Amnesia│Almaia

26.

Amaia se apartó, las lágrimas caían por sus mejillas, con una sonrisa en su rostro. Limpió sus lágrimas. "Puede que eso solo sea un poco de nuestras vidas, pero es mejor que nada."

**

"Ya hemos llegado." Dijo Amaia aparcando en el aparcamiento de lo que parecía ser una tienda de árboles de navidad naturales.

Tras haber estado abrazándose un buen rato, Amaia le dijo a Alfred que estaba muy orgullosa de él.

Alfred se quitó el cinturón de seguridad, saliendo del coche, colocándose la sudadera.

En las afueras de Madrid estaba nevando.

A Alfred le encantaba la nieve.

Amaia bloqueó el coche. "No pensé que hoy nevaría." Dijo cogiendo un puñado de nieve. "¿tienes frío?"

Alfred negó. "estoy bien. Me encanta la nieve." dijo mirando a su alrededor y a Amaia. "¿vamos a comprar el árbol?"

Alfred acerco su mano a la de Amaia, la que inmediatamente le correspondió.

Alfred por primera vez desde lo ocurrido inició algo entre los dos, y Amaia no se iba a negar por nada del mundo.

**

"¿que te parece este?" preguntó Alfred, levantando su mano y la de Amaia, las cuales aun estaban entrelazadas, señalando un árbol.

"No te digo que no, pero habría que alquilar un camión para llevarlo a casa." rió, haciendo que Alfred se sonrojara. "Pero si tanto te gusta, puedo alquilarlo." bromeó besando la mejilla de Alfred.

Alfred negó. "No, mejor vamos a ver más pequeños."

"¡Mira ese!" Gritó Alfred, emocionado, señalando el árbol más pequeño.

Amaia podía jurar que Alfred era la cosa más tierna que había visto nunca.

Ese día trasmitía tanta luz y felicidad. Estaba guapísimo.

Hacía frío.

El único calor que había era el de las manos de ellos entrelazadas.

Alfred soltó la mano de Amaia para ponerse al lado del árbol, arrodillándose junto a él. Sus rodillas se mojaron debido a la humedad.

Al mojarse las rodillas, el pantalón se deslizó un poco, dejando al descubierto el trasero de Alfred.

Amaia rió, Alfred no se había dado cuenta. Ella miró que nadie mirara y se acercó a Alfred, llevando su mano a sus vaqueros.

"Se te han bajado un poco." dijo tranquila, tirando del vaquero hacia arriba.

Alfred se mordió él labio, ignorando lo que había hecho Amaia. Estaba demasiado concentrado en el pequeño árbol.

"¿es demasiado pequeño?" preguntó, cambiando de tema.

Amaia negó, "es perfecto."

"Yo también lo creo." Dijo Alfred levantándose del suelo. "Es súper tierno." Dijo mirando el árbol orgulloso de su elección.

"Como tú." dijo Amaia.

Alfred se sonrojó.

"Voy a pagarlo, enseguida vuelvo, ¿vale?" le dijo Amaia acariciándole la espalda.

Cuando Amaia se alejó el móvil de Alfred vibró.

Alfred sonreía al árbol mientras sacaba el móvil del bolsillo. Paula.

Alfred descolgó la llamada, llevándose el móvil al oído. "Hola." dijo, girándose, mirando en dirección al coche.

"Hola, ¿que haces?"