cap 63

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*Narrado desde el punto de vista de Rubius*
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Por fin habíamos llegado a casa, por fin Mangel estaba recuperado y por fin podría estar con él todos los días, podría besarle, abrazarle, acariciarle, era lo que más deseaba desde hace tiempo. 
Estábamos en el pasillo, besándonos, jamás quería que acabara este momento, sus labios seguían siendo los mismos, finos y perfectos, suaves y dulces.

-Joder, como te quiero -le dije, le tenía apoyado contra la pared.

-No sabeh cuanto te quiero yo -me contestó.

Tenía que tener un poco de cuidado ya que su pierna derecha no estaba del todo recuperada e iba con una muleta, en unas semanas ya caminaría normalmente. Hacía demasiada calor, no lo soportaba, dios, tenía que darme una ducha.

-Mangel, voy a darme una ducha, hace demasiada calor.

-Está bien.

Iba a ir rápido ya que no quería separarme ni un minuto de él, no después de todo lo que pasó, después de que por unos instantes casi lo perdí para siempre. El agua fría caía en mi piel, que sensación de alivio por dios. Pensaba en todas las cosas fabulosas que haría con Mangel este verano, nos íriamos de vacaciones a algún sitio y montones de cosas más. 
También pensé en el tema de Youtube, hacía ya dos meses o así que no subía vídeos y tampoco me conecté a twitter para ver menciones ni nada. Tendría millones de menciones. No sé lo que haría, ahora en estos momentos lo más importante era Mangel y lo demás me daba exactamente igual.

Mierda, se me olvidó la ropa en la habitación, me puse una toalla y fui corriendo hacia ella. Por suerte Mangel no estaba en el salón. Pero entonces salió de su habitación, mierda, mierda, mierda, se quedó parado, mirándome, yo entré a mi habitación cerrando la puerta enseguida pero él entró detrás mía.

-¿Qué pasa? ¿Te avergüenzah de tu novio? 

-N-No... -respondí timidamente. Entonces fue acercándose a mí, cojeando un poco, me cogió de la nuca y me acercó a su cara para luego besarme, yo le cogí de la camisa para quitársela, luego posé mis manos en su cara aún sin parar de besarnos.

Joder, yo seguía con la toalla puesta y Mangel no dudaría en quitármela en cualquier momento. Encima empezó a acariciarme con una mano el cuerpo y eso me ponía bastante. El torso de Mangel desnudo era sinónimo de perfección, bueno, él era la perfección hecha realidad. Entonces su mano bajó hacia la toalla. Joder, no se lo que hacía Mangel para ponerme tanto, no pude parar mi erección y Mangel la notó. Comencé a besarle más intensamente, no quería que este momento acabase, dios, dios, me cagué en todo, el teléfono de Mangel tenía que sonar justo ahora.
Él lo cogió.

-¿Sí? -¿quién sería?-. Tran-tranquila, ehtoy bien. No, pero...

Y al parecer la persona que le había llamado colgó.

-¿Quién era? 

-Mi madre, se ha enterao' de que ehtaba en el hohpital y va a veníh aquí, ehtá muy enfadada por no habérselo dicho.

-¿Cuándo viene? -cogí ropa del armario mientras le preguntaba, vi a Raspy entrar por la puerta y ponerse encima de la cama.

-Mañana por la mañana. Joder, ahora ehtoy mal por no habérselo dicho dehde el primer momento, no ha sido juhto...

-Eh, ya verás que todo saldrá bien, le explicaremos el por qué ¿vale? Así que no te preocupes -él no pudo evitar sonreír-. Bueno, voy a vestirme.

mangel y rubius gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora