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Narra Santiago.

La maestra de Lupe me había pedido que el martes por la mañana me quedara un poco después que ella entrara al jardín para hablar, eso me tuvo un poco impaciente todo el lunes porque hasta el momento, nunca antes me habían llamado. Era su primer año en el jardín y se estaba adaptando como una campeona, desde el primer día supo soltar mi mano y unirse a sus compañeritos, quedarse el tiempo establecido de adaptación y no llorar ni una vez por extrañarme, ni siquiera contagiándose de sus compañeritos que sí lo hacían. Ella estaba feliz en su jardín, se creyó artista desde el primer momento que se puso el uniforme, teniendo a toda mi familia y amigos pidiéndole fotos y testimoniando su experiencia, me lo había hecho realmente fácil y yo no podía estar más orgulloso de ella, pero me preocupaba que las maestras quisieran a hablar conmigo.

Siete y cincuenta la preceptora me hizo entrar y caminé a su lado mientras ella me iba diciendo lo bien que se portaba Lupe y lo dulce que era, fue poco para lo que podrían haberme dicho así que suponía que venía algo peor cuando entré a la oficina de la directora, quien esperaba junto a su maestra.

—Hola buenos días.

—Buenos días Santiago, soy la directora Estela y bueno como sabrás ella es la maestra de Lupe, Esther. —me presentó a la señora y yo asentí aceptando su mano. Ambas eran señoras de no más de cuarenta años, mi mamá decía que era preferible que las maestras fueran jóvenes, como la preceptora y las de la otra salita, pero por el apellido, le había toca la más grande, aunque yo no entendía la diferencia. —Y ella es Yami la preceptora, bueno sentate y ponete cómodo.

—Sí gracias.

—Mirá el motivo de esta reunión, es porque estamos interesados en conocer un poco más la familia de Lupe, hacemos esto con todas las familias y como no pudimos en la reunión hablar caso por caso, nos parecía correcto hacerlo personalmente.

—Me parece bien.

—Claramente no es un asunto personal, pero queríamos estar al tanto de las relaciones directas de la nena, hasta el momento solo te vimos a vos y a la abuela, ¿La mamá de Lupe trabaja o...?

—No, no, Lupe no tiene mamá, bueno sí fue traída al mundo por una mujer pero no pertenece a su vida. —le dije y respiré calmadamente mientras la maestra anotó eso en una hoja. Ya entendía por dónde querían ir, y no era para menos pero no me divertía mucho el tema.

—Entonces ella no está, ¿pero la nena la conoce?

—No, desde que nació está conmigo.

— ¿Y no es por fallecimiento o...?

—No.

—Está bien, ¿alguna vez lo hablaste con ella? Es muy chiquita lo sé, pero como sabrás las primeras relaciones que Lupe va a formar aparte de la familia son las de amistad, y puede que se vea reflejada en algunos nenes como no, y como institución y personal docente tenemos que saber cómo actuar cuando ella cuestione por qué no tiene una mamá.

—Los nenes cuestionan todo como sabrás Santiago, y va a llegar el momento en el que ella lo pregunte, así que nos interesa saber si vos ya lo hablaste o cómo tenés pensado hacerlo, desde el colegio te podemos ayudar. —me explicó la maestra y yo lo pensé, Lupe era muy inteligente y no porque era mi hija, pero no era la primera vez que se relacionaba con alguien que sí tenía mamá y hasta el momento ella no había visto de forma diferente su vida.

—Lupe sabe que existen las mamás, pero nunca preguntó por la suya y supongo que en el momento que lo haga lo voy a hablar con la mayor naturalidad que existe como todo lo que pregunta mi hija... desde ya sabe que no tiene una mamá.

Más de Dos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora