El Origen De La Fuerza

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las lecciones que la vida nos da,

no siempre vienen de quien esperamos,

a veces de quien menos lo esperas,

obtienes justo lo que necesitas...


"Fragmento del Prólogo de la novela: Brigada Magistral, colección: Lecciones De Vida ..."


La brigada 294, mejor conocida como los "PYC" (Problemáticos Y Castigados), siempre ha sido un conjunto de militares especiales, no por medallas o reconocimientos, ni siquiera por honores o acciones especiales, sino mas bien, por las personas que llegan a pasar por allí, algunos solo por un instante y otros para quedarse...

Yo había llegado a este sitio hace un par de días, no era nadie ejemplar ni tampoco un tipo de persona especial, simplemente era un chico con mucho que hacer y nada de interés en lograrlo, mi madre me decía que el mundo era un puñado de oportunidades que esperaban a ser tomadas por un tipo inteligente y habilidoso, según ella, ese era yo, pero nunca pude hacerlo, las oportunidades cruzaban por mi puerta, me daban una bofetada seca y grave y después simplemente partían por la puerta, no esperaban ni un segundo, sino que era mas bien como una pregunta de respuesta fácil, "si" me quedo, "no" me voy, "lo piensas mucho" no me hagas perder mi tiempo por favor, como sea, así era mi vida desde hace años, termine a empujones la secundaria y de la prepa ni se hable, solo fui dos veces en toda mi vida, la primera obligado por mi madre para inscribirme y la segunda para recoger mis papeles por expulsión a causa de faltas, de cualquier forma, eso no me había importado, creía que podía vagar por la vida, en espera de aquella suerte que siempre me acompañaba.

En fin, un día simplemente mi madre se cansó, tomo el teléfono mientras me daba una ducha y llamo a su gran amigo, el general Richardson, conocido en la base, como la "elite", el ejemplo en carne viva de como debía ser un hombre, tardo solo un par de minutos en atender la llamada, asentir la petición de mi madre y enviar a mi casa un conjunto de soldados dispuestos a lo que fuera por llevarme a la base como un recluta "voluntario", lo cual, evidentemente no fue así.

La puerta de mi habitacion se abrió de par en par a causa de una bota de cuero con casquillo, en cuestión de un par de segundos, mi cuarto estaba lleno de soldados con pasamontañas y boinas, armados con rifles y escopetas cortas, mi corazón se acelero de golpe y no pude reaccionar, estaba en un shock total, los hombres me tomaron por los brazos y sin darme tiempo de nada, me llevaron hasta su vehículo y cerraron la puerta colocándose uno a cada lado.

Mi madre me miraba desde la puerta, su cara llena de tristeza y un poco de duda mientras levantaba con mucho trabajo su mano para despedirse de mí, el auto en reversa y en segundos, ya no estábamos en mi casa, en mi calle o en mi pueblo tranquilo, sino que cruzábamos las grandes puertas de la base militar, ninguno de ellos hablaba conmigo, solamente se limitaban a ver al frente y en una que otra ocasión algún tosido, de pronto se frena de golpe y bajan todos, llevándome nuevamente de los brazos hasta lo que seria mi nuevo hogar, si así se le pudiese llamar.

Una vez entramos, todos los chicos que se encontraban allí se colocaron en fila a los pies de la cama, el hombre que me llevaba tomándome del brazo, parecía ser alguien de gran rango pues todos le mostraban sus respetos y tras un empujón, fui a dar al suelo frio justo al lado del pie de otro de esos tipos, logrando ver un pequeño indicador en él, un tatuaje en forma de ocho al lado derecho de su pierna.

- Levántate y acomódate en tu cama, mañana será un día duro y debes acoplarte rápido o sufrir las consecuencias, esta no es tu casita ni estará aquí tu mamita para sacarte de lo que te espera, ¿entendido soldado?

Fragmentos Tomo 2Where stories live. Discover now