Casa llena. "Larry"

C.14

Había estado con un dolor de cabeza intenso desde que se levantó aquel día. El solo ver la sonrisa de Harry le hacía sentir cómo una úlcera sobre otra úlcera se creaba en su estómago. El vomito se sentía más amargo y apenas eran las nueve.

Levantó a cada uno de sus hijos y ayudó a vestir a los más pequeños, incluso les hizo de desayunar-cereal-, para luego apurarlos a todos para empezar a meterlos en la camioneta donde irían a la aclaración que haría el rizado de su no engaño.

- ¿Y poque no rojos?- Louis suspiró viendo a Ray mientras terminaba de peinarle y negaba.

- Por qué esos no combinan con tu chaqueta azul.

- ¿Y poque azul?

- Por que es un color hermoso.- Interrumpió el rizado ayudando a Louis a terminar de peinar a su hijo y besar la coronilla de su esposo.- Yo me encargo.- Louis le vio un poco más tolerante asintiendo y poniéndose de pie para así tomar las llaves de la camioneta.

- Muy bien. Es hora de que metan sus traseros a la Jeep. Quita esa cara Freddie, seguro Charlie te perdona pronto.- Le dijo a su primogénito. Este apenas y parpadeaba. Tenía los ojos hinchados y parecía que aún tenía ganas de llorar. Louis se resistió de abrazarle por que, bueno, él no era así y tampoco es que le importara mucho. Eran cosas de adolescentes de todas formas.- Rooney... ¿Enserio?- Le chica se miró a sí misma viendo de nuevo a su padre y asintiendo.- ¿Es acaso uno de los trajes de Lewis?- El mencionado miró a su melliza abriendo los ojos.

- ¡Pero si eso es mío!

- Oh, cállate. Ni lo usas. Además, me veo mejor.- Articula encogiéndose de hombros y avanzando para así tomar a Faris entre sus brazos y salir de ahí. Lewis le sigue con derrota mientras ve como Ray va de la mano con Freddie.

- Necesito una recompensa.- Louis mira con una ceja alzada cuando Darcy pasa entonces quedando frente suyo. Lleva un lindo vestido rosa con accesorios de perlas y el cabello recogido. Se parece tanto a Harry que quiere llorar.

- ¿De qué hablas, niña?- Le responde de la misma forma seca. Su carácter es igual al suyo y se da crédito por ello.

- Este entúpido vestido.

- Estúpido es una mala palabra.- Dice Jay llegando a lado de ambos. Jules llega del otro lado vestida igual a ella pero con lentes de sol puestos.

- Y aún así lo estás repitiendo. Que tonta.

- Jules.- Gruñe el castaño.

- Como sea. Quiero doscientos.

- ¿Para qué quieres doscientos?- Dice Harry sumándose a la conversación. Darcy le ve con cara de pocos amigos.

- Quiero ir de compras.

- Siempre haces compras estúpidas, cariño.

- ¡Ven!, ¡ahí de nuevo la mala palabra!- Louis gruñe sintiendo ganar de orinar mientras niega.

- Te daré doscientos cincuenta si finges una sonrisa y mueves tu trasero al auto de una vez. Y deja de insultar también.- Agrega viéndole amenazante. Darcy sonríe como si fuera un emoji llevando una mano hacia él.

- Hecho.- Louis rueda los ojos mirando a Harry.

- Págale.- El rizado abre los ojos con sorpresa, resoplando y sacando de su billetera el dinero, dándoselo. Esta se va, llevándose a Jules y Jay con ella, dejándolos solos.

- Algún día me dejará en la ruina.

- Nah, ganas esos doscientos cincuenta y más por día. Deja de quejarte, ambos trabajamos y aún si yo no trabajara, con tu sueldo nos daría para mantener a cinco hijos más.- El rizado alza la mirada con los ojos iluminándosele viendo al castaño con una sonrisa.- Ah, no, recuerda que esta vez sí te harás la vasectomía.

- ¡Pero Lou!

- Si no te la haces, Styles, vete preparando para el divorcio.- Le señala severo. Harry hace un puchero asintiendo mientras baja la mirada resignado.- Ahora ve por mi bolso.

- ¿Bolso?

- Es un lindo accesorio para alguien que tiene ocho hijos y uno en camino.- Se encoge de hombros.- Te espero en el auto.- Le dice caminando hacia la puerta. Harry ladea le rostro algo confuso.

- Ah, y trae también mis tenis, estos zapatos me lastiman y los pies empiezan a hinchárseme.- Se queja.- Y apúrate que ya es tarde.- Le recuerda. El rizado asiente regañado mientras empieza a buscar las cosas del castaño, regresando sobre sus talones segundos después.

- Pero, ¿dónde está tu bolso, Lou?