Nueve

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Te prometo que tú
eres todo lo que veo,
porque te digo que
tú eres todo lo que necesito.
Nunca te dejaré.
Entonces puedes arrastrarme
por el  infierno
si eso significa
que podré tomar tu mano.

-

Deberíamos hacer algo distinto - sugirió Finn, mientras almorzaban en la cafetería del colegio.

- ¿Distinto como qué? - preguntó Jack suspicaz. Algo en el tono de Finn le hacía dudar.

- No lo sé... podríamos... - se quedó pensando un rato, con la cuchara detenida a medio camino de su boca - podríamos ir a acampar...

- ¿Qué? No creo que mi madre piense que es una buena idea - negó varias veces con la cabeza, descartando la idea por completo.

- ¿O es que te da miedo estar a solas conmigo? - interrogó el castaño con una sonrisa pícara en los labios y Jack no pudo evitarlo, sentía su cara arder.

- Claro que no, Finn... No hay nada en ti que me produzca miedo - trató de sonar convencido de sus propias palabras, pero aún así no fue capaz de mirarlo a la cara cuando hablaba.

- Bueno, entonces no es una mala idea... Estoy seguro de que puedo convencer a tu mamá. Ella me adora - aunque los dos sabían que era cierto, el rizado le lanzó una mirada incrédula - lo sabes - ratificó el mayor al instante.

- De cualquier manera no le veo la gracia... - estuvo a punto de argumentar, pero Finn cortó sus palabras con un beso suave sobre sus labios. Jack dejó escapar un suspiro y atrapó los labios de su novio con cierta desesperación, era imposible no desearlo tanto. El beso se prolongó durante algunos segundos y luego se separaron - aún no me convences, Wolfhard - agregó, tratando de recuperar el aliento. Cada vez que lo besaba olvidaba respirar y eso era un gran problema para él.

- Eres imposible, cariño - se quejó Finn - pero no creas que me daré por vencido, vamos a acampar y te va a gustar, ¿comprendido? - puso cara de serio para ejercer autoridad y Jack soltó una carcajada - tomaré eso como un sí, no hay marcha atrás, Grazer - tomó su rostro con ambas manos y lo miró directo a los ojos, antes de acercarse y morder sus labios sin previo aviso. Jack soltó un gemido al sentir sus dientes presionando con fuerza, pero no escapó, lo estaba disfrutando - así me gusta - susurró el castaño con voz grave y esbozó una sonrisa de satisfacción.

El rizado solo pudo pasar saliva, ya que ninguna palabra parecía correcta en ese momento. Finn se alejó y agarró la mochila que estaba junto a él para colgársela en el hombro.

- Tengo que ir a entrenar - dijo como si realmente no quisiera irse - te veré a la hora de salida. Te amo - dejó un beso sobre su frente y salió del comedor.

Jack terminó de comer lo poco que quedaba en su bandeja y ya estaba dispuesto a irse cuando un chico se sentó frente a él. Era visiblemente más alto con el cabello claro y grandes ojos verdes que lo miraban con calma.

- Así que tú eres Jack - comentó con voz suave y amigable - tenía mucha curiosidad de saber cómo eras.

- ¿Por qué? - preguntó el rizado un poco a la defensiva.

- Porque no pareces ser el tipo de Finn... - lo recorrió con la mirada y sonrió - parece que ha cambiado de gustos...

- No lo sé, tampoco me interesa - agarró sus cosas y estuvo a punto de ponerse de pie.

- ¿De verdad no te interesa saber que Finn solo te está usando? - la pregunta hizo que Jack no llegara a levantarse, lo había tomado por sorpresa - No solo no eres la clase de chico con los que él suele involucrarse, sino que parece que te estás creyendo todas sus mentiras y eso es bastante triste.

Stay in my Heart ~ Fack ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora