*Narrado desde el punto de vista de Mangel*
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Meh dehperté algo tarde de lo normal, suponía que Rubiuh ya no ehtaba durmiendo, alomejóh se fue al salón o que se yo... Bueno, me levanté y salí de la habitación, medio dormío' y vi ahí a Rubiuh y a su madre, loh doh de pie. Entonceh Rubiuh me cogió del brazo y me acercó a él, yo ehtaba un poco sorprendido, ¿se lo iba a decíh?
-Mamá, tengo que decirte algo -hubo una pausa-. Mangel y yo somos pareja.
El silencio se apoderó del salón, nadie hablaba y la madre ehtaba algo perpleja, no entendió del toh que había pasao'.
Entonceh, habló:
-Yo... eh... no me esperaba esto... no, no sé qué decir pero... si tu... si tu eres feliz yo... yo también -intentó sonreíh un un poco-. Bueno, ya... ya hablaremos cuando vuelva.
Me miró a mi también, de arriba a abajo, ¿se lo habrá tomao' bien? No tenía ni idea, pero sabía que ehtaba bahtante avergonzao', ya no me miraría con la mihma cara.
Media hora dehpué, ella se fue, nosotroh no noh dirijimoh ni una palabra dehde entonceh pero Rubiuh cortó ese silencio.
-Lo siento... no debería habérselo dicho hoy, aunque...
-Rubiuh, ehtá bien, no te preocupeh, tendría que saberlo igual, así que...
-Ya pero... ¿crees que se lo tomará mal?-dijo algo preocupao'.
-Ya veráh que no, tu madre eh buena y lo entenderá -le sonreí-. Ahora... ehtamoh soloh en casa ¿no?
-Supongo que sí -me dirigió otra sonrisa a mí y yo le besé apasionadamente.
-Nada noh va a separar, jamáh.
Y ahí noh quedamoh, basándonoh
Bueno ese es el ultimo nos leeremos mañana mis queridos pandicornios de nutella los amooo adiositoo
