15.

3.2K 158 27
                                    

Amaia y Alfred habían dormido en lados opuestos de la puerta sin moverse de posición.

"Oh dios." se quejó levemente Alfred, frotando su nuca.

Le dolía.

Cuando movió la cabeza dolió.

¿Por que había dormido contra la puerta?

Alfred bostezó, levantándose del suelo, colocándose las gafas bien. Pasos sus manos por la cabeza y le quitó el pestillo a la puerta, respirando un agradable olor.

Alfred dio un paso hacia la puerta para salir, escuchando crujir algo bajo su pie.

Frunció el ceño, mirando hacia bajo encontrando un trozo de papel.

Era de Amaia.

¿Has dormido bien contra la puerta? Escuché tus pequeños ronquidos desde el otro lado. La puerta no es muy cómoda, ¿verdad? Juro que no puedo mantener la cabeza recta del dolor.

Supongo que me lo merezco, ¿no?

Siento mucho lo de ayer.

Fui una estúpida.

Pero, hice tu desayuno favorito.

¿Me perdonas?

Amaieta.

Alfred se mordió el labio, con una sonrisa en la cara.

Eso había sido muy tierno.

Alfred dobló el papel, guardándolo en su bolsillo y bajando a la sala de estar, mirando a Amaia junto a la estufa cocinando.

"Hola." dijo Alfred tranquilamente, peinando su pelo con sus dedos.

Amaia se giró con un tenedor en su mano y una sonrisa en su cara. "Buenos días." dijo soltando el tenedor.

Alfred sonrió. "¿qué estas haciendo?" preguntó, sentándose en la mesa.

"Tu desayuno favorito. Pizza casera de buena mañana." Dijo colocando la pizza en el horno.

"No hacia falta que hicieras todo esto." dijo Alfred, sinceramente.

Amaia negó, "Pues lo he hecho. Yo... solo, lo siento muchísimo. Por todo lo que ha pasado."

"En realidad no pasa nada." dijo Alfred.

"Si que pasa, Alfred. Ayer se me fue de las manos. Esto esta siendo muy difícil para mi."

Alfred miró para bajo. "lo siento." susurró.

"No es tu culpa, Alfred."

Alfred asintió lentamente, mirando hacia la sala de estar.

La cual estaba bastante desordenada.

Alfred odiaba el desorden y decidió que después la ordenaría. Era lo mínimo que podíahacer.

Amaia se aclaró la garganta. "Se me olvidó decírtelo, me gustan mucho tus nuevas gafas. Te quedan genial..." sonrió.

Alfred sintió como sus mejillas se sonrojaban como nunca antes. "Gra... gracias." sonrió, sonrojándose más y dejando ver un pequeño hoyuelo.

Amaia amaba el hoyuelo de Alfred al sonreír de medio lado. Y sus palas separadas.

"Siempre estás guapo." Le dijo tranquilamente.

Amaia sacó la pizza del horno, dándole a Alfred el cuchillo para que la cortara.

"¿que quieres hacer hoy?" Preguntó sentándose enfrente suya.

Amnesia│AlmaiaWhere stories live. Discover now