Capítulo 8: Desde la ventana

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Escuchar su voz solo provoca que pegue mi frente en la alfombra y cubra mi rostro con mis manos, dejo que las lágrimas dejen de salir y comienzo a respirar de nuevo, es evidente que no puedo seguir así, tengo miedo que en cualquier momento todo acabe

—¿Qué sucede bebé? — un gemido desgarrador sale de mi garganta al escucharla llamarme de esa forma, estoy muriendo un poco más cada vez que pienso que la he perdido

—¿Qué sucede mamá? — al ver que no le contesto mi madre le pregunta a la abuela y entre las dos tratan de levantarme del suelo, tardan un poco en lograrlo, pero logran levantarme después de unos intentos. Es como si de pronto me sintiera muy débil, mis piernas parecen no soportar mi peso por lo que me sujetan lo suficientemente fuerte para no dejarme caer, me dejan en la cama y me aviento hacia mamá al reaccionar, la abrazo tan fuerte como puedo, como si fuese la última vez que lo haré

—Mamá no vuelvas hacerme esto, por favor no más — le digo aun con lágrimas en los ojos y con la voz ronca, aun no asimilo del todo que está aquí, que está bien

—Pero, ¿qué sucede?, no entiendo nada— ella dice y la abuela la toma del hombro

—Cuando íbamos a entrar nos dimos cuenta que en la entrada había muchos vidrios — la abuela le explica, pero la interrumpo antes de que termine

—Algunos estaban manchados con sangre, pensé que te había sucedido algo. Además, te hablé y no me contestaste, no tienes idea de lo que pensé, necesito que estés bien mamá, tienes que estarlo pronto — le digo tan rápido que soy incapaz de contener las lágrimas, ella solo se acerca a mí y quita mis lágrimas tan pronto salen

—Ya no tratare de hacer nada en contra mía, no te puedo abandonar bebé — sonrío al escucharla y ver la decisión en sus ojos, le creo

—Eso es genial, porque no estoy preparada para perder a la mujer que más amo — le digo mientras ella acaricia mi rostro, ni siquiera recuerdo en que momento me volví tan cursi. La abuela sonríe, pero en un instante su rostro cambia a uno angustiado

—Entonces, ¿de dónde salieron los vidrios? — todas nos volteamos a ver y salimos de la habitación

Subo los escalones hasta llegar a mi habitación, es como si algo me hablara, pero apenas entro aquella sensación helada me aborda rápidamente, como si me esperara

—¡Ay por Dios! — digo y escucho como alguien entra después de mí, pero no volteo, no puedo dejar de ver el desastre en mi habitación y aquellos vidrios esparcidos por gran parte del suelo

—¿Qué sucedió aquí? — la abuela detrás de mi grita prácticamente y apenas me giro, veo la confusión y el asombro en el rostro de mamá

—No escuchaste nada mamá— es lo único que digo y ella se acerca más hacia la ventana

—No, nada— la escucho decir y de nuevo llega a mi mente el ruido que escuche cuando James me estaba besando.

¡Fue el!, él nos veía desde la ventana de esta habitación, podía sentir que alguien nos miraba, incluso James volteo hacia acá cuando hablábamos, quizás él también pudo sentirlo

—Hay que levantar esto y llamar a la policía, no sabemos quién hizo esto y si acaso se robó algo — la abuela sugiere y el nerviosismo se apodera de mi tan rápido que me siento culpable, tengo que hacer algo para evitar que lo haga

—Tal vez algún niño lanzo algo, yo veo que todo está en mi habitación, si hubiese sido alguien queriendo entrar, se hubiese llevado las cosas de valor, ¿no? — las dos me observan mientras trato de ser realista y creer en mis propias palabras

—Sí, quizás tengas razón — dice la abuela mientras me mira con una expresión de duda en su rostro, sé que no me ha creído del todo, quizás y hasta sabe que oculto algo

Mi Propio Demonio [Libro 1] |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora