《𝓟𝓻𝓸𝓫𝓵𝓮𝓶𝓪𝓼... 𝓓𝓮 𝓝𝓾𝓮𝓿𝓸》

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El dolor de cabeza, la incomodidad que poseía por estar recostada en quién sabe dónde y las ganas de vomitar, causaron que empezara a despertar finalmente. Presionaba mi cabeza con ambas manos, tratando de parar el intenso dolor. Sin embargo, sólo logré que doliera un poco más.

Segundos después, decidí abrir ya mis ojos para levantarme de aquel incomodo lugar para dormir. Esperé un momento para que mi vista se recuperara, antes de sentarme de golpe al percatarme en dónde me encontraba. Dentro de un auto.

Giré mi cabeza hacia mi derecha, notando que el transporte no hacia ningún movimiento, y que nos encontrábamos fuera de la carretera. Giré ahora a mi izquierda, encontrandome con el rostro del conductor, sobresaltandome.

-¿Estás bien? -Solté un suspiro de alivio al darme cuenta de quién se trataba.

-Adrien... -Mi corazón estaba acelerado del susto. Comencé a marearme por el esfuerzo desde que desperté. -¿Q-Qué me pasó?

-Tomaste. Eso fue lo que pasó. -Contestó, regresando la mirada al frente.

-No es cierto... -Tapé mi rostro, avergonzada, volviendo a recostarme en el asiento. -Le dije a Alya que no tomaba. -Sobé mi rostro con ambas manos antes de volver a sentarme. -¿Tienes algo de agua? Tengo mucha sed. -Tomó la botella y un paquete pequeño de galletas saladas de entre los asientos para después entregarmelo. Abrí la botella y comencé a beber el agua hasta dejarla vacía. Suspiré satisfecha. -¿Dónde estamos?

-Mi auto se quedó sin gasolina, estamos a menos de la mitad del camino para llegar a la Torre.

-¿Fuiste por mi al antro? -Asintió. -¿Por qué?

-¿Querías que te dejara ahí en el estado en el que estabas mientras ellas se divertían?

-¿Hablas en serio? -No contestó. -Que malditas. -Solté un suspiro y como pude, me puse de pie para poder pasarme al asiento de enfrente y sentarme junto a él. Bajé el espejo para verificar cómo se encontraba mi rostro.

-¡Dios santo!

-¿Que?

-¿Y todavía lo preguntas? ¿Qué acaso no has visto mi cara? ¡Doy asco, maldición! -El maquillaje que Chloe hizo estaba hecho un desastre. La marca de rímel escucrrido aún se notaba, el labial despintado y mis párpados estaban des pintados por haber sido tallados. Bueno, al parecer todo fue tallado por mis manos. Hasta yo me daba miedo. -¿Dónde está mi bolso? -Llevó su mano a mis pies para tomarlo y entregarmelo. Dentro de ella llevaba unas toallas para el maquillaje que Alya me dio, un cepillo de dientes y pasta y mi billetera. Tomé unas toallitas y comencé a quitar todo el maquillaje de mi rostro. -¿Acaso lloré? -Miré a Adrien después de retirar el rímel escucrrido, percatandome de que él me observaba con atención, hasta que llevó su mirada al frente. Negó con la cabeza. -No me mientas, Agreste. Algo pasó que no recuerdo y por eso esto está como está. -Al terminar de limpiar mi rostro, acomodé mi cabello y subí el espejo, guardando la basura en mi bolso. -¿Qué fue lo qué pasó?

-No pasó nada.

-¿Dije algo raro? -No despegó la mirada del volante. -Adrien. -Reaccionando, llevó su mirada a la mía. -¿Dije algo... raro?

-No, no dijiste nada. Tranquila. -Solté un suspiro, llevando mi bolso de nuevo a mis pies. -Y si lo hiciste, no diré nada.

-¡Adrien!

-De acuerdo, de acuerdo. -Dijo entre risas.

-Juralo. -Acintió con la cabeza. -Te ves raro. ¿Debería preocuparme? -Negó con la cabeza. -¿Dormiste al menos? -Sin despegar la mirada del volante, aún así no contestó. -No, no lo hiciste. -Sobé mi cara con ambas manos, suspirando pesadamente. -¿Cuándo comenzarás a preocuparte más por ti mismo?

𝑴𝒊 𝑹𝒆𝒈𝒓𝒆𝒔𝒐 𝒂 𝑷𝒂𝒓𝒊́𝒔 [ Adrien/Chat Noir ]Where stories live. Discover now