cap 38

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*Narrado desde el punto de vista de Mangel*
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Que puta mierda de vida joder. Pensé que mi padre iba a comprederme por una véh en su vida, pero no, no acepta la idea de que soy homosexual. Mi madre no sé lo que habrá pensao' pero seguro que lo aprueba. Si por mi fuera me iría mañana mihmo pero el sábado tengo una comunión de un primo mío, aunque ehtábamoh a luneh todavía.

-Voy a la ducha -le dije a Rubiuh que ehtaba tumbao' en la cama, él solamente me miró.

Necesitaba dehpejarme, hacer llegar a comprender a mi padre de que me guhtan loh hombreh, era algo imposible pero...
Al salíh de la ducha me acosté directamente en la cama, tapándome del todo, no quería saber de nadie ni de nada. Solamente que ehte día pasase...

-¿Vas a dormir? -preguntó Rubiuh.

-Sí, si quieres enciéndete la tele -abrí el cajón y le dí el mando.

No sé a que hora se durmió Rubén ni na'. Me levanté bahtante pronto bajando al salón, dejando a Rubiuh dormíh un poco. No había nadie así que fui a prepararme el desayuno tranquilamente. Un Cola-Cao con galletah, lo máh normal.

-¿Y a mi no me preparas el desayuno? -me giré rapidamente y ahí ehtaba Rubiuh en la puerta, acercándose a mí-. Bueno, me cojo este vaso y tú... ya te haces otro. Gracias.

-¡Seráh cabrón, Rubiuh! -se fue corriendo al salón el muy hijo de puta, pero le quería.

Fui al salón y me senté junto a él.

-Me lah vah a pagar -le dije riéndome.

-Ya, eso habrá que verlo, ¿cómo quieres que te las pague? -sonrió-. Yo estoy a tu entera disposición...

Yo solo me reí y encendí la tele. Miré a Rubiuh, que ehtaba con la taza de Cola-Cao bebiéndosela, era tan mono. Le quité la taza y anteh de que dijera nada lo besé.

-Te quiero -le dije, aunque no pudimoh decirnoh na' máh, porque mi padre apareció de repente. Seguramente me habrá escuchao'. Noté que Rubiuh se puso nervioso al momento y apoyé mi mano en su rodilla, mirándole.
Mi padre se sentó en un sillón que había al lao' del sofá, con su taza de café. Hizo una mirada a Rubiuh que no me guhtó para nada. Una mirada de odio y asco a la véh.

-¿Y esa tal Sandra? -preguntó entonceh.

Hubo un largo silencio, pero le rehpondí.

-No me la mencioneh, la he dejado -ni le miré al habláh.

-Pues seguro que sería mucho mejor para ti que... este -le hizo otra mirada. Rubiuh ni siquiera miró.

-No te voy a consentíh que le hableh así -le rehpondí apoyando la taza con un golpe en la mesa-. Te lo volveré a repetíh tantah veceh como haga falta. RUBÉN EH MI NOVIO. Y si quiereh podemoh empezáh a dihcutir de nuevo, pero ehta véh ganaré yo.

-¿Me estás amenazando? 

-Oiga mire, si no le gusta nuestra relación se va. Haber si le queda claro, su hijo ya es mayorcito para hacer lo que él quiera ¿vale? Y si no le gusta se jode y se aguanta. Pero lo que yo no voy a consentir es que me hable de esta manera ¿está bien? -dijo Rubiuh, me sorprendió lo que dijo. Mi padre se ehtaba cabreando máh que ningún otro día, pero apareció mi madre y mi hermana por la puerta y no dijo na' máh.

-Buenos días chicos -saludó mi madre. Mi padre se fue enfadado, dando un portazo-. ¿Otra vez habéis discutido?

-¿Por qué está así? -preguntó entonces mi hermana.

-Por nada cariño, cosas que pasan -contestó mi madre.

-¿Vamoh a pasear al perro, Rubén? -él asintió, y noh fuimoh arriba a vestirnoh y eso.

mangel y rubius gayWhere stories live. Discover now