Capítulo 17: Atrapados de nuevo.

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– Este sitio es aún más impresionante de lo que parecía en el folleto que me enseñaste... – comentó Bunny mientras bajaba la ventanilla para poder ver mejor el lugar.

El hotel de Him Company de la ciudad de Sancity era uno de los más importantes. El edificio constaba de dieciocho plantas con doce habitaciones por planta; diez normales y dos dobles. Aparte contaba con dos suites presidenciales ubicadas en la última planta que eran el triple de grandes que las dobles de las plantas inferiores. Tenía también restaurante, cafetería, SPA, una gran piscina climatizada y estaba situado justo en el centro de la ciudad.

– Sí, sí que lo es – respondió Bombón, que más de una vez había estado allí.

Algunas veces había ido porque su jefe tenía alguna reunión ahí, otras porque a las dos últimas novias de este les encantaba ese hotel en particular por las vistas que había hacia el mar desde la suite de Brick, y ella, cómo no, los acompañaba por si el pelirrojo la necesitaba para algo. No obstante, poco había podido disfrutar ella del hotel puesto que cada vez que intentaba hacer algo y relajarse le encontraban algo que hacer o algún informe que redactar. La única ventaja que había tenido era que los gastos corrían por cuenta de la empresa, aunque al final apenas pudiese gozar de ellos.

– ¡Esto va a ser increíble! – exclamó la joven de ojos lilas y dio varias palmaditas antes de volver a agarrar el volante del coche.

– Claro que sí.

Bombón le indicó a Bunny por dónde se entraba en el aparcamiento del hotel y en poco tiempo lo dejaron estacionado entre un montón de coches más. Una vez recogido el ticket que tendrían que llevar a recepción conforme habían dejado el vehículo allí, las chicas se dirigieron a la planta superior donde se encontraba el vestíbulo.

Aunque había bastante gente, el ambiente que se respiraba era tranquilo y agradable. Se notaba que el sitio estaba bien cuidado y los clientes contentos con el servicio. En recepción las atendió una amable señorita rubia con el pelo recogido en una coleta.

– Buenos días, ¿puedo ayudarles?

– Sí, tenemos una habitación reservada y esta tarjeta de regalo – respondió Bombón enseñando la tarjeta roja.

– Excelente, un momentito por favor.

La chica tecleó algo en el ordenador que había delante de ella, dos minutos después les tendió una tarjetita de colores azul y blanco con un código de barras, y otras dos de colores un poco más oscuros con la inscripción VIP.

– La de color azul claro es la que abre la habitación, las otras son para que puedan hacer uso de las instalaciones pagadas, ahí está apuntado cuáles son. Disfruten – dijo al terminar.

– Gracias.

– ¿Necesitan ayuda con sus maletas? – dijo una voz masculina a sus espaldas.

Bunny se dio la vuelta con la intención de decir que no, pero en cuanto se encontró de frente con un hombre alto, de cabello castaño y ojos de color lila oscuro, se le iluminó la mirada. Llevaba un uniforme azul impecable encima de una camisa blanca; era un botones.

– Señoritas, ¿les ayudo? – repitió con una sonrisa.

– No es necesa... – empezó a decir Bombón, pero Bunny la interrumpió en seguida.

– ¡Sí, por favor! Esto pesa... ay, cómo pesa – la pelicastaña hizo como que intentaba arrastrar la maleta pero no podía, estaba hecha toda una actriz. Su amiga Burbuja estaría orgullosa si la viera. – La habitación 37, si es tan amable.

Bombón miró a su amiga arqueando una ceja y trató de aguantarse la risa. A Bunny se le estaba viendo el plumero, el chico se daría cuenta de lo exagerada que estaba siendo.

¡Atrapados! (Ppg y Rrb)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora