《¿𝓐𝓶𝓲𝓰𝓸𝓼?》

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[ Siento mucho no haber subido capítulo el jueves. He estado algo ocupado con la escuela y otras cositas... Pero aquí está.
Una gran disculpa.

Y quiero decirles que muchísimas gracias a todos ustedes, por su apoyo y amor he llegado hasta esto; me alegra que les haya gustado el cap anterior... y pues bueno, nos vemos en el último capítulo el próximo jueves, sin falta krnal.

Los jamo u3u ]

[ Agosto 2 ]

Me removí en mi lugar, estirando mis extremidades, sintiendo un intenso dolor entre mis piernas, causando que despertara.

No le di tanta importancia, supuse que había dormido mal o algo por el estilo. A mis lados estaba vacío, como lo era siempre desde de que Luka se había ido. Miré las cortinas carmesí que tapaban las puertas de cristal, giré de manera en que pudiera ver mejor el techo, sintiendo de nuevo ese dolor. Conforme me sentaba, hacía un gesto de incomodidad por ello, eso no era por dormir mal, de eso estaba segura. Froté mi rostro con ambas manos, dejándolas caer sobre la manta roja que me cubría. Mi sostén negro sobresalía bajo mi barbilla, extrañándome de verme sin algo más encima. Traté de recordar qué había hecho anoche como para no haberme puesto una camisa al menos. Así que alcé la manta, dándome cuenta de mi desnudez, soltándola al instante. Tapé mi boca, atónita. Observé a mi alrededor, encontrándome en el suelo, frente a la cama, una camisa y un pantalón de hombre.

—No jodas. —Bajé de la cama al escuchar ruidos en la cocina. Tomé mi bata del perchero y unas bragas cualquieras de mis cajones, para salir de mi habitación y bajar las escaleras. Mis ojos ardían.

Había un delicioso olor a tocino. Bajaba la velocidad de mis pasos cada vez que me acercaba a la cocina, mirando cuidadosamente quién era.

Al ver a Adrien lavando unos trastes, me sentí aliviada... Hasta que obviamente, por fin recordé lo qué pasó anoche. Golpeando silenciosamente mi frente, me recargué en la puerta del baño de al lado. Me armé de valor en mostrarme cuando se dio la vuelta con unos platos en sus manos. Alzó la mirada, topándose con la mía, sonriéndome dulcemente.

—Buenos días. —Sentí que mi rostro enrojecía por ese gesto. Dejó los platos sobre la barra y regresó al lavabo. No me había percatado de que solamente se encontraba en bóxers, desviando la mirada por instinto. —¿Dormiste bien? —Llevé la mirada a él, deteniéndola en su espalda descubierta. Estaba llena de cicatrices, tanto pequeñas como grandes, pero que parecían que habían sido dolorosas. Subí a sus hombros, notando marcas rojas recientes, como rasguños. Me acerqué a él, tocando esas líneas rojas, haciendo que volteara por no haberse percatado de mi cercanía, regresando la mirada a su tarea. Volví a tocarle. —Tsk. —Quité mis dedos de su piel, ahora tratando de buscar sus ojos.

—¿Yo hice eso?

—¿Eh? Ah... Tal vez. —Abracé su espalda, pegando mi mejilla en ella. Sentí sus manos húmedas pasar por mis brazos, acariciandolos. —Tranquila. No es para tanto.

—¿No es para tanto? ¡Claro que lo es! —Se dió la vuelta, abrazando ahora mi cintura.

—Yo también dejé marcas. Así que no me importa. —Besó mis labios. Me solté de su agarre, dirigiéndome al baño para poder admirarme al espejo.

—Mierda. —Tenía marcas rojas y chupetones por mi cuello, hombros, clavícula y pecho. Ya casi no se notaban, pero la luz y mi buena vista los mostraba definidamente. Pasé mi mano por las marcas, escuchando una risita desde la cocina.

𝑴𝒊 𝑹𝒆𝒈𝒓𝒆𝒔𝒐 𝒂 𝑷𝒂𝒓𝒊́𝒔 [ Adrien/Chat Noir ]Место, где живут истории. Откройте их для себя