37. Príncipe en casa.

6.5K 158 24
                                    

- ¿Y cómo lo llevas?

- Bien.

- ¿Seguro?

- Me sorprende lo bien que estoy llevando todo esto. - intentó tranquilizarme con una sonrisa a través de la pantalla.

- ¿Y él? ¿Crees que acabará montando una gorda? - continué preguntando.

- A Jadel no le gusta mucho hablar de su vida privada. Además, no se lo ha tomado tan mal como esperaba.

- ¿Y qué tal Mimi? - ambas sonreímos. Era el quid del asunto.

- Bien, pero no le he dicho nada. No quiero que se sienta presionada porque haya dejado a Jadel. Prefiero que todo fluya normal y si al final no pasa nada, que no se sienta responsable o algo así.

- Pero tal vez sea relevante para ella que estés soltera o algo.

- Bueno, las últimas veces no pareció importar.- se hizo una pausa. - ¿Y tú qué? ¿Qué te cuentas?

- Pues nada, trabajando. Hoy debo ir presentar la canción que he hecho con Abel. Es una fiesta extraña, como una concentración de artistas en la que enseñar los nuevos trabajos y eso.

- Con que de fiesta con Abel. - dijo en tono interesante.

- Sí, nos estamos haciendo buenos amigos con todo esto al final. Solo lo tengo a él e en todo el país. - reí.

- ¿Y a Luis qué le parece?

- Y a Luis qué le parece qué. - dijo una voz desde el fondo de la habitación.

Se acercó a la cama donde me encontraba yo con el ordenador. Acaba de salir de la ducha y la sensación de su piel caliente contra la mía me provocó un escalofrío. Siempre tomaba las duchas con agua hirviendo. Se secó un poco el pelo con una de las toallas pequeñas y se tiró a mi lado dejándose ver por Ana.

- Hola Luis. - dijo Ana emocionada. - Te echo muchísimo de menos.

- Y yo a ti, si. A Luis qué le parece qué. - insistió.

- Abel. - respondí segura. En realidad no existía ningún problema con respecto a este tema. A Luis no le caía bien, pero no tenía que ver en absoluto conmigo, sino con su forma de ser. Era bastante opuesto al tipo de personas que eran amigos de Luis.

- Sin más, son amigos. - se encogió de hombros.

Ana me miró sorprendida y yo le sonreí de medio lado satisfecha.

- Buen chico. - dije revolviendo su pelo. Él agarró mi mano y me miró divertido.

- No flipes, reina. - me picó antes de levantarse e ir a vestirse.

- Bueno Ana, debería irme ya. Tengo trabajo.

- Ojalá tuviera yo trabajo con ese pivonazo. - me guiñó un ojo e hizo como si se abanicara. Sabía que quería que le siguiese el rollo.

- No tienes ni idea. - suspiré acalorada. - De cerca está muchísimo más bueno. Voy a pedir que en el videoclip se quite la camiseta. - apunté con el dedo en alto.

- Señoritas, no van a conseguir lo que pretenden. - dijo Luis mientras pasaba su cabeza por el cuello de la camiseta que se estaba poniendo. - Cómo se va a ir con ese plebello teniendo un príncipe como yo en casa. - dio un beso en mis labios.

- Deja de tirarte flores príncipe que te vas a ahogar en pétalos. - lo desafié.

- ¿Ah si? - levantó una ceja. Asentí. - Ana, te llama luego ¡Te queremos! - se despidió rápidamente antes de cerrar mi portátil.

Tú no te Irás.Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu