INMORTALES

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...ante la falta de entretenimiento,

las personas llegan a hacer estupideces,

el control del poder absoluto es lo más añorado,

más cuando los dioses se aburren,

los humanos somos su juego...


"Fragmento de la novela/comic: Guerras Divinas Sin Fin, colección: ANTI-héroes...


Barlus, el gran dios del todo, siempre había estado orgulloso de sus hijos, en su totalidad, no importaba de que dios se tratara, este se sentía completamente afortunado de haberlo concebido y mantenido a su lado hasta el día de hoy, sin embargo, como en toda familia, sin importar lo normal o divina que sea, siempre se encuentra uno con un tipo de diferencia bien definida, el mal y el bien en los dioses, no es algo que se elija, simplemente es algo que se te impone como tu esencia, ejemplificado de esta manera, Roldin era un dios un poco impaciente, voluble y temperamental, con el cual se discutía la mayoría del tiempo y siempre quería tener la razón, sin embargo se trataba de un dios verdaderamente importante, pues era él, quien se encargaba de dar vida a cada ser y especie alrededor de los mundos y universos, un dios como Roldin, jamás se habría creído que fuese capaz de ser el dios de la creación, por otro lado, se encontraba Balian, un dios paciente y tranquilo, siempre meditando sobre lo que sucedía y muy relajado, que muchos pensarían, su padre se habría equivocado al nombrarlo dios de destrucción, mas algo que los mortales no saben, es que cada uno a pesar de su personalidad tan opuesta a su puesto, era perfecto en su labor...

Mas en todos lados existe una razón por la cual nos arrepentimos, y la razón de Barlus, era su hijo Amdu, el dios de la inmortalidad, como su nombre lo dice, él era el responsable de brindarles el don de la vida eterna a quien el considerara capaz de serlo, no importaba su religión, creencia o cultura, él era el único en cada una de estas, a diferencia del resto de deidades que se clasificaban incluso por la región en donde se encontraban, a algunos se los había concedido como un favor personal, a otros por lo grandes méritos o su amplia búsqueda a través de sus vidas, unos mas por accidente y sin dudarlo, a otros se los había entregado como un obsequio de buena voluntad, por lo cual, su padre estaba completamente contento, parecía que tanto la personalidad como su labor, habían sido completamente equilibrados en él, mas con el tiempo, Amdu demostró su verdadera personalidad, logrando que Barlus tomara una decisión definitiva sobre su hijo primogénito y favorito hasta ese momento...

Amdu había recorrido todo el mundo en búsqueda de aquellos que fueran dignos de obtener aquel regalo divino que él tenia para ellos, sin embargo, por mas que viajara, no encontraría a muchos que lo merecieran en verdad, su existencia se comenzó a ver como algo absurdo e insignificante, no había una razón verdaderamente buena o viable, para que el tuviera ese don, si no existían suficientes personas para recibirlo.

Mientras se dirigía al templo de Barlus, pensaba en como preguntarle a su padre ¿Cuál era su verdadera motivación para existir?, mas estando al borde de la entrada, escucho algo que le pareció completamente interesante.

Dentro del templo se encontraba Barlus acompañado por su quinto hijo, Denian, el dios de la sabiduría, este al parecer se encontraba completamente preocupado por el hecho de que alrededor de los mundos y universos , se había encontrado con varios escritos que indicaban la presencia de armas y objetos muy poderosos, a tal grado de convertirse en mismísimos utensilios capaces de acabar con un dios o mas aun, con la existencia misma, Barlus argumentaba que los simples seres vivos, en cualquiera de sus especies o tipos, no serian capaces de encontrar dichas cosas, ni mucho menos de fabricarlas, recalcándole que por favor evitara el mencionar que existían mas mundos y universos, pues había muy pocos de ellos que eran capaces de entenderlo y asimilarlo con responsabilidad, Denian sonrió brevemente de una forma muy tranquilizante, aunque al mismo tiempo se encargó de dar un dato mas que muchos de los dioses desconocían: "claro padre y ni se diga de hablarles de la existencia de tiempos, dimensiones y realidades..." a lo que Barlus hizo una mueca de descontento mientras Denian se disculpaba...

Fragmentos Tomo 2Where stories live. Discover now