Capítulo 2

14.2K 321 27
                                    


Ella siempre será la ganadora.

Narra Cepeda

Después de leer junto con Noemí varios tweets y mensajes desde toda la red, me sentía mejor. Sentía que algo podría continuar al salir de la academia y este no era el final. Tal vez no eran muchos, tal vez sería efímero, pero sería.

— Tenemos algo más que nos gustaría enseñarte.— Volví la mirada a Noemí, que se acercó un poco más a mí.— ¿Recuerdas la canción que has compuesto en la academia? " llegas tú." —Yo asentí y ella me invitó a mirar a la pantalla.

Empezó a sonar mi canción tocada al piano en un vídeo en blanco y negro. Los dedos de lo que parecía ser una mano de mujer se deslizaban por las teclas cayendo en diferentes acordes. Para mi sorpresa, una voz empezó a sonar de una forma increíble. ¿Eso era un cover? ¿Tenía un cover? Tocaba el piano con suavidad y diferentes planos de una sonrisa sentida se sucedían. Otra igual se dibujó en mi cara y amenazaba con no borrarse en semanas.

Ni siquiera era una canción completa, tan solo unas estrofas y un estribillo y ya alguien había decidido hacerla suya, encima de esa forma tan increíble. Mis ojos seguían clavados en la pantalla cuando un fundido en negro provocó que mi atención volviese a Noemí, aunque mi cabeza siguiese en el vídeo.

— Al final de la gala 0 os pedimos que escribierais quién creíais que sería el ganador del programa. La mayoría de tus compañeros se decidieron por Agoney— dijo mostrándome una carpeta con los votos de todos los compañeros que se habían ido hasta ahora.—. Aunque todos lo cambiaron a Aitana o Amaia cuando tuvieron que marcharse. ¿Tú recuerdas a quién votaste, Luis?

La pregunta me pilló por sorpresa y aunque buscaba con ansias ese recuerdo en mi memoria, no lograba encontrarlo. Me rasqué la cabeza y torcí una sonrisa un poco incómodo conmigo mismo por no haber logrado darle una respuesta.

— La verdad es que no lo recuerdo. Ha pasado mucho tiempo ya.

— Tenemos el sobre aquí —habló señalándolo. Yo asentí—. Voy a leerte lo que habías puesto, ¿vale? Y ya colocamos los imanes en la pizarra —explicó haciendo alusión a la pizarra blanca repleta de las caras de mis compañeros que nos acompañaba desde que habíamos entrado en la habitación. Rompió el sobre de color violeta con cierta brusquedad y extrajo de su interior aquel papel que yo mismo había escrito con un nombre hacía ya más de dos meses —. Aitana.

Lo pronunció con una sonrisa tierna. Mis ojos escaparon del contacto con los suyos en cuanto la nombró. Tres sílabas que me hacían perder el control de mi exterior, de mis ojos, de mi expresión. Lo mejor que me llevaba de esta aventura, muy contra todo pronóstico no eran conocimientos ni experiencia, esta vez el "chico de piedra" había encontrado un ser pequeñito que me arrancaba sonrisas a todas horas.

Noemí dejó un imán naranja con su rostro junto a mi nombre, sobre la pizarra. Todavía quedaba un hueco en blanco que completar. Fruncí el ceño.

— Después de lo que has visto y vivido en el programa, ¿te gustaría cambiar tu voto? —preguntó mostrando la mayor seriedad posible.

Mi cara se descompuso en la sorpresa absoluta y contuve una carcajada para poder responder.

— No —exclamé finalmente antes de ser comido por la risa que retenía—. Ella siempre será la ganadora.

Narra Aitana

Dediqué otra mirada examinadora sobre mi cuerpo reflejado en el espejo. La tela de aquel vestido amarillo se me entallaba a la cintura y me resaltaba los hombros. Bueno, todo lo que se podía pedir con un disfraz de poliéster.

Bella nunca había sido mi princesa favorita, supongo que no la cogí en aquel momento de mi niñez donde me encariñaba con cualquier personaje animado que saliera en la televisión del salón de mi casa. Sin embargo, la banda sonora me había ganado muchos años después. Era de las más bonitas, de aquellas que cantaba a solas por los pasillos cuando estaba feliz, que bailaba sola mientras Vicente se reía de mí.

Miré entonces a Amaia y Alfred, que hablaban entre risas acompañados por Roi. Quizás la canción hubiera sido más apropiada para ellos, le habrían puesto un enfoque totalmente diferente. Supongo.

El sorteo lo había querido así y quizás, en cierto modo, contando con la amenaza de que Luis fuese quien abandonase la academia esta semana y la bella y la bestia fuese a ser nuestra última canción juntos, le había puesto empeño, mucho. Había tirado de Luis todos los días por unos minutos más conmigo, juntos; pero trabajando. Había podido disfrutarlo un poco más.

Y aún así después de tanto ensayo, me encontraba frente al espejo intentando preguntarle a mis ojos si sería capaz de cantar, de mirarlo a los ojos y no romperme. Notaba mi garganta seca y una horrible presión en el pecho imposible de ignorar. Aunque en algunos momentos con más intensidad que en otros, no había parado de llorar desde aquel último abrazo, desde el último "no te vayas, por favor".

— Ay, Aitana... qué horror —Los ojos de la navarra me buscaron preocupada. Dejé que me abrazara—. Es que me estás partiendo el alma.

Ladeé un poco la cabeza buscando no chocar con las alas blancas de su traje. Su disfraz de Buzz Lightyear tenía todas las papeletas para sacarme la primera sonrisa desde la expulsión de Luis. Su cabeza parecía diminuta enfundada en aquella malla de color lila.

El sonido de la puerta hizo el silencio y mis ojos hinchados hicieron acople de todas sus fuerzas para ser capaces lo más rápido posible de transmitirme quién abandonaba aquella sala.

Noemí apareció tras ella seguida por Luis en un ambiente melancólico. El reloj empezaba a correr de nuevo y no quise perder ni un segundo de su calor.


Tú no te Irás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora