Veintiuno

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Dedicado a Xxmac_dedianaxX y _tiziF, por su tiempo y sus palabras. Mil gracias <3

***

Esto es para los amantes
huyendo lejos, solo por hoy


Sus ojos cafés estaban fijos en los suyos, desafiantes e imponentes. No parecían estar pidiendo permiso, sino simplemente esperando, como si supiera de antemano lo que tendría que pasar. Su pecho se agitaba por dentro, como un remolino que hubiese quedado atrapado en una lata de vidrio, así se sentía; sofocado y oprimido por todas las sensaciones que se habían quedado acumuladas durante tanto tiempo.

Quiso retroceder, en su mente esa era la señal y el propósito, pero su cuerpo seguía en el mismo lugar, también esperando, sometido completamente a lo que sabía que iba a pasar. Es más, estaba deseándolo y era consciente de que esa había sido su verdadera intención. Quería demostrarle que aún tenía ese poder sobre él. Era evidente que no estaba equivocado.

Inclinó la cabeza a penas un centímetro, lo suficiente para que sus respiraciones empezaran a mezclarse sin ningún pudor. Estaba disfrutando la cercanía, lo estaba incitando de una manera tan descarada que se sorprendió de que sus mejillas no se hayan ruborizado aún.

- ¿Te gusta, Jack? - preguntó, asegurándose de que sus labios se rozaran muy ligeramente, de forma tan imperceptible que por un momento lo hizo dudar.

- No más que a ti - se atrevió a responder, ocultando el temor que iba creciendo dolorosamente en su pecho.

Apretó sus caderas y lo atrajo hacia sí de un tirón. Ladeó el rostro y sintió cómo empezaba a olerlo. Fue bajando por su cuello, produciéndole escalofríos por lugares que nunca en su vida hubiera creído que existían. Una vez que llegó a su clavícula pudo sentir la humedad de su lengua deslizándose lujuriosamente por su piel.

No pudo evitarlo, su miembro había comenzado a crecer, incluso antes de que pudiera percatarse de ello. Su instinto hizo que arqueara la espalda, buscando el punto de contacto que delataba las ansias de sus cuerpos. Constató que Finn también estaba duro, mucho más que él. Podía sentir su respiración entrecortada batiendo sus cabellos, mientras mordisqueaba su cuello sin ninguna clase de cuidado.

Jack deslizó ambas manos por debajo de su polo, después de tantos años no tenía sentido seguir postergando algo que de todas manera terminaría sucediendo. El simple contacto de sus dedos con la piel del mayor, hizo que que este soltara un gemido ronco que terminó por dejarle un marca púrpura en el cuello.

Finn ya no tenía las manos sobre sus caderas, ahora sus dedos abrían hábilmente el botón de sus pantalones y bajaban el cierre sin problemas. Comenzó a besar por encima de su camisa hasta quedar de rodillas en el piso frente a él. Su cara estaba roja y sudada, sus ojos lo observaban de tal manera que le hacían sentir más excitado que antes, si es que eso era posible.

Se acercó más y, sin esperar ni siquiera un segundo, mordió suavemente la punta de su pene. Jack sintió la sangre de su cuerpo correr más rápido por sus venas, así que lo único que pudo hacer fue cerrar los ojos para no venirse en ese mismo instante.

El castaño se dio cuenta de sus ganas y sonrió de medio lado, consciente de lo que estaba provocando en el menor. Empezó a masajear con la yema de sus dedos el bulto que se había formado debajo de su ropa interior. Los movimientos circulares que estaba haciendo eran lentos, pero sublimes. Finalmente, después de varios minutos de estimularlo, deslizó la pretina de sus boxers hacia abajo y liberó su miembro. Era tan perfecto como se lo había imaginado. Se acercó nuevamente y lo tocó con la punta de su lengua, provocando que Jack se aferrará fuertemente a sus cabellos, mientras gemía a media voz.

Recorrió toda la extensión de su pene, lamiendo en diferentes direcciones. Luego abrió la boca y empezó a succionar, podía sentir como el rizado guiaba sus movimientos, a veces lentos y a veces rápidos. Lo sacó y le dio un beso en la parte superior antes de ponerse de pie.

- No puedo creer que nunca antes me lo haya comido - comentó, esbozando una sonrisa de satisfacción en sus labios.

Colocó la palma de su mano detrás del cuello de Jack y procedió a besarlo; primero suave, recordando aquel beso en la fiesta de Jaeden, se sentía igual, solo que esta vez no estaba borracho. Luego aceleró sus movimientos, al mismo tiempo que su otra mano envolvía el pene todavía erecto del rizado. Le quitó la camisa y le hizo retroceder unos cuantos pasos, hasta llegar a la cama. Se colocó encima de él, restregando su cuerpo con cierta desesperación. Jack clavó las uñas en su espalda, dibujando líneas rojas en todo su camino.

Empujó sus piernas para poder colocarse en el medio, de esa manera tenía más acceso a la parte que se había vuelto su nuevo lugar favorito. Jack gemía debido a la fricción, su voz susurrando su nombre era de las mejores cosas que había escuchado en mucho tiempo. Quería más, nada le parecía suficiente. Terminó de quitarse la ropa y de deslizar los pantalones del rizado hasta dejarlos en el suelo.

Contempló su cuerpo tendido sobre la cama durante algunos minutos, el cual sobrepasaba con creces cualquier fantasía que haya tenido antes. Se colocó otra vez de rodillas en el piso, apoyando las piernas de Jack sobre sus hombros. Después de succionar a sus anchas, humedeció su dedo índice y lo colocó, con mucho cuidado, en su entrada. Empezó a dibujar pequeños círculos alrededor, provocando espasmos de placer en el cuerpo del otro. Poco a poco se fue acercando, abriéndose paso con cierta dificultad.

- Estás muy apretado - soltó con lujuria - se siente demasiado bien estar dentro de ti.

Sus movimientos eran pausados, no quería dañarlo, quería que disfrutara de la mejor manera posible. Una vez que lo hubo preparado lo suficiente, se puso de pie y apoyó la punta de su sexo en su entrada a medio dilatar.

- Hazlo despacio - pidió el rizado, al percatarse de lo que estaba a punto de suceder.

- Claro, cariño - respondió Finn, a medida que empujaba las caderas para poder penetrarlo.

Su miembro se fue deslizando lentamente, produciéndole sensaciones sublimes que lo incitaron a soltar varios suspiros de placer. Aumentó el ritmo, Jack mordía su labio inferior con fuerza, era una mezcla de dolor y felicidad. Le estaba gustando, le estaba gustando demasiado.

- Más rápido - demandó, una vez que su cuerpo logró adaptarse a las dimensiones del castaño.

El aludido obedeció de inmediato, su pulso se aceleró y la sangre empezaba a bombear con más fuerza por todo su cuerpo. Sus piernas comenzaron a adormecerse y supo que estaba a punto de correrse. Lo cogió de la cintura para que la penetración fuera más profunda y, tras un último movimiento brusco, logró venirse dentro de Jack.

Segundos después sintió un líquido caliente mojando su abdomen. El rizado también había llegado, aunque no al mismo tiempo. Los dos se miraron en medio de la oscuridad, disfrutando las últimas sensaciones antes de recuperarse por completo. Finn se dejó caer al lado del menor y rodeó su cuerpo con su brazo izquierdo. Era cálido y suave, era como regresar a casa.

- No puedo creer que finalmente haya pasado - lo escuchó susurrar, mientras sentía sus dedos acariciando su piel.

- Yo tampoco. Lo he estado deseando desde la primera vez que te vi - observó su hermoso perfil y sonrió al comprobar que todo era cierto, que no se trataba de un amante de turno, sino que era realmente Jack.

- Yo no podía pensar en otra cosa... - confesó, ruborizándose nuevamente.

El rizado se echó sobre su lado izquierdo y se ocultó en el pecho de Finn. Sus corazones latían al unísono mientras la noche pasaba lenta, aguardando en silencio un último suspiro.

Stay in my Heart ~ Fack ~Where stories live. Discover now