CAPÍTULO 19

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----GENTE, ¡voten la novela y recomiéndenla! Así me da ganas de escribir más  ;) ¿Será que pasamos los 1,000 siguidores? ¿Es posible? ¡Abrazooos!


Por un breve lapso, Zoey creyó que estaba alucinando.

No era una pregunta la Nick, tampoco una orden. Se trataba de una petición en un peculiar tono que escondía incertidumbre y confusión. Estaba convencida de que él se sentía tan sorprendido como ella de que esas palabras hubiesen salido a flote.

Durante muchos veranos, cuando su cabeza estaba más despejada de lo habitual, imaginó escenarios diversos en los que Nick le pedía que pasara el resto de su vida con ella. Ninguno de esos carecía de romanticismo o algún detalle especial. Imaginaba que la realidad y la ficción difícilmente se entremezclaban.

Zoey tomó una bocanada de aire. Su sistema nervioso necesitaba una dosis de valeriana con manzanilla, porque si ingería cafeína iba a tener un ataque que de seguro la enviaba al manicomio. La cabeza le daba vueltas y no podía pensar a derechas. Esperó un instante, como si de un momento a otro, se diese cuenta de que en realidad estaba soñando. Pero, no. Nick seguía ahí, mirándola con esa potente forma de penetrar hasta su corazón. Él era capaz de ver sus debilidades, y leía en su rostro como lo haría una tarotista experimentada con las cartas.

—Desde un inicio dejaste claro que no querías que esto se convirtiera en una relación con miras a algo a futuro —dijo con voz temblorosa—. Si esto es uno de tus juegos, Nick...

Se acomodó la ropa, y él, en silencio, la ayudó. Cuando ambos estuvieron vestidos por completo, Nick permaneció sentado, y Zoey hizo lo propio a su lado.

—Las personas podemos cambiar de opinión. Esto no es ningún juego. Creo que me conoces bastante bien para saber que no soy niñato, sino un hombre con la firme confianza de saber qué es lo que puede o no hacer, y quiero casarme contigo —dijo con seriedad. Le colocó un mechón de cabello detrás de la oreja, y después le acarició la mejilla con dulzura—. Por favor, mírame a los ojos, Zoey.

Ella suspiró.

—¿Y ahora? —preguntó, hundiéndose en las profundidades azules. No creía posible salir indemne.

—Cásate conmigo —repitió con voz queda.

Jamás había sentido que su torrente sanguíneo fuese capaz de entrar en auto-combustión como en ese momento. Ni siquiera la primera ocasión que se puso en pie ante una junta de accionistas, ni con los delegados internacionales de los principales países petroleros de Oriente Medio, experimentó la impaciencia ni incertidumbre tal como las estaba viviendo en esos instantes.

El día en que le pidió matrimonio a Camille, su cerebro gritaba que intentara volver el tiempo atrás para retirar esas palabras. Tampoco sintió emoción alguna más allá de la lujuria, porque la única mujer que tenía su genuino interés era demasiado joven e inocente para el mundo lleno de intrigas que lo rodeaba.

Durante la recepción de su boda, una parte suya se había quedado olvidado en el lago durante aquel ocaso. No sabía qué con exactitud, pero cualquiera que fuese la respuesta a su rompecabezas la tenía Zoey.

Esta era la primera ocasión que Nick hacía algo pensando en otra persona, y no en él. Necesitaba proteger a Zoey, y la única manera era casándose con ella, dándole el apellido Wolfe y procurando blindarla ante cualquier posibilidad de que la información de Trent, que era una bomba de tiempo, le causara dolor.

Hasta ahora, Nick había tenido suerte en ir un paso delante de Zoey.

Años atrás, la había escuchado hablar por teléfono con Jensen y cuando surgió el tema de conocer el pasado del que ella provenía, lo puso en alerta. Antes de que Jensen pudiese llevar a cabo alguna pesquisa, Nick se enteró de que Zoey había desistido de la idea. Eso le dio un largo tiempo de respiro. Hasta cuando Trent lo llamó a Francia. Los datos del archivo todavía le quemaban la retina. Incluso había más datos que la última ocasión.

Votos de traición (COMPLETA)Where stories live. Discover now