《𝓑𝓾𝓮𝓷 𝓥𝓲𝓪𝓳𝓮》

1.6K 186 61
                                    


[ Mayo 8 ]

—¿Ya tienes todo? Tu cargador. Traes tu cargador contigo, ¿cierto? Quiero que me llames cuando llegues allá, Luka.

—Claro que sí, mamá.

—Tus medicinas. ¿Las llevas?

—Sí, mamá.

—¿Tus calcetines de la suerte? O tus calzo-

—Está bien. Ya. Madre, tengo todo, ¿de acuerdo? No debes preocuparte demasiado. —Tomó a la de lentes de los hombros, insistiendo en que todo estaba listo.

—Debo preocuparme demasiado, imbécil. Son mis hijos y se me están escapando de las manos. No puedo creer que se vayan a ir. —Los ojos de la mujer empezaron a humedarse.

—Mamá. —Juleka se acercó a ambos, abrazando a su madre, quien le regresó el acto amoroso. Luka abrazó a las mujeres que más ama en el mundo, aunque solo no vería a la mayor por un largo tiempo.

—Ahora yo. —Cuando la familia se separó, y la señora Coffaine tomó las mejillas de su hija, Rose dejó de admirar y se acercó a ella, quien rió al ver el gesto de cachorrito de la rubia.

Mientras continuaba mirando la escena, noté de reojo como Luka me observaba. Llevé mi mirada a la de él, haciendo que ambos sonriéramos. Nos acercamos al mismo tiempo, quedando a unos centímetros del otro.

—¿Listo? —Sonrió.

—Sí, listo.

—Bueno... Espero que te vaya bien y disfrutes cada momento. Esfuerzate mucho y combiertete en el mejor.

—Eso haré. —Bajé la cabeza, pensando en qué más decirle. —Voy a extrañarte. —Regresé la mirada a la suya. —Demasiado. —Sonreí.

—Igual yo. —Me pegó a él, abrazando mi cuello. Descrucé mis brazos, rodeando ahora su torso.

—Siento mucho no haberte pedido antes que fueras mi novia. —Busqué sus ojos, encontrándome con un brillo en ellos y una triste sonrisa. —Pero... iba a compensarlo con esto. —Ambos nos separamos, para que pudiera sacar una cajita negra de su bolsillo. Miré el objeto, realmente atónita. Un anillo. Había un anillo dentro de la cajita cuando él la abrió.

—Luka...

—No te lo había preguntado por esto. Quería pedirte matrimonio en vez de... ser tu novio. —Tapé mi boca con ambas manos. No sabía que decir, estaba congelada.

—Y-Yo...

—No tienes que decir nada. Sé que no aceptarás por la distancia... y por el tiempo que nos tomará vernos de nuevo. —Tomó el accesorio, guardando nuevamente la cajita. —Pero... —Tomó mi mano, colocando el anillo en mi dedo anular derecho. —igual... quiero que lo conserves. —Lo admiré, detalladamente. Era muy bonito, tenía una piedrita clara en la parte de arriba y la ruedita era dorada, no era muy grande ni muy chico, era hermoso. Mis ojos se cristalizaron, estiré mis brazos hacia él, rodeando su cuello mientras él mi cintura, levantándome para dar luego una vuelta. Comenzó a besar mi mejilla, mi oreja y después mi frente. Bajó a mis labios, besándolos con suma dulzura. Terminó dando uno en la punta de mi nariz, mirándonos por unos segundos para abrazarnos nuevamente.

Escuché un chillido de ternura a mis espaldas, donde Alya, Nino y Adrien se encontraban esperándome. 

—Rose. ¿Y qué pasará con la boda? —Escuché de parte de Nino. Sin soltarnos, alzamos la mirada, esperando la respuesta de la mencionada.

—Uhm... —Colocó su índice en sus labios, mirando al techo. —Decidimos... esperarnos. Será aquí, por su puesto. Pero tal vez no sea pronto. Queremos vacaciones en los Ángeles y por eso también vamos nosotras. —Sonrió, mostrando sus blancos dientes y cerrando sus ojitos, haciendola ver tierna.

𝑴𝒊 𝑹𝒆𝒈𝒓𝒆𝒔𝒐 𝒂 𝑷𝒂𝒓𝒊́𝒔 [ Adrien/Chat Noir ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora