¡Atrapados! (Ppg y Rrb)

Capítulo 11: "Adiós".

- ¡Nunca más! - dice Butch por octava vez desde que han bajado del avión. - ¡Nunca!

El moreno camina apoyándose en Bellota porque se ha mareado durante el aterrizaje debido a las turbulencias a causa del mal tiempo.

- Se te pasará, solo relájate. Ahora saldremos fuera y podrás respirar aire fresco.

- Todo me da vueltas, joder... es como si estuviera borracho. Bueno no, cuando estás borracho al menos te pones feliz.

- ¿Y no estás feliz ahora? Ya estamos en Townsville, vas a ver a tu hermano.

- Ah sí, me tendrás que dejar otra vez tu teléfono para avisarle.

- Te lo dejo pero primero vamos a que te dé el aire, estás blanco como la cal.

Bellota y Butch continúan caminando hasta la salida del aeropuerto y ven que ya ha dejado de llover. El ojiverde ve un par de bancos de madera y va para allá a sentarse un rato sin importar que estén mojados. Se deja caer encima y respira hondo, la chica le sigue pero se queda de pie para no mojarse la ropa.

- ¿Te encuentras mejor?

- Un poco. Saldré de esta - añade con una sonrisa.

La morena saca su teléfono, se lo da a Butch para que pueda llamar y acto seguido se aleja unos metros para que pueda hablar tranquilo. Al poco rato él se levanta después de haber llamado y va a devolverle el móvil.

- Gracias. Por todo, has sido una buena compañera de viaje. ¿Puedo hacer algo para compensarte?

- Prométeme que no te meterás en problemas - responde ella con total seriedad apuntándole con el dedo.

Butch baja la cabeza y se ríe en silencio, ella frunce el ceño.

- Eso no puedo prometértelo nena, ya lo sabes. Pero me gusta ver que te preocupas por mí.

- No te creas, me preocupo como me preocuparía por cualquiera - replica.

- Me conformo con eso, algo es algo.

- Yo... voy a coger un taxi. ¿Vienes?

- Me encontraré con mi hermano en un sitio que está cerca de aquí, puedo ir andando.

- Bueno, entonces supongo que aquí nos despedimos - le dice la morena y él asiente fingiendo una sonrisa.

Bellota le ofrece la mano amistosamente y Butch se la estrecha, tiene la mano cálida a pesar de que hace un poco de frío.
Se debate internamente entre si besarla antes de que se vaya o no, tiene la experiencia suficiente para saber que ella seguramente está esperando a eso, porque de lo contrario ya se habría marchado. Y él también lo está deseando, para qué negarlo.

Pero finalmente decide no hacerlo, no estaría bien; él no le conviene y además tiene claro que pronto estará entre rejas otra vez. Un acercamiento como ese solo les haría daño, sobre todo a ella.

- Adiós, Bellota.

- Cuídate, Butch.

La ojiverde le sonríe, agarra la maleta y echa a andar hacia la fila de taxis que aguardan junto a la acera. El moreno se gira cuando la chica ya está entrando en uno de los taxis mientras el conductor mete el equipaje en el maletero. Se limita a observarla con las manos en los bolsillos.

La puerta se cierra y puede ver que ella está mirando algo en su teléfono, luego se lo lleva a la oreja, seguramente avisa de que ha llegado. El taxista regresa a su puesto y se prepara para arrancar.

Sus miradas se cruzan por última vez antes de que el taxi se ponga en marcha y se pierda entre el resto de coches que van hacia la ciudad.

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