Capítulo 32: Mí bello ángel

138 29 9
                                    

—Sabes que no permitiré que te alejes de mi lado tan fácilmente— apenas sonríe al escucharme decirle aquello

—Espero que no lo hagas— me toma en sus brazos y me acomoda sobre su cama, me mira por unos segundos y después se levanta

—Debes descansar en una cama y no te preocupes, estaré cerca por si me necesitas— que diga aquello me provoca una sensación helada en el pecho, lo miro y me mira, pero es diferente, es como si no estuviera aquí realmente. Estiro mi mano y a pesar de que tarda en tomarla lo hace, baja la mirada y lo obligo a acercarse más a mí, su rostro de nuevo tiene aquel gesto, la tenue arruga en su frente, la casi inexistente sonrisa de lado que se dibuja en su lúgubre rostro cubierto por la sombra de la habitación y la melancolia que parece caracterizarlo los últimos días

—No me dejes dormir sola— le suplico lo suficientemente fuerte como para que me escuche con claridad, me he acostumbrado a dormir con él y no podría ser eso peor

—Nunca lo has hecho— su contestación me deja un tanto confundida, pero lo ignoro al verlo quitarse la camisa y las botas, la cama se hunde y de pronto su rostro se encuentra junto al mío, observando cada imperfección de mi tan deteriorado y lastimado rostro, mientras yo observó cada perfección del suyo, grabando incluso hasta cada ligera arruga y nuevo lunar que han aparecido en él

—Eres la criatura más bella que mis ojos podrán ver Hope— su estúpido alago me hace sonreír y sonrojarme como hace tiempo no lo hacía, solo él tiene ese efecto en mí, es el único que puede sacarme de quicio en un segundo y al siguiente enamorarme un poco más, como si eso fuera posible

—Eres aquello que jamás me cansaría de apreciar, y que quede claro en esa hermosa cabecita que tienes, te amare por siempre y para siempre mi amor— siempre, repito para mí misma aquella palabra que significa aún más que eso

—Creo que tus ojos son engañosos amor, puesto que vos es el bello en esta habitación y en mi mundo— aquella sonrisa de lado aparece en su rostro al escucharme decirle aquello, no tiene idea de lo que daría por verlo con aquella sonrisa todo el tiempo

—He sido un imbécil, es demasiado tarde ya, siempre uno comete el mismo error— lo escucho decir mientras su mano acaricia mi mejilla suavemente y me observa con detenimiento, con total calma y dulzura, como quizás yo lo miro la mayoría del tiempo

—Ya no puedo estar sin ti, y lo peor es que no se si eso te haga más daño del que ya has sufrido— me acercó más a él hasta rozar su nariz con la mía, a pesar de que ambos hemos hecho y sufrido circunstancias que no deberíamos, sería muy estúpida si digiera que me ha hecho daño, cuando solo ha venido a darme esperanza y hacerme vivir...

—Tu solo has traído luz a mi vida, tu solo eres amor para mi Harry— lo beso tiernamente mientras saboreo con tal detenimiento y gusto sus labios, me dejo perder completamente en ellos, en sus brazos, en sus caricias, en simplemente Harry...

El aroma a comida inunda tan rápido mis fosas nasales que mi estómago comienza a gruñir sin discreción alguna, abro mis ojos con una sonrisa en el rostro y me doy cuenta de que Harry no se encuentra ya en la cama. Me levanto con cuidado mientras siento el dolor de mi pierna más intenso con cada paso que doy, el suelo cruje mientras me muevo por la habitación, veo a todos lados y me quito la ropa que traigo, la arrojo a una esquina y me pongo una bata un tanto transparente, no me molesto en verme en el espejo, así que solo paso mis manos por el cabello y me guio por el aroma de la comida

—Pero que delicioso huele— grito fuerte mientras enrollo mis brazos en la cintura pegajosa de Harry

—Ahg— me quejo un poco al sentir la piel de Harry pegándose ligeramente a mis brazos, es entonces que lo escucho reír

Mi Propio Demonio [Libro 1] |H.S|Where stories live. Discover now