36. Todo seguía igual.

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Ricky y Cepeda se miraron con la boca abierta. Ana y Mimi se separaron, se miraban serias y Roi y yo lo hacíamos preocupados.

La tensión de la atmósfera que allí se había creado fue interrumpida por un montón de gritos provenientes del exterior del edificio. Corrí a asomarme a la ventana mientras Roi subía la persiana para que todos pudiéramos ver. Un microbús acababa de aparcar frente a la puerta y la seguridad aseguraba la zona mientras los chicos que aún quedaban por llegar salían del vehículo parándose a saludar de vez en cuando.

Me giré de nuevo hacia dentro. Mimi y Ana aún no se habían movido.

- ¡Vamos abajo a saludarles! - gritó Ricky al desaparecer por el pasillo seguido de cerca por Luis.

Roi y yo fuimos detrás y Ana y Mimi hicieron lo mismo.

Nos encontrábamos en el vestíbulo, sonrientes esperando la llegada de nuestros compañeros. Me volví hacia atrás y pude ver como Mimi agarraba la mano de Ana, hice lo mismo con la de Luis.

Alfred, Amaia, Agoney, Nerea, Raoul, Thalía, Marina, Juan Antonio, Mireya y Miriam entraron al vestíbulo.

Se sucedieron minutos de abrazos y besos.

Amaia vino corriendo junto a nosotros gritando.

- Dios mío lo sabía. Joder lo sabía!! Yo soy la primera Aiteda que lo sepáis. Ay, por favor me encanta. - la miramos sorprendidos por su efusividad y ella nos sonrió. - Os quiero mucho. - dijo abrazándonos.

Sin parar de mirarnos emocionada añadió.

- Bueno, las javas y Martí también lo eran, pero más en las sombras.

Reímos y Noemí y Manuel entraron también al vestíbulo.

- ¿Estamos todos? - preguntó Manu.

Respondimos al unísono.

- Pues subid a dejar vuestras cosas a la habitación y corriendo al bus otra vez. Ya son las seis y media. Ay que ver que desorganización. - se agobió Noemí mientras gesticulaba de forma exagerada.

Poco tiempo después estábamos dentro del vehículo. Había decidido sentarme con Amaia, para ponernos al día. Alfred, Luis, Roi y Juan Antonio se habían sentado al final del bus.

Noemí se levantó una vez aparcamos y antes de que nadie saliera empezó a explicarnos.

- Operación Triunfo nos ha cedido el local a cambio de un pequeño programa que se emitirá en la televisión. La fiesta será en la academia. - un grito de emoción colectivo la interrumpió haciendo que ella y Manu se rieran. - Quiero que todos estéis avisados. Habrá cámaras durante la cena y una hora después. Tendremos que cantar un par de cosas. - Todos asentimos. - Una vez termine ese tiempo se apagarán. Podréis sacaros los micrófonos y decir lo que os dé la gana. No saldrá en antena. Dicho esto, adelante.

Subimos hasta el último piso del edificio con prisa. Atropellándonos. La academia no se iba a mover, pero un segundo más en las escaleras era un segundo menos en aquella segunda casa que pensamos haber dejado para siempre.

Fui la primera en llegar a aquella puerta negra por la que había salido al exterior hacía ya más de medio año. Habían pasado tantas cosas y todo ahora parecía ir tan rápido... Tenía una nueva familia, dieciséis personas que me apoyaban incondicionalmente. Estaba cumpliendo un sueño, entrevistas, actuaciones, música. Si todo seguía como hasta ahora, no tardaría en sacar un disco y hace apenas un año, me emocionaba ya cantar delante de mi pueblo en alguna fiesta patronal. Había conocido a Amaia, una de mis mejores amigas y a la que sentía que tendría para siempre. No importaba el tiempo que pasara.

Sentí una mano y me giré para encontrarme a un Luis que me miraba nostálgico. También ahora lo tenía a él. Aún podía imaginarlo con el pelo mojado bajo la lluvia de Manchester. Él y sus papeles mojados, su sonrisa irrompible y el mundo que llevaba en sus brazos, aquel en el que me gustaba perderme de vez en cuando.

Ojalá pudiera encerrarme en esta academia con todos otros tres meses. Para siempre incluso, con un par de salidas para no volvernos más locos.

Sonreí de vuelta a Luis y besó mi mejilla antes de ayudarme a empujar la puerta con fuerza.

Todos nos rodearon entrando entre gritos. Me cogió la mano y entramos también cerrando tras de nosotros.

- Chicos, pensad cada uno una canción para cantar después de cenar. Los duetos haremos los de siempre. - Dijo Noemí antes de desaparecer tras la puerta. - Os dejamos solos.

Aquí dentro todo seguía igual, eramos los mismos.

Después de dar un par de vueltas sin rumbo intentando recordar todo lo que se podría haber olvidado, los olores, el tacto de la mesa, las sensaciones... Terminamos sentados en el sofá del salón.

- Tengo muchísimas ganas de cantar Heaven. - se emocionó Roi.

- Yo creo que me voy a quedar con quédate conmigo. Valga la redundancia. - rió.

- Chandelier. - dije con convicción para después mirar a Luis.

- Yo voy a cantar Y llegas tú. - me sonrió.

- ¿Puedes? - le pregunté con una mirada enternecida.

- Supongo que sí. - Se encogió de hombros.

- Ay chicos, joba. No puedo con vosotros. - habló Amaia desde el extremo del sofá.

Después de la cena empezaron las actuaciones. Se notaba lo mucho que habíamos mejorado. Todos nuestros profesores habían venido como si se tratara de un nuevo pase de micros y en el móvil podíamos ver que había más de 200.000 personas conectadas. Pensar que este lugar estaría lleno de nuevo en pocas semanas por dieciséis nuevas personas me daba un poco de tristeza. Dejaría de ser nuestro.

Escuchar a Luis cantar siempre me hacía recordar

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Escuchar a Luis cantar siempre me hacía recordar. Cada día que pasaba, el No Puedo Vivir Sin Ti tomaba más sentido. Sentía cada palabra que cantaba y la verdad en cada verso de Luis. Todo era perfecto en este instante. Y llegas tú despertaba en mí una sensación mágica. Me había prometido a mi misma no escucharla más que de Luis, en directo. Sintiendo su mirada, sus palabras y que después de aquella lluvia de sentimiento pudiera abrazarme a él y sentirlo conmigo, de verdad y para siempre.

- Reina. - susurró Luis en mi oreja. - Tengo unos días libres. ¿Crees que puedo ir contigo a Estados Unidos?


Uuuuuuuu 😏 Luis y Abel en el mismo lugar. Interesante. Nos leemos el sábado chicxssss 💜 Se viene capítulo largo y lleno de drama en compensación por este que es un poco flojillo. (Necesitaba contexto para lo que se viene). Sufriréis y el drama será increíble. Como a vosotros os gusta. Vais a fliparlo. No os bajéis del barco nunca.

Tú no te Irás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora