Capítulo 29: Paris #5- gotas de lluvia.

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Cerré mis ojos de golpe. ¿Por qué de todas las cosas estúpidas que pasan por mi cabeza, se me había salido eso? Puse mis manos en mi rostro cubriéndome, miré a través de mis dedos como en una película de terror y él tenía un rostro digno de memorizar. Su ceño fruncido, sus ojos confundidos mirándome por doquier, suspiró pesadamente y ladeo la cabeza.

¡Hay mi eclipse!, ¿estará bien con mamá?, mis ojos se encontraron otra vez con Zeev, mis manos estaban atrapadas cuando él sostenía mis muñecas, okay, mal momento para pensar en Eclipse.

Abrió la boca como para decir algo y luego la cerró. Resopló y me miró demasiado fijo, tan fijo que podría decir que quería atravesarme con la mirada.

-¿Cloe?... ¿te gusta, Jason?-suspiré al escuchar que él no se dio cuenta.

Me ruboricé- ¿Jason?

-sí, digo… no me agrada pero si te gusta yo, bueno, no sé, podrían tener una cita. ¿No crees?-pasó una mano por sus cabellos y los alborotó, llevaba ese corte de que arriba era más largo que los lados y atrás, pero ya necesitaba una podadora, demasiado cabello, diría yo. La mano que me dejo libre tomó lugar en mi frente. ¿Por qué creía él, que me gustaba Jason?, le coqueteaba a él, no a Jason. Lo miraba a él, no al rubio. Lo quería a él, no al Lloyd.

-no… ¡¿Qué?!,  ¿te estas drogando?, no me gusta Jason.

Su ceño se frunció aún más.- ¿entonces qué?

-no me hables de entonces, “entonces” es de pelea.-desvié el tema, pero furia subía por mi garganta. Si te dieras cuenta Zeev, y me correspondieras todo seria distinto.

-Y… ¿Qué tal si me gusta discutir contigo?

-pues… yo, amo tener la última palabra. ¿Sabías eso?, ¡Argh!

Agarré mi saco de cartas, me encerré en mi habitación, pero escuchaba plenamente como Zeev se aproximaba a mi puerta, pero… jamás tocó.

Me desperté porque “21 guns” de Green day sonaba de fondo, no me había dormido escuchando música, no era yo. Me senté en la cama y me estiré como Dios manda. Me levanté de la cama y me puse mis pantuflas de perrito, camine a cepillarme los dientes, al salir de mi habitación, allí estaba él. Tan sereno como si nada hubiera pasado, no, él nunca había discutido con nadie.

-¡¡Desayuno!!-gritó como para despertarme, bostecé.- buenos días, princesa.

-Buenos días, amaría el hecho de que no me dijeras… “princesa”-dije frunciendo la nariz, amaba que me llamara así, en serio. Pero, es muy cursi, y me hace pensar en nubes de colores y canciones de Taylor Swift.

Cuando lo único que querida dedicarle a ese tipo era Hot and cold de Katy Perry (secretamente are you mine de Artic monkeys). Definitivamente.

-entonces… ¿Cómo te digo?-me encogí de hombros, aunque preferiría mi nombre mil veces.-¿cariño?

-no, yo lo uso con todo el mundo, eso sería robar mi palabra.

-¿querida?

-suena a Lena.-dije, mientras me sentaba en la mesa y él me servía té.

-mmmm... ¿mi amor?-eso me erizó la piel, digo los latinos decimos mucho eso, pero, en él para mí sonaba diferente.

-iu, ni aunque lo fuera. Eso mata el romance.-frunció el ceño como si pensara, hacia eso muy seguido ahora, era como si pensara en varias cosas a la vez y yo me las estuviera perdiendo.

Anónimamente Yo. ©Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang