Capítulo 14:¿Te doy miedo?

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—Bueno, al menos podrías bajarme— le pido ya más tranquila, quizás ambos nos hemos comportado mal desde el principio

—Hasta que lleguemos a la habitación — frunzo mi ceño al escucharlo, es imposible, ni que estuviéramos casados, solo espero que me tome gentilmente cuando me baje y la cama este llena de pétalos de rosas

—Harry— le hablo mientras sonrío y veo al suelo, solo intento no mirar más esas dos curvas que tan bien se mueven

—Hope— comienzo a reír por lo gracioso que ha sonado aquella contestación, creo que al fin nos entendemos

—¿Peso mucho? — finalmente pregunto y lo veo detenerse, trato de ver el número de la habitación de enfrente, pero es imposible, no soy nada ágil

—Algo — abro mi boca ofendida al escucharlo, observo el hermoso tapete de la habitación hasta que me baja y toco el suelo de nuevo

—Gracias, creo— le digo mientras lo veo observarme, por lo que comienzo a jugar con mis manos nerviosa, lo odio

—Bueno, ya traerán la cena, si quieres lava tus manos — lo veo señalar hacia lo que parece ser la cocina y camino hasta allá

Veo cada detalle conforme avanzo, cada mueble en mi camino, llego hasta la tarja y lavo bien mis manos, puedo sentir su mirada en todos mis movimientos, sé que seguramente me observa desde una esquina oscura, algo que me hace sentir nerviosa, pero al mismo tiempo lo comprendo, tener enfrente a alguien como él es fácil suponerlo, digo, tiene una mirada que atemoriza a cualquiera, es alto y delgado, su piel es blanca como papel y esa melena larga solo lo hace ver aún más rudo, sin mencionar su forma de vestir, el color negro que lo caracteriza y su fría y tajante manera de hablar solo le da ese impulso para si quiera acercársele.

Me giro hasta cruzar mi mirada con la de él y justo como supuse, me observa recargado a un lado de la puerta, como si fuera el encargado de dejar salir o prohibir entrar, camino hacia el de todas maneras, aunque mis piernas tiemblan, a pesar del latido desbocado de mi corazón, no me detengo, hasta que tocan a la puerta y ambos salimos de ese algo al que viajamos al estar juntos

—Pasemos al comedor— no digo nada al escucharlo, simplemente asiento y camino hacia donde él va

—Toma asiento — levanto ambas cejas al escucharlo, pero no permito que vea aquel gesto de mi parte, de pronto es todo un caballero

—Toma el platillo que más te agrade— agarro el que tiene la ensalada sin dejar de verlo, sí que logra jugar conmigo

—Bien, provecho— lo escucho decir por última vez, ambos comemos lo que hay en nuestros platos sólo mirándonos en diversas ocasiones por pocos segundos

—No te molestare mucho tiempo, solo en lo que me acomodo en otro lugar— sonrío mientras él me observa

—Muy buena la comida, gracias— le digo sin nada más que platicarle, es difícil estar con él, me es complicado que decir y más aún cómo reaccionará

—Es bueno que intentes alejarte de mí, me parece perfecto — sus palabras son hirientes, pero no sé si más para él o para mí

—Creo que te equivocas, podría ser todo lo contrario — respondo de pronto, es evidente que ambos somos un desastre, pero es el quien me aleja, tomo aquel brócoli con mi tenedor y lo llevo hasta mi boca, quizás solo debo pararme e irme de aquí, puedo hacerlo, pero el deseo de hacerlo no aparece

—He hecho cosas que no imaginarias ni siquiera en tus pesadillas, vaya ejemplo— deja el tenedor de lado y levanta su vista hasta la mía

Mi Propio Demonio [Libro 1] |H.S|Where stories live. Discover now