26. Ese no es el problema.

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Maratón (3/5)

- Increíble como siempre. - Marcos me chocó la mano. - Manchester hablará de ti durante semanas. 

Aproveché el momento de pausa para tomar aire y recuperarme de la actuación. Me ajusté el flequillo y caminé acompañada de Marcos hacia vestuario, debía salir otra vez en menos de diez minutos. 

Mientras me terminaban de embutir en el vestido largo que usaría para Arde y Chasing Pavements, Vicente se asomó a la puerta. 

- ¿Te lo pasas bien? - él rió por mi repentina pregunta y se acercó cuando hubieron terminado de vestirme.

- No tienes ni idea. - susurró acercándose a mí. - Verte cantar así en un escenario es genial.

- Tal vez debería cantar una de las que me estás haciendo constantemente. - acorté aún más la distancia que nos separaba. Hacía menos de unas horas que me había encontrado una nueva partitura, "Seré" y hacía unos días, entre la ropa de la actuación, "Floor". Que Vicente compusiese así me llenaba de alegría y aunque aún no había tenido tiempo de prepararlas, las grabaría como sorpresa para él. Estar con Vicente de nuevo me hacía sentir completa. Como si compartiera toda esta experiencia y sensación con la persona indicada.

- Estaría bien sí. - se lanzó finalmente a mis labios. Unos segundos después el sonido de mi teléfono hizo que nos separáramos.

Él rodó los ojos y yo entre risas respondí a la llamada.

- ¿Amaia? Tienes dos minutos antes de que vuelva a salir.

- Si, lo sé, lo sé, te estoy viendo por streaming con Alfred. - se oyó a Alfred saludar desde el fondo. - Lo estás haciendo genial, buah, eres increíble.

- Amaia... Céntrate. - reí. Siempre acababa yéndose por las ramas y olvidando lo que quería decir.

- Ay, si perdón. Lo siento, de verdad. Es que... ¿Has visto lo que ha pasado en twitter?

- ¿Qué? No, ¿qué ha pasado?

- Bueno, yo lo sé porque me lo ha dicho Alfred. Tengo que usar más todo esto si es que tenéis toda la raz...

- ¡Amaia! - la interrumpí.

- Ay, perdón. A ver, te paso el hastag por whatsapp.

- Vale, lo veo luego.

Me despedí de Amaia y volví al backstage con Marcos.

- ¿Cuando tengo que salir? - pregunté mientras me colocaba correctamente el auricular en la oreja.

- Saldrán a presentarte en menos de dos minutos. - respondió fríamente.

- ¿Qué pasa? - me preocupé.

- Vicente tendría que haber vuelto a casa ya hace unos días.

- Ya te he dicho que yo le pagaría la estancia. Me gusta tenerlo conmigo, es la única forma que tengo de verle y si queremos que esto funcione de nuevo...

- Ese no es el problema, Aitana. 

- ¿Y cuál es? - hablé ya con un tono molesto. Marcos llevaba días desvalorizando a Vicente y tratándolo de muy mala manera. Pensaba que Marcos me comprendía, pero no parecía entender el pilar que significaba para mí, y mucho menos me demostraba el aprecio que decía tenerme. 

- Hablaremos después de tu presentación. - concluyó antes de que me indicaran que saliera de nuevo.

...

- Estoy esperando. - me crucé de brazos y me senté en la silla situada en el medio del camerino.

Vacilante, Marcos dio un par de pasos sin rumbo por el cuarto y se ajustó la corbata antes de proceder a hablar.

- Aitana, no todo son rosas y corazones con Vicente. - sonaba comprensivo, paternal, hasta el punto de parecerme repulsivo. 

- ¿Ah, no? - mi tono sarcástico parecía golpear en sus oídos.  Despeinaba su pelo engominado constantemente como un acto reflejo al sentirse acorralado.

- No voy a ser yo quien te hable mal de tu novio.

- Cualquiera lo diría.- le interrumpí.

- Por favor, hazme caso y no te impliques tanto con él en tan poco tiempo. 

Estaba furiosa, al borde de estallar en gritos cuando mi teléfono sonó. Era Amaia.

- Aún no hemos acabado. Espera aquí. - dije antes de salir por la puerta y cerrarla tras de mí.

- Hola, Amaia.

- ¿Has visto ya lo que te he mandado?

- Se me ha olvidado por completo. - golpeé mi frente con la palma de mi mano. - ¿Qué es?

- Sería mejor que lo vieses tú misma. Pero si no tienes demasiado tiempo puedo intentar resumirlo.

- Por favor.

- Son un montón de cosas, no sé por dónde empezar. Ha habido unos hastag un tanto... Tú y Cepeda no dejáis de ser TT ya sabes, pero esta vez se ha metido él. - hizo una pausa. - Ha hablado sobre vosotros, sobre que ni os habláis. Ha estallado y desde esa twitter esta descontrolado.

- ¿Qué? No puede ser.

- Eso fue ya hace unas semanas, pensé que lo sabrías, pero como llevas tanto tiempo ocupada y sin aparecer por las redes... Pareces yo. 

- Pues tienes toda la razón, no lo había visto.¿Sigue descontrolado con eso?

- Sí, no ha parado. Además he descubierto un rumor un tanto extraño. No voy a darle demasiada importancia, pero me parece importante que lo sepas por si te preguntan sobre él en alguna entrevista.

- ¿Cuál? - pregunté preocupada.

- Primero prométeme que no vas a darle importancia ninguna. Nos conocemos. Solo te lo cuento para que estés enterada del asunto, no para que tomes medidas ni le des credibilidad.

- Amaia suéltalo ya, por favor.

- Hay un rumor sobre unos... supuestos cuernos de Vicente mientras estabas en la academia. - dijo remarcando la palabra "supuestos".

- Vicente no debe haberlo visto tampoco, no me ha comentado nada. Se lo diré hoy, supongo. - después de pensar durante unos segundos continué. - Tengo que dejarte, lo siento mucho.

- Y otra cosa. Cepeda está ahí.

- ¿Perdón?

- Sí, ahí. Ha ido a tu concierto. Acaba de colgar un vídeo tuyo desde Manchester.

- ¿Estás de broma? No me lo puedo creer. ¿Qué pretende? - cada vez estaba más enfada y sabiendo lo que se venía después de esta conversación, no era nada bueno.- En serio Amaia debo irme.

- No importa, ¿me llamas otro día?

- Sí, por supuesto y, Amaia, muchas gracias por preocuparte. Te quiero. - colgué el teléfono finalmente y me preparé para volver a enfrentar las estupideces de Marcos y toda la mierda que soltaría sobre Vicente.

Abrí la puerta y me lo encontré en la misma posición en la que estaba antes de que abandonara la sala.

- Mira, Aitana... - comenzó.

- No, quiero que me hables directamente. Estoy cansada de rodeos estúpidos que se resumen en un "hazme caso que yo sé de lo que hablo." - me crucé de brazos.

Marcos se apoyó en el mueble y se frotó los ojos agobiado.  Suspiró y se acercó a mí con los labios apretados y una mirada comprensiva.

- Aitana, llevamos meses encubriendo a Vicente. Hemos hablado con una chica y la hemos convencido de que no lo suelte todo. Mientras estabas en la academia, VIcente ha ...

- Por supuesto. Ahora vienes con ese rumor estúpido para seguir intentando como todas estas semanas que empiece a verlo de buena manera. No lo quieres aquí, ya lo sé. Pero esto me parece muy fuerte. - Marcos frunció el ceño e hizo amago de comenzar a hablar, pero yo fui más rápida. - ¿Sabes qué? No quiero que me expliques. Cuando terminemos estos conciertos quiero que te vayas y hasta entonces no quiero notar tu presencia. Tu trabajo termina aquí. Ahora, si me disculpas, he quedado con Vicente para cenar. - me dí media vuelta y abandoné el camerino dejando a Marcos con la palabra en la boca. Yo no quería oírlo.

Tú no te Irás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora