《𝓔𝓯𝓮𝓬𝓽𝓸𝓼 𝓭𝓮 𝓐𝓵𝓬𝓸𝓱𝓸𝓵》

2.1K 205 36
                                    


—¡Hey! ¡Sueltame! —Exclamó ella, por fin reaccionando, por fin dándose cuenta que no era buena idea seguir los pasos de un extraño. A no ser que...

—¡Basta! —Reclamó el que tomaba su mano. —No voy a soltarte. Mirate cómo estás.

—Estoy bien. ¡Ahora sueltame! —La chica trataba de zafarse del agarre con la fuerza que tenía, lo cual no era ni la fuerza de una hoja lo que poseía.

—Estás... ebria.

—¿Que? No, tú estás ebrio.

—¡Adrien! —Gritó Alya. —¿A dónde la llevas?

—¿A dónde más? No voy a dejarla aquí en el estado en el que se encuentra. Les pedí que cuidaran de ella. ¿¡Que acaso no se dieron cuenta que un tipo estuvo a punto de llevársela a... a no sé dónde!? —Contestó molesto. La chica continuaba intentando, pero esta vez estirando su brazo. —¡No voy a soltarte, entiende! —Se giró a ella. Ésta dejó de intentar.

—Me gritaste... —Dijo a cambio, mostrando un gesto triste, fingiendo que comenzaría a llorar. —¡Eres muy malo conmigo, no me dejas divertirme, no me quieres!

—¿E-Eh?

—¿Ves? Ella no quiere irse, ¿quién eres tú para forzarla a hacer algo que no quiere? —Cuestionó Kency. Adrien despegó la mirada de la amiga de Chloe, llevándola a su mejor amiga.

—Voy a llevármela, diviértanse ustedes. Ella no estará aquí, no de esta manera. —Chloe contenía una mirada de preocupación. Adrien cargó a ______ como si de una princesa se tratará y salió de aquel lugar con olor a sudor, vomito, cerveza y cigarrillos.

—Adrien... —Habló la chica en sus brazos.

—¿Qué pasa?

—¿Por qué... Por qué tu olor es... magnífico? —Sus manos comenzaban a sobar el pecho de su contrario, llevándolas a su rostro y después a su cuello, causando un escalofrío en el cuerpo de éste, uno que hace años no sentía con ninguna otra chica. —Hueles a hombre... Un gran hombre.

—S-Sí, sí. D-Deberías parar con eso. —Llegando a su auto, se detuvo para abrir la puerta con las llaves que en su mano llevaba.

—Te quiero, Adrien. —Rodeó el cuello con sus brazos, acercándolo más a él. Hasta que Adrien abrió la puerta de golpe, depositando a la joven en el asiento del copiloto, a punto de colapsar de los nervios. —¡Auch!

—V-Vamos a colocarte el... cinturón. —Tomó el objeto de seguridad para después abrocharlo. —Aquí hay... agua y galleta saladas por si gustas. ¿De acuerdo? —Al tratar de salir, ______, con fuerza, detuvo al rubio, rodeando su cuello con sus brazos.

—¿A dónde vas?

—No voy... —Tragó saliva con dificultad, al ver que sus brillantes ojos pedían demasiado de él. —No voy a irme, voy a entrar al auto. S-Sueltame. —Sin embargo, ésta desobedeció, poniendo más fuerza, acercándolo más a ella. —O-Oye.

—Quiero ser tuya. —Tiró de golpe, causando que el corazón del contrario saliera de su pecho.

—¡Adrien! —Escuchó a sus espaldas, sobresaltandolo, quitando rápidamente los brazos de la chica para retroceder y cerrar la puerta. —Ten. —Dijo Alya. Al darse la vuelta, un bolso de hombro cayó en sus manos. —Es suyo. Mas te vale que cuides de ella y no te aproveches del estado en el que está. ¿Me escuchaste?

—¿Por qué lo haría? La adoro demasiado como para atreverme a eso. —Respondió seco.

—Adrien no queriamos que esto terminara de esta manera, ¿de acuerdo? —Dijo la rubia. —Cuida de ella y si ocupas ayuda, no dudes en avisarle a Nath o a Nino. —El teléfono dentro del bolso comenzó a sonar, para que al instante, el de mayor altura, sacara el aparato y revisara de quién se trataba. —¿Quién es? —Preguntó, al notar que la llamada aún se encontraba.

𝑴𝒊 𝑹𝒆𝒈𝒓𝒆𝒔𝒐 𝒂 𝑷𝒂𝒓𝒊́𝒔 [ Adrien/Chat Noir ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora