19.

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"Ya tengo la comida, ¿sabéis lo que vais a beber?" preguntó la camarera, preparando un bolígrafo para apuntar en un papel.

Paula decidió que quería ir a la pizzería de Amaia y Alfred.

Que imbécil, pensó Amaia.

Una cosa que Amaia no permitiría era que Alfred se sentara al lado de Paula.

Ella le dijo discretamente a Alfred que se quería sentar a su lado, y Paula se podía sentar frente a ellos. Al principio pensó que estaba siendo muy dura, pero terminó escuchándola de todas maneras.

Amaia se inclinó hacia Alfred. "¿quieres una cerveza sin alcohol con limón?"

Los ojos de Alfred se iluminaron. "Amo la cerveza con limón."

Amaia soltó una pequeña risa, "Lo sé." sonrió poniendo su mano en el muslo de Alfred. "Una cerveza con limón y una cocacola." le dijo a la camarera.

Paula rodó los ojos. "Agua." dijo cruzándose de brazos.

"Que amable." Dijo Amaia con sarcasmo, bostezando, apoyando su cabeza sobre sus manos.

Alfred no escuchó, estaba mirando el restaurante atento.

Era espacioso, muy bonito y no muy lujoso. A Alfred le gustó.

"Que maduro." Dijo Paula con sarcasmo, también.

Amaia sonrió, guiñándole un ojo para molestarle, a Paula.

"Oye." Dijo Alfred, golpeando el brazo de Amaia. "reconozco a este artista." dijo, apuntando a un retrato del restaurante.

Amaia miró donde Alfred apuntaba, con una sonrisa, "Michael Jackson, siempre te encantó."

Alfred sonrió. "¿De verdad? que interesante. Me pareció reconocerlo."Dijo Alfred con asombro, mirando el retrato.

"A mi también me encanta Michael Jackson" dijo Paula.

"Claro que si." Dijo Amaia.

Alfred miró a Amaia. "¿de verdad?" le dijo a Paula.

Ella asintió. "Si, me encanta la música. Toco el chelo."

Los ojos de Alfred se abrieron como platos. "¿Enserio? Me encanta, me tienes que enseñar como lo tocas alguna vez."

Amaia rodó los ojos.

Probablemente mentía, intentando impresionar a Alfred, pero no funcionaría.

Paula sonrió, "Por supuesto. Tendrás que venir a mi casa." le guiñó el ojo.

"¿y donde vives?" preguntó Amaia alzando una ceja.

"A cinco minutos del centro comercial."

"¿En las afueras de Madrid?"

Ella asintió. "si."

Esos pisos estaban echos una mierda.

De ninguna manera Amaia le dejaría a Alfred ir.

"Aquí están vuestras bebidas." dijo la camarera.

Ellos dijeron gracias antes de que ella se marchara.

Alfred se inclinó, probando su bebida, suspirando de manera placentera.

"¿como va tu cabeza, Alfred?" le preguntó Paula, intentando actuar como la enfermera que decía que era.

Él se encogió de hombros. "Bien. He vuelto a tocar el piano y a cantar. Se me había olvidado pero creo que estoy volviendo a ello."

"Y lo hace mejor que antes." Añadió Amaia, colocando un brazo sobre el hombro de Alfred de manera amistosa, besando ligeramente su mejilla.

"¿recuerdas algo?" le preguntó Paula, mirando a Amaia.

Él negó, sonrojándose por el beso de Amaia. "No." dijo, jugando con sus manos.

"Eso es triste." Paula fingió un puchero, Amaia levantó sus cejas y una pequeña sonrisa cruzo su rostro.

Amaia negó mirando a Paula, esperando que le entendiera.

Paula nunca tendría una oportunidad con Alfred.

"Voy al baño." dijo Alfred, levantándose y viendo las señales del baño.

Amaia vio a Alfred alejándose, asegurándose que entraba al baño, y miró a Paula.

"¿a que estás jugando?" preguntó Amaia. "quiero que sepas que Alfred nunca estará contigo, él esta conmigo."

Paula se encogió de hombros. "Yo creo que el no recuerda nada, por ejemplo, vuestra relación."

Amaia se burló, "se que lo hará, así que puedes callarte."

"yo creo que quiere algo un poco más nuevo y fresco."

Amaia rió, negando con su cabeza. "tu no eres su tipo."

"Tu no eres el único prototipo de Alfred."

"Bueno, pues... hemos estado juntos cinco años y no ha tenido queja." Amaia se cruzó de brazos.

"Cinco años de los cuales no recuerda nada."

"cierra la puta boca." Gritó Amaia, levantándose.

Paula se levantó también, con una pequeña sonrisa en su rostro. "Que te apuestas a que puedo conseguir follármelo esta noche." dijo Paula, alzando sus cejas con una sonrisa de victoria.

Antes de que Amaia se pudiera controlar ya le había dado un guantazo a Paula, haciéndole caer sentada a la silla.

El sonido del golpe se escuchó en todo el restaurante.

Amaia negó, antes de agarrar la cara de Paula, "¡No hables así de él! no es un puto objeto sexual, y yo soy la única persona que puede tocar a Alfred, por que le amo, ¿lo entiendes? Alfred es mío."

"¿Amaia?" se escuchó una voz romperse.

Alfred solo había llegado para oír a Amaia decir que le pertenecía.

Las lágrimas de Alfred amenazaban con salir.

¿Por que Amaia había vuelto a pegar a Paula?

¿Por que decía que él era de su propiedad?

Alfred era de él mismo.

Amaia negó, sin saber que decir. "Alfred, yo..."

"Ahórratelo." Dijo Alfred negando con la cabeza, cerrando los ojos por un segundo, deseando que esto fuera una pesadilla.

Amaia escuchó un pequeño sollozo provenir de Alfred antes de que saliera corriendo del restaurante.

Su pizzería.

La de los dos.

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Hola! Que os parece? Se que Amaia nunca diría que nadie es de su propiedad pero es ficción!!💖

Amnesia│AlmaiaWhere stories live. Discover now