Capítulo 4: Rojos.

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Brick Him escucha cómo el teléfono de su secretaria suena por quinta vez desde que están atrapados en el ascensor. La última llamada es del padre de la pelirroja, que igual que los demás, le desea feliz cumpleaños. Él saca su móvil y ve que ya son casi las seis y media, su hermano no ha vuelto a llamar.

A diferencia de ella, que está sentada en el suelo, él está todavía de pie y con las manos en los bolsillos. La luz de la lámpara roja, que es la única que ilumina el ascensor en esos momentos, empieza a parpadear y se oyen ruidos del altavoz.

— Jefe, ¿sigue usted ahí? Soy el conserje.

— Sí — responde Brick. — ¿Cuándo estará arreglado el ascensor?

— Espere, que le explico. Han venido unos técnicos y dicen que ha habido un cortocircuito importante dos calles más arriba y varios edificios de la zona están sin ningún tipo de electricidad, y en otros hay riesgo de electrocución. Se fueron donde dicen que está el punto crítico, dijeron que hay todo un equipo trabajando para arreglar todo.

— ¿Y cuánto tiempo les va a llevar? — esta vez es Bombón quien hace la pregunta.

— ¡Hola señorita Utonium! No sabía que usted también estaba ahí. Dijeron que una hora o así. Es que la tormenta que hay fuera tampoco facilita las cosas.

— Genial... — susurra la mujer. — Feliz cumpleaños para mí.

— Es todo cuanto puedo decirles, cuando haya más noticias les informo.

Brick va a darle las gracias al hombre, pero se escucha otra vez un ruido al otro lado y vuelve a desaparecer la comunicación. Bombón saca su móvil de nuevo, pero esta vez no llama, solo envía un mensaje antes de soltar un largo suspiro de frustración. Está enojada, por culpa de Brick no llegará a tiempo al restaurante donde ha quedado con sus amigas y hermanas. Si tan solo la hubiese dejado salir cuando salieron los demás ahora no estaría en aquella situación.

— Hoy tenía usted mucha prisa — le dice él. Ella asiente.

— Sí, pero ya ve que las cosas no siempre salen como una planea.

— Supongo que ahora está pensando en que soy un cabrón y que la culpa es mía.

Pues sí. Por supuesto que es culpa suya y que a veces se comporta como un cabrón, pero Bombón se aguanta las ganas de confirmárselo en voz alta. Sabe que después de tanto tiempo no la va a despedir si le dice algo grosero, pero prefiere no arriesgarse y hacerle enfadar.

Him Company es una empresa importante en el sector terciario no solo de la región, sino de todo el país; tienen grandes hoteles en muchos puntos del mapa y siguen creciendo cada vez más, comiéndose a la competencia.

El dueño de todo el conjunto es Richard Him, el padre de Brick, a quien el joven ha demostrado que es digno sucesor suyo. Así, mientras el magnate se dedica a supervisar todo a distancia mientras viaja a los distintos hoteles que tienen por el país para asegurarse de su correcto funcionamiento, el joven pelirrojo se encarga de llevar los trámites, el papeleo y demás gestiones desde la sede en Townsville con la ayuda de su mano derecha; su secretaria.

Bombón lleva cuatro años trabajando para él, aunque antes de terminar la universidad ya tenía un empleo a tiempo parcial como camarera en el restaurante de uno de sus hoteles. Es una mujer trabajadora, que además de ser su secretaria y manejarse bien con todos los documentos que pasan por su escritorio, le representa cuando él no puede asistir a alguna reunión. Aunque todo eso a veces implica dormir poco, trabajar en días festivos o quedarse en la oficina después de terminar la jornada laboral, cosas que ella cree que la paga que recibe compensa de sobra.

¡Atrapados! (Ppg y Rrb)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang