Capítulo 2: No hables de él

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—Bien Hope, ya es hora de irnos— mamá me ayuda a levantarme y aunque es doloroso caminar ya lo hago mejor, como si solo me hubiese caído y me estuviera levantando, paso aquella puerta aun con la esperanza de ver a James llegar como lo dijo, sé que le dije que no era necesario, pero aun así esperaba que viniera.

Camino por aquellos pasillos como si no hubiese final, mis piernas duelen como si no hubiera dejado de correr por días, si no fuera por mamá que me sujeta, ya hubiese caído, pero una vez que el sol toca mi piel, vuelvo a nacer, de nuevo parece que soy yo. Me subo a la camioneta de mamá con cuidado y ella no tarda en subir por el otro lado.

—Lista— me dice una vez que enciende el auto y sin pensarlo asiento, no sé si lo estoy realmente, pero todo es mejor que estar en el bendito hospital, bajo un poco la ventanilla y dejo que el viento golpe mi rostro descaradamente, aprecio las nubes y los pájaros volar, siempre he deseado poder tener alas, será un sueño que jamás podre cumplir, será imposible al menos en esta vida

—¿Estas bien Hope? — la voz de mamá me hace dejar de ver por aquella ventana y regresar a la realidad, lejos de todos mis pensamientos

—Si—respondo, pero en verdad no sé si eso es cierto, no sé realmente como me siento, por un lado, debería estar feliz de poder estar viva, pero por el otro haber cerrado mis ojos para siempre hubiese sido mejor que esto que siento en el pecho

—Ya llegamos—se estaciona y baja del auto, yo trato de abrir la puerta y lo logro, pongo un pie en el suelo y mamá me toma rápido de un brazo, como cuando era pequeña y no quería que cayera al suelo, por lo que sonrío

—Espera Hope, aun no estás bien para poder moverte sola— me dice, pero aun así trato de no apoyarme sobre ella, quiero caminar lo antes posible sola, sin su ayuda

—Entra—dice una vez que ya estamos en la puerta de mi casa y la cierra al pasar, camino yo sola hasta el sofá y me siento sobre el como si hubiese estado esperando eso por mucho tiempo

—¿Estas bien?, no te duele mucho el cuerpo—volteo los ojos y la veo, sé que se preocupa por mí, pero a veces siento que exagera, aunque si me duele un poco, no le diré

—Sí— miento —ahora ven, siéntate conmigo, aún hay cosas que necesito que me aclares— la veo ponerse nerviosa un poco al escucharme, pero hace lo que le he pedido finalmente

—Ahora dime, ¿por qué no me he puesto mal ni agitado como antes? —mi pregunta es directa, es algo de lo que ya me había dado cuenta y necesito que me explique, mi enfermedad no puede desaparecer de la noche a la mañana, es imposible tal cosa

—Bueno, después de que te desmayaste en tu habitación , te lleve al hospital enseguida, llegaste casi muerta allá, no sabes cómo me sentía, no dejaba de llorar y los paramédicos hacían todo lo posible para mantenerte con vida, estabas pálida y fría, cuando llegamos, rápido te pasaron a urgencias, pero después de 5 minutos el medico salió para decirme que estabas muerta—las lágrimas que salen de sus ojos al contar cada parte me hace querer llorar, no me imagino lo que sintió al verme así, es como si me contará una película que vio el día anterior

— Lloré como jamás lo había hecho en la vida, estaba destrozada, el medico trataba de tranquilizarme, pero ni tu padre lo hubiese logrado, esa noche llovía demasiado fuerte como nunca antes, los truenos que se escuchaban en el cielo eran cada vez más fuertes y profundos, quería morirme para estar contigo hija—me toma de las manos fuertemente y siento algo de su dolor al sentir su contacto

—De pronto ya cuando estaba tirada sobre el piso, pensé de nuevo en tu padre, lo necesitaba más que nunca y no estaba, nunca está, en ese momento una enfermera salió, su cara estaba pálida y no reaccionaba del todo bien, entonces hablo y dijo: "Ella a abierto de nuevo los ojos doctor, ella está viva", sentí como el alma me regreso al cuerpo cuando escuche aquellas palabras, el medico no tardo en entrar y la enfermera se quedó conmigo, yo quería entrar para verte, saber que esa enfermera no mentía, después de unos minutos salió de nuevo el médico y sorprendido tomo mis manos y pronunció unas palabras que jamás olvidaré," Su hija está bien, a lo que me refiero es que, no ha muerto", te juro que casi lo besaba, me sentía tan feliz, después de eso pasaron días, 32 para ser exacta, el medico decía que estabas bien, pero tú no despertabas, todos los días esperábamos que abrieras los ojos con ansías, James hablaba contigo todos los días al igual que yo, incluso su novia lo acompaño en dos ocasiones, hasta que ese día despertaste, no sabes cuánto recé para poder ver de nuevo tus ojos, esa sonrisa en tus labios— sonrió y la abrazo, yo también necesitaba mirarla de nuevo, pero yo no recuerdo haber abierto mis ojos hasta ayer que lo hice

Mi Propio Demonio [Libro 1] |H.S|Onde histórias criam vida. Descubra agora