.

- Papi puede domir comigo.- Dice Ray alzando su manita llamando la atención de los demás que gimieron de ternura.

- Me encantaría, cariño.- Le responde el rizado hincándose a este para acariciar su cabeza y darle un beso en esta. Ray sonríe feliz asintiendo satisfecho y corriendo de nuevo a su asiento.- Bien. Entonces, ¿quién querrá hamburguesa?

- ¿No qué harías ensalada?- Replica el castaño.

- Creo que todos somos unánimes en querer hamburguesas.- Dice Freddie mirándole mientras se encoge de hombros.

- ¡Pero yo no puedo comerlas!

- Pero nosotros sí. ¿No es una suerte?- Dice su hijo mayor sonriente. Louis le mira con irritación viendo a Harry después.

- ¿Y si es una hamburguesa vegetariana?- Pregunta esperanzado. El rizado le mira parpadeando nervioso. Su azul mirada es potente y él siempre se había considerado débil.

- Supongo que podemos intentarlo...- Se rinde. Todos gritan de emoción poniéndose de pie para así irse cada quien por su lado mientras Harry y Louis se dirigen a la cocina a preparar el almuerzo cena.- ¿Qué haces?- Le pregunta besando su mejilla, esperando con un tenedor en mano a que la carne de pollo dejase de freírse. Louis suelta su celular dejando que la sensación le relaje.

- Contacto a Lina. Le he dicho que venga. Tenemos que arreglar tu metida de pata con Kendall.- Gruñe al recordarlo.

- Lo siento, amor.- Dice Harry con un puchero viéndole con los ojos de perrito. Louis quiere arrancarle la cabeza, y otras veces, como esas, comérselo a besos.

No sabe cómo es que le ama tanto. Le ha dejado embarazado y le ha parido más hijos de los que alguna vez se imaginó tener con él. Ahora tenía unas cuantas marcas escondidas, y aunque conservaba la figura de modelo, tenía leves deformaciones que Harry se encargaba de recordarle cada vez que podía, diciendo que eran bellas y perfectas.

Dios, la verdad es que estaban espantosas, para él. Pero bueno, sabía entonces que aquel rizado idiota le amaba.

- Ya no importa, saldremos de esta, como siempre. Listo. Debe estar en camino.- Le dice besando casto y fugaz sus labios. Sonríen.

El timbre suena entonces ambos frunciendo el ceño confusos.

- Ya estaba aquí a la vuelta o que...

- No sé, pero ha llegado muy temprano. Se ha lucido.- respondió de vuelta el castaño despegándose de su esposo para ir hacia la puerta a abrirla.

- ¡Espera!- Salta en su sitio cuando uno de sus hijos se atraviesa a él haciéndole parar.

- Dios, Freddie. Me asustaste. ¿Qué pasa?

- Es a mí a quien buscan.

- ¿Cómo lo sabes?- Pregunta sin entender frunciendo el ceño.

- Por qué es mi novia. ¿Recuerdas que te dije que no era gay, cierto?

Casa llena. "Larry"Where stories live. Discover now