𝑴𝒊 𝑹𝒆𝒈𝒓𝒆𝒔𝒐 𝒂 𝑷𝒂𝒓𝒊́𝒔 [ Adrien/Chat Noir ]

《𝓓𝓲𝓼𝓬𝓾𝓵𝓹𝓪𝓼》

[ ¡Especial de dos capítulos!
Mañana subiré otro para que vean que les amo mucho y no aguanto subirlos. ]

[ Abril 12 ]

Me removía sobre la cama, queriendo despertar y dejar de pensar en lo que había sucedido esa noche en el antro. Desperté por fin, agitada, sentándome lentamente en la cama y aún así sintiendo ese dolor en mi cabeza. Me mareé un poco, colocando mi mano en mi sien y presionando para "detener" el dolor.

—Hey... ¿Estás bien? —Luka se sentó, sobando mi espalda para tranquilizarme.

—S-Sí... Solo...

—Fue una pesadilla, descuida. —Podría ser. —Vamos, recuestate otra vez. —Y obedecí, viendo como él me imitaba. Acomodó mi cabello tras mi oreja, mientras yo tallaba mi rostro con mis manos.

—Acabo... Acabo de recordar lo de la noche de Chloe.

—¿Cuando Adrien fue por ti? —Asentí, después soltó un suspiro. —¿Sabes? Sinceramente no quisiera hablar de él. —Sobó mi mejilla. —Pero si recuerdas que te hizo algo que no... que no debía, hazmelo saber. —Miró mis ojos, esperando una respuesta.

—N-Nada qué saber. —Murmuré.

—De acuerdo... ¿Tienes hambre? —Asentí. —Iré a hacer el desayuno, ¿si? —Besó mi frente y se levantó de la cama, escuchando después como abría y cerraba la puerta al salir de mi habitación.

Se preguntarán qué hace en mi cama, ¿no? Pues no, no lo hicimos. No creo que haya querido después de lo que pasó esa noche.

Después de que había llorado por un buen rato cuando regresó a la casa, le conté lo que Adrien había hecho y de lo que habíamos hablado. Claramente se molestó, tal vez no decía nada, pero sus ojos lo delataban.

Me consintió con dormir conmigo, abrazados, protegiéndome del mundo a nuestro alrededor, protegiéndome de las manos de Adrien. Caí rendida y me quedé dormida con sus brazos rodeándome, mojando su camisa por las lágrimas.

Abracé la almohada, mirando afuera en el balcón, imaginándome ese beso descarado que... debo admitir, fue mi causa de extrañarlo aún más. Escondí mi rostro en la almohada, deteniendo las ganas de llorar otra vez. No por lo que pasó, sino por algo más.

Me levanté de la cama, mirando que aún tenía la ropa de anoche, sintiéndome asquerosa, sintiendo cosquilleos al recordar que acarició mi piel con esas grandes manos llenas de necesidad y deseo. Abrí la puerta del baño, girando a la izquierda para verme en el espejo sobre el lavabo. El poco maquillaje que había quitado junto a las lágrima, me daba una horrible apariencia, mi cabello alborotado y mis ojos aún rojos de mi berrinche. Noté rojo mi cuello, me acerqué mas al vidrio para percatarme de esas marcas casi invisibles que habían sido causa de la boca de mi amante. Porque debía aceptarlo, eso fue lo que eramos.

Golpeé mis mejillas, obligandome a no intentar llorar de nuevo, decidiendo meterme a bañar con agua hirviendo.

Ya cambiada con un blusón gris de manga larga como la blusa anterior, bajé las escaleras descalza al percibir ese olor del desayuno que Luka no se molestaba en hacer.

Después de unos segundos de espera, sentada en el comedor mientras observaba a Luka de un lado a otro, por fin se sentó a mi lado para comenzar a comer.

—¿Mejor? —Refiriéndose a la ducha y al verme más relajada que antes, asentí.

—Gracias por que no te parezca una carga después de lo que pasó... Ya sabes, al llorar tanto y que me trates así.