cap 59

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*Narrado desde el punto de vista de Rubius*
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Joder, pasaron tres días desde el accidente de Mangel y seguía dormido. No me había ido de este hospital aún y no me iba a ir hasta que se recuperase. David vino a por mí para que me aseara un poco y eso en su casa, si no fuera por él me daría igual todo.

-¿Qué tal Mangel? ¿Sigue dormido? -preguntó mientras íbamos andando.

-Sí, espero que despierte ya, los médicos han dicho que no puede entrar en coma ni nada, eso me relaja. Pero no sé, estoy nervioso...

-Tranquilo Rubén, lo importante es que te cuides, Mangel se pondrá bien ya verás, seguro que dentro de nada está otra vez contigo.

-Lo siento, David -me entristecí, Panda era una genial persona y se había portado muy bien conmigo-. Siento que me tengas que aguantar todos los días desde que estuve mal...

-No te preocupes -me dio una palmadita en la espalda.

Después de ducharme y todo me fui de nuevo al hospital corriendo. Cuando entré por la puerta me sorprendí, ahí estaba él con los ojos abiertos y con tres médicos a su lado, los cuales se acercaron a mí y me dijeron unas cosas. Luego fui con Mangel, joder, le echaba tanto de menos... Al fin pude besarle de nuevo. Estuvimos hablando mucho tiempo, se le veía bastante mal y bastante cansado.

-Deberías dormir un poco Mangel -le acaricié el pelo.

-Si, yo también lo creo -me sonrió como pudo-. No te puedeh imagináh lo mal que ehtoy.

-Tranquilo, yo me quedaré aquí.

-Mejóh vete Rubiuh de verdad, tieneh que dehcansar -se tumbó, girando su cabeza hacia mí.

-No, Mangel, aquí estoy bien -mientras le hablaba los ojos se le iban cerrando, hasta que se durmió de nuevo. La verdad no dormía mucho tampoco, casi todo el tiempo lo pasaba al lado de él. Esta noche también la pasé aquí, las enfermeras eran muy amables y me traían comida aunque luego no comía casi nada. 
Al día siguiente por la mañana me desperté tarde, sobre las once y media o así, sentado en una butaca que había en la sala. Me dolía el cuello de la mala postura en la que dormía. Me desperté del todo cuando vi a alguien que me sorprendió mucho entrar por la puerta.

-¡Miguel! -gritó la voz femenina, y me vio a mí-. Pe-Pero ¿qué ha pasado?

-¿Qué haces aquí? -me levanté-. ¿Cómo te has enterado de qué estaba en el hospital?

-Joder, que esto es serio. No vengamos discutiendo ahora ¿vale? Mangel me sigue importando aunque tú no te lo creas.

-Mira Sandra, no sé lo que quieres pero será mejor que te vayas, no te quiero ver ¿No decías que te ibas a ir para siempre? ¿Qué coño haces aquí entonces?

-Oye, hago lo que me da la gana. ¿Tienes algún problema? 

-Sí, tú eres el puto problema, joder.

-¿Quién te crees que eres?

-El novio de Mangel.

Ella se calló, no dijo nada, vi que Mangel empezaba a abrir los ojos y apenas movió la cabeza para mirarnos, tenía la cosa esa puesta para respirar. Me acerqué a él entonces, tocándole el pelo mientras el tenía una mirada debilitada.

-¿Estás bien? -entonces Sandra se acercó también.

-Mangel -ella le acarició la cara-. Se te ve fatal.

Miguel nos miró un poco más, sin poner ningún gesto de asombro, tristeza o enfado, se le veía peor que ayer, mucho peor, ¿qué pasaba ahora? ¿Por qué coño estaba así? Y cerró los ojos de nuevo. Yo me senté en la silla apoyando las manos en mi cara y pasándomelas por la cabeza.

-Joder, Rubén. Sé que todos los momentos que hemos estado juntos han sido malos, con discusiones y todo, lo sé, y me arrepiento de todo lo que hice. Pero esta vez si que he cambiado, es en serio, la otra vez lo dije también pero... me arrepiento mucho, de todo, no me creas si quieres pero es la verdad, esta vez sí. No sé lo que le ha pasado, me he enterado de esto gracias a un amigo. No me gusta verte así ni a ti y menos a Mangel.

-No sé que decir Sandra..., has engañado muchas veces a Mangel y no puedo creerte de momento. Y a Mangel le atropelló un coche, los médicos dicen que puede morir... -comencé a llorar, otra vez, Sandra apoyó una mano en mi hombro.

-Todo se arreglará -la miré-. En cinco días me voy a Inglaterra con mi familia por cuestiones de trabajo, cuando me dijeron esto no me lo creía ¿sabes? Quise mucho a Mangel, más de lo que tú te puedes creer y tampoco le deseo el mal, para nada.

Esta vez sí parecía ser sincera, aunque aún no me fiase mucho de ella por todo lo que hizo. No sabía que creer, supongo que también ella deseaba que Mangel estuviera bien. No quería iniciar ninguna otra discusión, no podía, lo único que me importa en este momento más que nada era Mangel.

-Vendré estos días antes de irme, si no te importa. Quiero ver que Mangel se recupera y pedirle perdón por todo aunque él no me perdone luego, quiero que todo esté bien... Venga Rubén, ánimos.

-Gracias...

Aunque siguiera sin caerme bien estaba desanimado como para darle alguna contestación, si ella quería solucionarlo con Mangel que lo hiciera, como amigos, yo ya le tenía a él para siempre, y jamás cambiaría ahora estoy muy seguro. Solo esperaba a que se recuperase...

-Luego vuelvo.

Y se fue, no sé si planeaba algo o qué, pero me daba mala espina, espero que no sea nada malo. Lo raro es que nadie del trabajo o alguno de nuestros amigos haya venido a desearle suerte a Mangel y mejor. Contra menos gente, menos presión.
Y otro día más se pasaría en el hospital...

mangel y rubius gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora